Me siento Jane Eyre

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—¿Estarás bien? — me pregunta Tracy por enésima vez

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—¿Estarás bien? — me pregunta Tracy por enésima vez. Mis ojos ya me duelen de tanto ponerlos en blanco. Phil mete la ultima maleta al auto y hace que Tracy de un salto. 

—Al menos te dijo que sí unas veinte veces — la rodea del cuello con un brazo y le da un beso en la cabeza — ella va a estar bien cariño, Ben es el mejor tío del mundo. 

Phil es un tipo buena onda, es alto y trigueño. El pelo negro corto pero alocado y tiene unos ojos azules que te mueres. Yo creo que si no hubiera aparecido de la mano con mi hermana hace cuatro años por la puerta de la casa probablemente le hubiera echado el ojo. 

Tracy, tenía mis ojos pero era más alta que yo y su cuerpo no era desproporcionado como el mío. A los trece era una tabla y de pronto a los catorce tenía dos enormes melones, un culo gordo y piernas llenas de celulitis. Pasé por diferentes etapas aceptando mi cuerpo. Pero me rendí hace dos años, cuando me tiré a un sujeto en una fiesta muy alocada. Carajo, era un señor que después me dijo que se estaba divorciando. Y resulta que tres días después lo vi pasear por el centro de la ciudad de la mano de su puta esposa embarazada. 

Prometí que nunca más me iba a volver a coger a alguien a quien no conocía. Aunque eso no se escapaba mucho de la realidad. Porque la verdad es que los tipos de mi edad no me van. Los miro y los veo como si tuvieran diez malditos años. Tan infantiles e inmaduros. No saben que mierda quieren de las mujeres. Y yo, no estoy para esas jodidas cosas. Talvez, tenga Issues por culpa de mi papá, siempre estuvo ausente, viajando de aquí para allá por el trabajo. Faltó a mis cumpleaños y engañó a mamá un par de veces. Nunca entendí porque lo perdonó. Si no se hubiera ido con el a esas vacaciones de reconciliación nunca se hubieran estrellado en el océano pacifico. 

Mi cuerpo me da una sacudida ante la sensación del recuerdo. Tiendo a hablar de los desastres terribles como si fueran chistes de un diario. Y me rió con muchas ganas pero cuando el silencio abruma mi cerebro, quiero tirarme del puente y romperme la puta cabeza en mil pedazos. La vida nunca ha tenido sentido para mí, a excepción de los hombres mayores. 

—¿Y donde está? — Tracy gruñe frustrada. La entiendo. Está nerviosa. Yo soy su carga y luego soy de otra persona que no tiene porque aceptar serlo. Sé, le preocupa dejarme con un hombre mayor sola. Pero como me gustaría decirle que no tiene nada de que preocuparse. 

—Pues ahí viene — Phil apunta hacia atrás, un lujoso mercedes dobla por la calle y se mete en el ante jardín de la casa. Las piedrecillas bajo las ruedan hacen un suave sonido cuando se detiene tras el auto de Phil. 

Mi estomago cae al piso. El señor Benedict Cumberbatch siempre ha logrado ponerme nerviosa y caliente al mismo tiempo. Una combinación que ni un hombre que me ha gustado ha logrado tener. Yo lo llamo, el señor perfectamente bien. Sí, como estás leyendo. Tal cual dice Taylor en su canción. 

Él es tan, maduro y prolijo. Sus expresiones son divertidas y es bastante serio cuando tiene que serlo en las ocasiones que lo ameritan. Es bastante correcto, en su forma de hablar como en su forma de ser. Por esa razón se ha convertido no en mi crush numero uno sino en el más importante de todo el universo. Uno que va más allá del numero uno. 

Gentleman  ━  Benedict Cumberbatch.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora