Z o e
Dos años después...
Maldita sea, éste definitivamente no será mi día, todo va muy mal y ni siquiera son las siete treinta de la mañana. Debo recordarme respirar y calmarme antes de entrar en algún tipo de crisis, eso no me ayudaría mucho ahora, y menos cuando tengo el tiempo medido y muy ajustado, por suerte la paciencia es una virtud que poseo y he desarrollado mucho más al ser tutora legal de un niño pequeño, eso quiere decir que no es muy fácil hacerme explotar o perder los estribos. Miro una vez más el desastre frente a mí y frunzo los labios, disgustada por completo.Dylan, mi muy lindo, tierno y pequeño hermanito se encuentra frente a mi con una sonrisa que solo grita la palabra «culpable» a los cuatro vientos, se balancea sobre la punta de sus pies y mueve los brazos de adelante hacia atrás. Eso solo me hace suspirar. El piso está lleno de leche chocolatada, al igual que su ropa y cabello, el cómo terminó así no lo sé, y sinceramente no sé si quiero saberlo, el asunto aquí es que ahora debo limpiar éste desastre, darle otro baño a Dylan y buscar otra muda de ropa que esté limpia. Eso debe ser en menos de treinta minutos si no quiero llegar tarde al trabajo, y verdaderamente no quiero.
—Al baño— señalo la hacia el pasillo, Dylan hace un pequeño puchero pero me obedece sin poner excusas.
Él tiene cuatro años y es un niño bastante inquieto, pero respetuoso.
Limpio todo el desastre en tiempo récord y voy hacia la habitación de Dylan a buscarle ropa limpia, luego de dejar todo sobre su cama voy al baño y lo ayudo a lavar su pegajoso cabello castaño claro, sus ojos azules tan parecidos a los míos no se apartan de mí y siguen cada uno de mis movimientos, cuando termino de bañarlo prácticamente corro con él en brazos y lo visto con toda la velocidad que puedo, peino su cabello y listo.
—Lo siento, Zozo.
Su voz es clara y bastante suave.
—Está bien, solo espera aquí mientras yo termino de alistarme, ¿Si?
Él me da una respuesta afirmativa y yo corro a mi habitación para terminar de ponerme el uniforme de trabajo y lucir lo más presentable posible, intento ignorar el hecho de que voy bastante retrasada, y no solo al trabajo, también debo llevar a Dylan al jardín de niños.
Cuando estoy segura de que tengo todo lo que necesito, preparo con rapidez la mochila de mi hermanito y estoy lista.
—¡Dylan, vámonos!
Él corre a mi encuentro, toma mi mano y ambos salimos de nuestro pequeño y muy humilde apartamento. El jardín de niños queda solo a dos cuadras, es un buen lugar y, aunque no esté en una de las mejores zonas de la ciudad, es muy seguro y tiene un buen programa de educación infantil.
Como es obvio, llegamos tarde, así que hablo con el portero y me permite entrar para llevar a Dylan a su respectivo salón, al tocar la puerta un par de segundos después es abierta por una mujer que nunca he visto en toda mi vida. Alta, piel morena, delgada... Tal vez tenga unos treinta años o un poco más.
La mujer repara en la presencia de Dylan y le sonríe.
—Hola, Dylan, llegas tarde hoy.
Frunzo el ceño.
—Disculpe, ¿Usted quién es?— trato de ser muy educada, pero la verdad es que no me siento cómoda con que una extraña le hable a mi hermano.
—Soy la maestra Sue, supongo que hablo con la tutora legal del niño— estoy bastante confundida, pero igual asiento—. Soy el reemplazo de la maestra Marta, ella está de licencia por maternidad, así que lo que reste de año yo seré la encargada de los niños de éste salón.
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Dulce Obsesión
RomanceZoe Sanders es una chica que se vió obligada a dejar la universidad cuando un terrible suceso le arrebató la vida de su madre, teniendo así que hacerse cargo de la crianza de su hermano pequeño cuando éste tan solo tenía dos años de edad, desde ese...