Capítulo 4:
Nademos/Perdóname
-Halinor, despierta... -dijo Edin tocando a su puerta, no se escuchaba ningún sonido de vida, por lo tanto entreabrió la puerta y se la encontró completamente dormida, se acercó a su cama y la sacudió ligeramente para que despertara. —Halinor, levántate...
-No... tengo mucho sueño. —gruñó semi-dormida.
-Pues que mal, porque esta mañana es muy importante y no pienso dejar que la uses para dormir. —Además es una venganza. Pensó Edin, recordando la forma estridente en que lo había despertado hacía ya un mes. -¡Levántate Halinor! —Gritó en su oído, la chica inmediatamente se levantó y le pegó de forma instintiva. —Eres una maldita bruja...
-Oh por dios, lo siento mucho. —Dijo riendo Halinor. -¿Qué hora es? Espera... ¡Ya es un nuevo día! ¡Feliz cumpleaños!
- Siento decirte que mi inicio de cumpleaños no fue muy bueno, acabas de golpearme en la cara, así que prefiero hacer como que es un día normal y festejar en casa, cuando volvamos. —Replicó Edin. —De todos modos, son las 7:30, y a las 8:00, debemos bajar a desayunar, tienes que bañarte, estás hecha un asco.
-Pareces mi mamá, ya sé que estoy mugrienta, y ya me disculpé por golpearte. ¿Qué pasó anoche? No recuerdo haberme despedido de mis padres...
-No lo hiciste, te quedaste dormida y caíste en mi hombro, lo que causó una hermosa ilusión en las mujeres de la familia, y el odio eterno de tu padre hacia mi persona. —Halinor metió la cabeza entre las manos y rió por lo bajo. —Apúrate Halinor, no tenemos todo el día para reír de estupideces de nuestras familias. Ve a bañarte, sucia, que si no, llegaremos tarde.
-Cállate mono incivilizado, yo no tardo en bañarme. —Dijo Halinor enojada, pero se acercó a su maleta y sacó ropa, todavía llevaba la ropa del día anterior, después de todo se quedó dormida y Edin la llevó a su respectiva habitación. Espera Edin me trajo a dormir. —Por cierto, gracias por traerme anoche. —Él asintió y Halinor salió de la habitación unos minutos después con la ropa que usaría luego de bañarse. No habían mencionado a sus padres lo del room, y tampoco pensaban hacerlo hasta volver a Aviñón. Todavía les quedaban seis días en la Academia.
Luego de unos minutos Halinor salió del baño con el pelo atado en una coleta alta hacia la derecha, su pelo estaba ondulado y el mechón de pelo en su rostro estaba completamente peinado y ya seco, a pesar de eso se ondulaba ligeramente.
-¿Ya estás lista? —preguntó Edin desde el sillón viendo televisión. Miró a Halinor y ella asintió, entonces ambos salieron del room en camino al comedor, pero desde atrás los llamó la voz de Nina, acompañada de cerca por Carlo.
-¡Hola! —dijo muy feliz, como si los conociera desde hacía ya mucho tiempo, Halinor volvió a afirmar el pelo en su cara, como hacía siempre que se le acercaba alguien, para que no vieran su ojo diferente. -¿Van al comedor?
Ambos asintieron y los cuatro emprendieron el camino al comedor, Halinor no hablaba, pero en cambio Nina soltaba palabras con una maestría admirable, y Carlo le seguía el ritmo, muy pocas veces quedando detrás. Edin estaba parado al lado de su compañera de room, y dedicó su atención al silencio sepulcral de la chica, solo interrumpido por su respiración.
-¿...Y ustedes? — preguntó Nina a los dos chicos detrás de ella, que no habían escuchado ni una palabra de las anteriores.
-Disculpa, ¿Qué decías? —Dijo confundido Edin.
-Si alguno de ustedes rinde la beca, no entiendo mucho eso, claro que me gustaría tenerla, pero son becas solo por prestigio, ya que todos los que estamos acá es porque podemos pagar el colegio, si no, no nos hubiéramos inscripto. Creo que los becados terminarán siendo unos presumidos que se creen los mejores. ¿Ya conocieron a alguno de los participantes de las evaluaciones? Yo iré a verlos, quiero ver como rinden los de artes escénicas, musicales y visuales... Escuché que los de artes literarias no son a la vista, porque ellos tienen que entregar un escrito para ser evaluados. Aún así, espero no tener que aguantar becados creyendo ser superiores. Imagina lo que serán los primeros de las orientaciones, probablemente sean como las divas populares de las películas.
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Los ojos del Artista
Novela JuvenilEl arte es la más pura expresión. 'Las palabras en un escrito', según Edin Doyle. O los colores de un lienzo, piensa Halinor Green. No solo esto, sino otras miles de cosas son las que provocan los desacuerdos de ambos adolescentes, que solo super...