Zerstörung #2 COMPLETO.

CAPÍTULO 42

~Lucille~

Hago lo posible para no ponerme a llorar ahí mismo. Mi hermana termina de hacerme esa pregunta y se pone de pie, como si no necesitara verme la cara para escuchar mi respuesta, con seguridad. La veo caminar a la maquina de golosinas y golpearla de lado hasta que mitad de lo que tiene adentro caiga y ella se agache a recoger lo que quiere.

¿Qué parte de la mentira es la que ya sabe? ¿O la sabe completa? ¿O es una trampa para que lo suelte todo?

- ¿De qué hablas Camille? - me mantengo en mi lugar mirándola, manteniendo mi tono en confundida y no a la defensiva.

- Hablo de que él Ángel que tú encontraste no es el que me espiaba. - abre las golosinas de ojos y voltea a verme. - ¿De dónde la sacaste?

Del lugar que tú vienes que tengo prohibido mencionar en tu presencia.

- Peleas callejeras, había una cerca de donde vivía hace años y me debían un favor por salvar un caballo. - me encojo de hombros sin bajar la mirada. - Calificaba con las descripciones que me diste, así como estuvo presente en la apertura de Ibiza y en el festival Euphoria.

Camille entrecierra sus ojos en mi dirección sin hacer nada más por unos segundos. Finalmente se encoge de hombros y asiente, comiendo una gomita de ojo.

- Ya tendré que encontrarla yo. - la escucho susurrar, sintiendo el amargo sabor a mentiras. - Por cierto, - me señala y sonríe coquetamente. - Haces bonita pareja con Nathaniel, deberías dejar de asustarte cada vez que se te acerca, él ni porque se lo pidas te va a morder.

Cello mis labios para no decir nada, aunque por dentro mi corazón se acelere aún más. Otra jodida mentira, mi relación con Nathaniel , la verdadera razón por la que huyó de él. Algo tiene la vida de mi hermana que cada cosa qué haces se vuelve una cosa en su contra.

- Señora Dornen, ya pueden entrar a verlo.

El apellido en voz alta me causa escalofríos. Ambas nos giramos a la enfermera, y mi hermana a diferencia de mi no se enfoca en el apellido cuando encara a la enfermera.

- Vuelve a llamarme señora y te corto la lengua, cariño. - la da un golpe en la mejilla y sigue de largo a la habitación.

La enfermera parece que se está apunto de desmayar.

Sin decir una palabra, también pasó por su lado y sigo a mi hermana por el pasillo hasta la habitación de Nathaniel. Los nervios se acumulan en mi estómago y al llegar no me atrevo a acercarme ni siquiera a la ventana, el disgusto haciéndose presente.

¿Cómo le voy a mirar a la cara después de lo que le hice?

Camille si entra, haciendo que los doctores restantes huyan despavoridos de la habitación. Ninguno se atreve a mirarme cuando pasan frente a mi a pasos rápidos, me recargo contra la pared sintiendo el nudo formarse en mi garganta.

Nathaniel me va a odiar.

Camille también lo hará.

Y todo por aferrarme que los dos malditos exnovios que tenía mi hermana podrían controlar las cosas.

Por supuesto que no pudieron, segunda vez que no lo logran.

Me dejo caer al piso, arrastrándome por la pared mientras suelto un suspiro. Abrazo mis piernas y escondo la cabeza entre mis brazos, las lágrimas ardiendo en mis ojos. No me gusta sentir el arrepentimiento dentro de mi, lo detesto con toda mi alma porque nace de la bomba más grande en mi vida: conocer a mi hermana.

Cada vez que las cosas se ponen difíciles no puedo evitar sentir ese arrepentimiento interno de haberla conocido. Al principio, cuando supe que tenía los mismos ojos que yo fue como si el mundo cobrara vida a mi alrededor e inyectara fuerzas dentro de mi para seguir. Cuando me enteré que era mi hermana y a lo que se dedicaba no deseé nada más que ser igual de fuerte que ella, se veía tan perfecta, tan impactante y fuerte que la envidié al punto de adorarla.