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(...)

Abriste la carpeta con esperanzas que no eran muchas.

Lea Valdez

Día 10: odio esto, voy a renunciar. No hay nada nuevo, nada de nada, ¿Por qué no lo mandan a científicos? Listo.

Mismo comportamiento, parece odiarme, no sé si dije algo malo o solo estoy y llegué en mal momento simplemente no puedo hacer que se abra, es horrible.

Suspiraste cuando dejaste caer la carpeta en tu escritorio.

— ¿Nada?

Miraste a uno de tus compañeros a tu lado y negaste, no sabes que tan útil siga siendo leer lo que dejaron en el expediente de tomattoredd, es lo mismo siempre.

— como siempre. Ya mero me toca iniciar turno y llevarle su desayuno.

Suspiraste alejando la silla del escritorio para poder salir.

— ¿Sigue con dolores de cabeza?

Cuando te levantaste de ella silla lo miraste unos segundos y asentiste, después de esa pelea no a dejado de tener dolores de cabeza frecuentes, discusiones.

— si, todavía los tiene.

Fue lo último que dijiste antes de salir por la puerta para caminar por el pasillo.

(...)

— si se callarán dos minutos me harían un favor.

Lo escuchaste quejarse con un tono de enojo que estás mañanas se había echo común. Siempre que llegarás escucharás a tomattoredd discutiendo o gritandoles que se cayeran, si una parte de ti te sentía mal por saber que lo ocasiones te al igual que sus dolores de cabeza pero es algo que no dirías o demostrarias, tenías que ser profesional y es algo que siempre te repites, te cuestionas porque.

— ¿Siguen peleando?

— si, tord no sé calla, Tom está peleando con por eso, matt está casi a punto de llorar y edd intenta consolarlo, es un desastre.

Se pellizco el puente de la nariz y lo miraste unos segundos, luego caminsste a la mesa dejando la bandeja de comida.

— junto a tus pastillas normales debe estar tu pastilla para el dolor de cabeza.

Lo miraste y este asíntio levantándose de la cama, caminando a dónde estabas. Se sentó frente a ti, simplemente lo viste agarrar las pastillas antes de hacer una mueca paga luego tomarlas, agarro el jugo de naranja y tomo.

— oh, cállense.

Siseo con enojo. Te sorprende que no te diga nada, no te gritara, no sé quejara, que no te echara la culpa aunque sabías que lo era.

— debe bajar el dolor de cabeza en quince minutos.

Dijiste mientras lo mirabas comer. Te sorprende como se guarda todo para si mismo.

(...)

Por primera vez no en toda la semana había ruido, no había gritos y tampoco sollozos.

— ¿Mejor?

Preguntaste mirándolo, sonreiste cuando este asíntio. Pensaste que tal vez la forma más fácil de callarlos era darles algo que a los cuatro les gustará esperando que a tomattoredd también le gustará. 

— quien diría que la comida hace milagros.

Reíste ante su humor ya mejor, normal al de antes de esa pelea.

— huevo con tocino, increíble.

Dijiste para ti misma, habías leido que eso había sido algo que le gusta  a los que vivían en su cabeza.

— me gusta también a mí, nunca lo había probado.

Dijo mientras te miraba. Si, eso ya lo esperabas.

— bien, edd me acaba de amenzar si no me gustaba, eso es nuevo.

Soltó una pequeña risa. Esa risa fue provocada por algo que dijo uno de esos cuatro chicos, esa risa podría hacer que algunas cosas cambien.

Si era un concejo, lo era pero ahora no, tomattoredd debe llevarse con esos chicos, para su bien y el de ellos debe de.

No quieres obligarlo pero es necesario que lo haga, eso lo ayudaría tanto, no a ti, tu podrías seguir sin eso pero no mentiras, te ayudaría si...pero lo ayudaría mucho mas a el y dijiste que lo ayudarías, cumplirás eso.

Tengo miedo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora