Extra 3: Kyungsoo y Jongin

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Kyung-soo observaba con atención los muebles del aparador fuera de la tienda. Jongin a su lado mantenía su vista en el hombre, recorriéndolo con una mirada hambrienta cuando Soo se inclinó para mirar más de cerca.

Sus manos picaron y no pudo evitar pellizcar ese alegre trasero.

—¡Ah! ¿Por qué fue eso?

—Tenías algo ahí —mintió Jongin acariciándolo sobre la tela del jean.

Kyung-soo lo miró con sospecha, pero volvió su rostro para seguir observando.

Señaló hacia una cama matrimonial en la esquina.

—¿Qué te parece esa?

Jongin ni siquiera le dio una mirada antes de asentir.

—Se ve cómodo, ¿lo llevamos?

Kyung-soo se mantuvo en silencio comparando el mueble con todos los demás que había visto antes. Ninguno le convencía.

Cuando Jongin le propuso comenzar a vivir juntos, Soo no podía estar más feliz.

Buscaron varios apartamentos para poder mudarse lo más rápido posible. Hace dos días, encontraron el lugar perfecto. Era un espacio acogedor, perfecto para una pareja como ellos que comenzaban a vivir juntos. Con un precio asequible y la probabilidad de poder mover sus pertenencias cuando quisieran, Kyung-soo y Jongin no perdieron la oportunidad y se mudaron al día siguiente.

Ahora solo quedaba decorar las habitaciones. Como varios de sus muebles eran hechos para solteros, decidieron buscar una cama que no pareciese un sofá, incómodo y difícil de moverse.

—No lo sé...¿y si buscamos otros? —preguntó Kyung-soo, aún indeciso.

—Es solo una cama —dijo Jongin—. Solo elige la que más te guste. Será perfecta cuando tú estés sobre ella.

Kyung-soo evitó la mirada de Jongin cuando sintió sus mejillas arder.

Divertido por la reacción tan adorable de su pareja, Kai tomó su mano y besó su mejilla.

—¡Tú...tú...!

“¡Estamos en público!”

Ignorando la vergüenza de Soo, Jongin lo arrastró hacia el baño de hombres y tras entrar a un cubículo, pasó el pestillo.

—Kai...

La boca de Soo fue invadida por la lengua de Jongin. Este último desató el cinturón del hombre y rodeó su pene con una mano. Sintiendo cómo iba excitándose, deslizó por completo sus pantalones y lo giró de cara a la puerta.

—Ah, no, no, espera. Estamos en...¡ugh!

La lengua de Jongin comenzó a recorrer las nalgas de Kyung-soo, dejando besos y mordiscos por cada zona explorada. Cuando llegó a su agujero, introdujo el músculo provocando un pequeño temblor por parte del hombre. Un suave gemido escapó de los labios de Soo, que alarmado, llevó las manos hacia su boca. Jongin abrió sus piernas.

—No lo ocultes. Quiero que todos a nuestro alrededor escuchen como te follo dentro de un baño público.

Jongin agarró su polla y la llevó al trasero mojado de Soo. Introduciendo solo la punta y volviendo a sacarla, comenzó a provocar al hombre.

Tratando de sentirlo más profundo, llevó sus caderas hacia atrás, pero Jongin previó esta acción y retrocedió, haciendo a Soo gemir de frustración.

—¿Qué quieres? —dijo Jongin—. Si me lo pides, te daré todo lo que desees justo ahora.

Kyung-soo apoyó su cabeza sobre la puerta y cerró sus ojos. Llevando sus manos hacia atrás, rozó con sus dedos el pene de Jongin y lo dirigió hasta su entrada.

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo! [Chanbaek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora