Capítulo 7 - Jillian y Jackson

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––––––––––Hace doce años
Mindy junto a su cachorro habían ido a pasar un rato con la hermana de la mayor como ya era costumbre, siempre organizaban cenas o almuerzos e incluso días enteros en el infierno dentro del palacio de Satán.
Siempre era agradable y un gusto que las hermanas se vieran y pudieran conversar sobre cómo habían estado. Sin embargo eso dejaba a Jack en manos de su primo. Damián.

No siempre fue tan malo pero aquella ocasión en especial los dos estaban juntos en su recámara pasando el rato con los juguetes del príncipe que claro, al pertenecerle a él siempre se las arreglaba para acapararlos dejando a su primo con solo un par de rocas y un dinosaurio con una sola pata.

Jack se mostró algo triste de que Damián no le prestara atención y lo que termino por ahuyentar al desafortunado cachorro fue que su primo empezara a descubrir sus poderes cuando por accidente chasqueó y una llamarada carbonizó el juguete en sus manos.
Asustado el chacal salió de inmediato sin pensarlo, estando a las afueras del castillo se cruzó de brazos como abrazándose e iniciando a caminar.

—Solo será un paseo.. dijo en voz baja con su aguda voz.

Miraba a su alrededor tratando de distinguir algún color más allá del molesto rojo del infierno, el carmesí de las rocas y claro el amarillo-naranja-rojo que resplandecía de los pozos de lava.
Antes de siquiera seguir caminando logró ver una mano que cubrió el sendero frente a él.

—Siempre he sabido que los niños pequeños son curiosos, pero no suicidas— mencionó la voz de la reina Narissa.

Jack no pudo reaccionar bien al ver a su tía, se alegraba de verla pero al mismo tiempo se había asustado con su repentina aparición.

—Te vi cuando el fuego de Damián te asustó, pero si eso es peligroso entonces imagina lo que hay allá afuera— complementó tomando a su sobrino y regresando al palacio.

Sin embargo había algo que le molestaba a Jack, se preguntaba más de una sola cosa además de las dudas que le acechaban de lo que podría existir lejos de todo lo que había visto en sus visitas.
Si antes tenía curiosidad esta no había hecho más que incrementarse aunque no en muy buena manera.

—Solo sería para saber de qué es de lo que me tengo que cuidar además se la lava y las rocas— pensó mientras cruzaban por la entrada principal del edificio principal.

—¿No me vas a preguntar qué hacía yo allá afuera?— inquirió Narissa mientras llegaban a la sala del trono, previa al comedor.

—Pues no quería ser metiche, pero si quisiera saber— replicó el chacal bajando sus orejas en inclinando levemente su cabeza.

—Estaba sacando a algunos intrusos, muchos se intentan volar en los alrededores del palacio y alguien los debe de alejar— contestó la mayor —debería mandar guardias a ese sitio en específico..— complementó mientras seguían caminando.

—¿Los guardias son los que no hacen nada y solo golpean a quiénes vean como una amenaza?— preguntó inocentemente mientras entraban a una sala que parecía tratarse de un comedor.

—Si básicamente, pero hacen más que eso y varias de esas cosas son muy peligrosas— respondió caminando y sentando a su sobrino en su silla mientras se dirigía a la cocina —especialmente para ti— añadió con indiferencia.

Jack miró un rato a la mesa algo desconcertado por lo que había escuchado pero no le dio tanta importancia pues algo más había empezado a molestarlo, Damián.
Su primo solamente estaba de pie sobre la mesa lanzándole rocas pequeñas a la cara como esperando a que el castaño respondiera de alguna manera explosiva.

Distancia entre nosotros | Jack x JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora