~Narrador Omnisciente ~
Él deja caer el hacha por última vez, cortando el tronco en cómodos trozos para transportar. Recoge lo que puede y quiere, y comienza a arrastrar la nieve por el bosque mientras camina agotado. Todo el tiempo tiene en la cabeza esos ojos zafiros malditos, que lo condenan todo.
Él ni siquiera entiende lo que siente cuando se trata de eso. Podrá sentirse molesto pero no puede dejar de empatizar. Se calla todo lo que piensa, hablarlo algún día fue un error, todo le salió mal. Parte de su condena por esos ojos es la culpa que le pesa en la espalda, mintió por su bien mayor que ahora ya no se ve justificable, no es nada más que incriminatorio.
Por eso huyó lejos de esos ojos, sin saber que lo volverían a encontrar fácilmente.
Empuja la puerta de la cabaña, entrando a la calidez por la chimenea. Deja caer los troncos en el suelo para acomodarlos más tarde y se ocupa de cerrar bien la puerta, la paranoia no lo deja. Más condena de ojos zafiros, eternamente gobernadores de las almas perdidas.
Todo el mundo es testigo de aquello.
Un jadeo ahogado detienen sus tareas de revivir el fuego donde calienta su comida. Endereza la espalda, sus músculos tensándose. Por su cabeza cruza la idea de que lo alucinó o que el ruido ha venido del bosque, pero la realidad es otra.
No se puede salir de la condena zafiro.
Por eso se escucha ahora una tos que lo obligan a levantarse, camina a paso veloz a las escaleras de pared para subir al segundo piso de donde nace el sonido. Al llegar ahí, con el corazón acelerado detiene su paso y se queda mirando al frente.
Las cadenas de la condena le asfixian poco a poco por su intento de negarlas, y parece una burla que esos ojos de los que huyó lo miren ahora mismo, echándole en cara como mucho no ha logrado y de esta no se ha salvado.
Ella lo mira fijamente, está cabreada pero confundida. Aunque el susto no se le pasa, ha mirado a su alrededor suficientes veces para saber que esto no es una alucinación, y eso no la ha calmado para nada. Cómo hacerlo, esto no era lo que ella esperaba, lo que buscaba.
En su cabeza, las cosas eran diferentes. Esto no era lo que debería de estar pasando, eso le dio paso a la frustración. Ella, teniendo esos ojos, no solo condena, si no está atrapada en la misma maldición. Esa donde no se te da el premio que sería morir, en cambio no hay descanso y revives una y otra vez, sin ser suficiente su sufrimiento.
- ¿Qué... - ni siquiera puede terminar la pregunta, no puede decidir qué preguntar.
Él, parado frente a ella, tampoco sabría qué responder. Las palabras se las llevó el frío, dejándolos minutos en silencio mientras ambos procesan las cosas. Sus emociones pelean dentro de sus cabezas, porque la realidad nunca los había asustado más.
- Lo lograste. - él logra pronunciar, soltando un suspiro de asombro con la garganta cerrada.
- ¿Qué logré? - ella cuestiona, mirando su deprimente estado herido.
Él pasa saliva y se arrepiente de haber soñado tan aliviado cuando ella suena tan angustiada. Piensa bien sus palabras, teme lo que sucedió y lo que sucederá. Tiene una idea bastante clara de sus alrededores a diferencia de ella, y eso lo lleva a tomar la decisión de cambiar de tema.
- Ya está la comida.
Y huye, como ha aprendido a hacer aunque no llegue lejos, aunque no logre lo que quiere. Se apresura a servir la comida y evita el temblor de sus dedos al hacerlo. Hay nervios escondidos de su rostro donde solo se ve un ceño fruncido en concentración por la tarea que hace.
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Zerstörung #2 COMPLETO.
ActionTrilogía Zafiro 💎. Cuando ella se queda al borde del abismo, siendo acorralada por enormes monstros del pasado, encuentra una luz. Una razón. Ella es un Ángel formado de la oscuridad y con la opción de cambiar su destino. ¿Que decisión tomará? O un...