Capítulo 22. Destrozar, quemar y poseer

183 31 5
                                    

DESMOND

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

DESMOND

—¡Desmond! —Una voz familiar llama mi nombre una y otra vez—. ¡Despierta!

Al abrir mis ojos lo primero que encuentro es el rostro de Conan muy cerca del mío, aquel rostro tan conocido, sus ojos cafés buscan los míos, yo estoy atento a su cicatriz con unas ganas tremendas de pasar las puntas de mis dedos sobre ella, su cabello rojo cae por su frente y me da una sonrisa de lado. Aquí está Conan Chalamet, la única persona a la que jamás traicionaría, a la que jamás le mentiría, aquí está, sonriéndome tan dulcemente que tengo que controlar el nuevo impulso que llega por todos lados... el de querer besarlo.

—Bésame —Mi voz suena más profunda, con más deseo, quiero besarlo, quiero hacerlo, sin embargo, mi cuerpo se resiste a moverse, por eso se lo he pedido, quiero que él me saque de mi trance, el cual siento desde anoche, quiero olvidarme de todas sus mentiras, quiero que desaparezcan y que no sean ciertas—. Bésame Conan por favor.

Conan me acaricia la mejilla con una delicadeza que me hace tener escalofrío, acerca lentamente sus labios a los míos y aquel sabor cereza explota en mi interior, lo odio, odio ese maldito sabor, odio querer sentirlo, odio depender tanto de él, lo odio tanto... que no puedo dejar de pensar en la forma en que me mira, en como se tiene que agachar un poco para estar a mi altura, en su voz susurrándome cada mañana, en sus curiosos lunares en línea diagonal que tiene en su espalda, en como su magia conecta tanto conmigo que de alguna forma ya es parte de mí, lo odio, lo odio mucho.

—¿Sabes quien ha llegado por fin? —Conan me dice cuando sus labios se separan de los míos

Antes de poder contestar, la puerta de mi habitación se abre y un Félix recién levantado cierra muy fuerte sus ojos dándose la vuelta.

—¡Cuantas veces más tendré que verlos así! —Grita mientras Conan se aleja de mi levantándose de la cama algo apenado—. Apúrense ya, un gigante barco espera ser recibido.

—Querrás decir que recibiremos a las personas del barco...

—Si, si —Félix me interrumpe abriendo los ojos—. Luca y Tetis esperan por nosotros.

Con solo escuchar esos nombres doy un salto fuera de la cama y corro a la salida llevándome a Félix conmigo.

—¡Ponte al menos una camiseta! —Félix me regaña 

—Tranquilo, no me va a pasar nada —Le guiño un ojo—. Tengo a dos rojos para cuidarme.

Oigo que Félix se queja con Conan que viene detrás mientras seguimos corriendo, algunos sirvientes del castillo se detienen para dejarnos pasar, ya están acostumbrados a nuestro alboroto, al principio pensé que levantarían la voz al ver que solo un montón de chicos habían regresado al castillo, pensé que preguntarían por su rey, por mi padre. No fue así. Y eso me hace sentir mejor, siento que puedo hacer un gran trabajo aquí, con Luca, los dos podemos mejorar esto, tener una vida mucho mejor.

CORONADO 2: EL HECHICERO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora