Luca Andillac ha despertado, regresando a ser heredero y portador de su corona, no todo será fácil para él, una nueva oscuridad lo rodea, una princesa empezará a odiarlo, pero ¿a qué costo?, una fuerte tensión crecerá en ellos.
Conan y Desmond segu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LUCA
Tetis y yo entramos al bosque al anochecer, las estrellas están sobre nosotros observando cada paso que damos, la luna nos ilumina tenuemente. Llevo conmigo mi espada, que mi madre me regalo, Desmond tiene una muy parecida, Sharman nos ha dado a mí a la princesa una armadura llamada cota, que parece una camisa delgada, pero realmente puede salvarte de un buen espadazo. No tengo idea de que pretende Tetis con esto, lo único que yo quiero hacer es estar tranquilo y lo digo porque no sé que más cosas pueda hacer, no conozco mucho sobre la magia ni mucho menos sobre la magia oscura, hace meses cuando desperté me encontraba rodeado de magia y hechiceros, me quede dormido cuando aun todas la aborrecían, no fue fácil para mí. Trate de acoplarme y entender que el mundo siguió girando sin mí.
Me arrepiento tanto de no ser como Desmond, de niños él rompía todas las reglas, se escabullía y leía libros y libros de magia, él no sabrá todo, pero es obvio que sabe más que yo y eso me pone algo irritado porque lo único que yo hacía era regañarlo y decirle que no leyera eso, nunca imagine convertirme en aquello que ignoraba.
En cuanto llegamos todos ya nos esperan, Sharman y Eric aparecen detrás de nosotros llevando en sus manos una bola de luz blanca, iluminando todo nuestro entorno.
No puedo hablar siquiera con mi hermano, pues Sharman lanza aquella luz de su mano y la hace explotar.
—¡Que comience el duelo!
Me quedo atónito al oír eso, ni siquiera me dejaron poder asimilar la situación, me han aventado a la boca del lobo sin importar que quiera huir lejos. Volteo a ver de reojo a mi hermano, él me mira con preocupación y dice algo que no logro entender, un fuerte golpe me llega a mi espalda haciéndome doblar del dolor. Me he distraído, algo de lo que mi madre estaría decepcionada.
Mi madre nos enseñó a mí y a Desmond todo lo que sabemos en combate, no muchos lo saben, pues mi madre prefería mantenerlo en secreto. Ella era una guerrera, fuerte y valiente, con una inteligencia elegante, atacaba a sus contrincantes con sutileza y armonía.
Primera regla, no te distraigas, jamás, o tu enemigo te cortará en pedacitos.
Su voz vienen a mi mente y yo me muevo a un lado esquivando otro golpe de Tetis. Todos están muy atentos, nadie se interpone ni mucho menos hablan, tal vez tengan miedo de que si lo hacen Tetis les dé un buen golpe.
Segunda regla, sé más rápido que tu oponente, tanto que no sepa cuáles serán tus próximos movimientos.
—Estás jugando sucio —le digo a Tetis mientras nos vemos al unísono esperando a atacar