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Z o e.



Es extraño estar sentada en un lugar que casi no conozco con personas desconocidas para mí, aún más cuando éstas son abiertamente desagradables en tu contra, ¿Pero qué puedo hacer?, Éste es mi primer trabajo en semanas, no puedo darme el lujo de perderlo solo por tener diferencias con mis compañeras.

Así que, estando aquí, comiendo un sándwich de queso, ignoro la presencia y malas miradas de ambas mujeres rusas.

Se supone que debería estar comiendo lo mismo que ellas, un almuerzo decente y completo en toda regla, pero Alberta no preparó lo suficiente como para que alcanzara una ración más para mí, ella dijo y, cito textualmente: "te olvidé, pero toma, aquí hay pan y allá queso, no pienso volver a encender la estufa", todo marcado a la perfección con ese fuerte acento ruso.

Y bien, no discutí, no quiero tener problemas con esa mujer y que todo vaya a peor, aún quedan muchos macarrones con queso en casa, cuando salga del trabajo y llege al apartamento lo primero que haré será servirme la ración más grande que haya, porque estoy segura que éste mismo "accidente" volverá a ocurrir en la cena. De todos modos no me importa, yo no vine a comer, estoy aquí para trabajar, eso es lo que importa.

Termino de comer mi sándwich y me aseguro de lavar el plato, cuando lo estoy poniendo en su lugar mi celular comienza a sonar, así que seco mis manos y lo reviso. Contesto de inmediato al ver que se trata de Chelsea.

-¿Es una emergencia?

-No, Zoe, relájate- suspiro aliviada, pero al ver que ambas rusas me miran decido salir por la puerta trasera y continuar hablando en el patio.

-Nunca llamas en mis honorarios de trabajo a menos que pase algo- menciono.

-Solo queríamos saber cómo va tu nuevo trabajo, eso es todo.

Sonrío.

-¿Dylan está ahí?

-Si, está esperando para poder hablar contigo.

Suspiro.

-Está bien, pásamelo.

Escucho unos leves murmullos, luego Dylan está al teléfono:

-Hola, Zozo.

-Hola, cariño, ¿Cómo va todo por allá?

-Bien, Chelsea compró hamburguesas.

Ante la mención de esa delicia grasienta mi estómago ruge, pero hago caso omiso y me concentro en contestarle a mi hermano.

-¿Eso fue lo que almorzaste hoy?

-Si, porque me llevó a McDonald's- sacudo la cabeza sabiendo que ella no tiene remedio, de una u otra forma siempre termina consintiendo al niño.

-Ahora solo por eso de merienda tendrás solo manzanas, sabes que no me gusta que comas tanta comida chatarra, eso no está bien.

-Pero yo quería galletas.

-Dylan...

-Okay- suspira, como si estuviera pasando por el peor momento de su vida. Éste niño, a parte de manipulador, es dramático-. ¿A qué hora vendrás?

-Estaré ahí en la noche, mientras tanto, pórtate bien con Chelsea.

-Lo haré.

Dulce ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora