10- Viajemos (¡En tren!)

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Kassell: Es para ti que siempre comentas, no es un capítulo muy largo, pero tiene 4100 palabras jajaj espero que te guste... 

Capítulo 10:

Viajemos (¡En Tren!)

-¡Quédate quieta! –gritó Nina, hacía unos minutos había expulsado a Carlo y Edin del room B-16, y se había quedado con Halinor.

-Por dios... Recuérdame por qué demonios accedí a que me peines...

-Porque eres muy bonita, pero no muy paciente, y como te molesté durante toda la semana, terminaste accediendo. Además, probablemente si no te peinara, irías con una coleta, igual que siempre. Pero ahora estarás completamente hermosa. –Respondió la chica, sus ojos rasgados como los de su madre eran completamente oscuros, como la noche, pero eran tan alegres que no podrías ver ni un vestigio de negrura en su mirada.

Tardó casi una hora con Halinor, la chica obviamente de había bañado antes, entonces, con el pelo aún húmedo, Nina usó crema de peinar para armar sus ligeros rulos naturales, entonces, en lugar de desarmarse y luego erizarse, el pelo de Halinor quedó controlado y ondulado, con algunos rulos ocasionales. Estaba semi recogido, solo unos pocos mechones estaban hacia atrás, sostenidos por pequeños broches, pero por lo demás, el pelo de Halinor caía suelto hasta la mitad de su espalda. Halinor había mantenido los ojos cerrados mientras la peinaban, era muy relajante, Nina era muy buena en eso. También le había puesto un broche de tres rosas grises.

El mechón de pelo que normalmente llevaba delante de su ojo izquierdo ahora estaba peinado hacia un lado, aún caía libremente, pero no taparía sus ojos. Nina sabía hacía casi una semana acerca de los ojos de Halinor, pero nunca había vuelto a tocar el tema luego de la primera vez que preguntó. Ese día no había terminado muy bien. Por lo demás, Halinor llevaba el vestido que le había comprado Edin, y unas ballerinas grises.

Luego de peinarla, Nina había arreglado su propio pelo, todo su corto cabello negro estaba recogido hacia atrás, en algo parecido a un rodete, pero más elaborado, el flequillo estaba apenas peinado hacia un lado, pero se veía casi igual que siempre, dos mechones que apenas superaban su barbilla, caían a ambos lados de su rostro. Y el recogido estaba acompañado de algo parecido a un tocado de redecilla, se veía muy linda.

El vestido que tenía puesto, lo había hecho ella misma, no le llegaba a las rodillas, tenía mangas cortas y escote en corazón, la parte del torso tenía un estilo que recordaba vagamente a los kimonos, pero muy vagamente. La falda era muy extraña era de tela lisa, pero arriba, llegaba una capa de tela que parecía simular olas, o algo parecido. Y estaba acompañado por unas ballerinas negras, muy simples.

Eran las ocho y media, como era una simple fiesta escolar, no empezaría ni terminaría tarde, cenarían ahí, y la duración, dependería de lo divertido que estuviera. Dentro de quince minutos tenían que estar allí, por lo menos eso había dicho la directora.

Unos minutos después de prepararse, por la puerta entró Carlo, acompañado por detrás, de Edin. Ambos estaban vestidos de forma simple. Carlo había peinado su cabello, cosa que no pasaba muy seguido, ya que era casi imposible peinar a Carlo. Llevaba una camisa blanca de mangas cortas, y un pantalón gris, no era de vestir, en realidad era bastante normal. Y también tenía zapatos negros. Edin había acomodado su cabello, se veía apenas mejor de lo normal, ya que tampoco hacía mucho caso de su cabello, su ropa era de lo más simple, jeans oscuros, una camisa gris de mangas cortas, corbata negra, pero mal anudada, y ni siquiera estaba acomodada, en realidad no estaba ajustada al cuello, solo colgaba desprolija. Y zapatos negros, informales.

-Se ven bien. –dijo Carlo, los cuatro irían juntos, no en plan de pareja, si no como simples amigos. –Que milagro, corriste el pelo de Halinor de su rostro.

Los ojos del ArtistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora