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Jongin tuvo una repentina sensación de pérdida. Por un instante se sintió irreal, pero a medida que la espalda de Kyungsoo se alejaba, comenzó a entrar en pánico y a comprender que el chico hablaba en serio. Exclamó su nombre, pero no funcionó. Una vez que Kyungsoo cerró la puerta tras de sí, tuvo la necesidad de salir de su auto para ir tras él, sin embargo, tras pensarlo brevemente, llegó a la conclusión de que no era buena idea hacer un drama en medio de la noche. Así pues, esperó unos minutos en caso de que Kyungsoo cambiara de opinión y al ver que no lo hacía, se marchó.

Condujo en medio de la oscuridad de forma automáticamente, por suerte a esa hora las calles no estaban muy transitadas, de lo contrario podría haber provocado algún accidente. Buscó en su memoria algo que explicara la súbita decisión de Kyungsoo, pero no comprendía. Habían pasado un gran día, se divirtieron y disfrutaron. Todo parecía marchar bien entre ellos, razón por la cual nada de eso tenía sentido.

Se mordió el labio durante la espera frente a un semáforo en rojo, preguntándose si acaso se debía a su relación con Soojung. No pudo hacer más que odiarse a sí mismo, porque sabía que la situación lastimaba a Kyungsoo a pesar de que nunca se quejaba. Y él no había hecho nada para solucionarlo. Había altas probabilidades de que ese fuera el motivo, aunque el rechazo de Kyungsoo seguía siendo abrupto.

Siguió indagando en su memoria, buscando el momento preciso en el que la conducta de Kyungsoo cambió. Entonces pensó en que, si bien parecía que todo transcurría con normalidad, Kyungsoo había estado un tanto callado en el camino. Antes de eso no había dejado de parlotear con júbilo, actuando tan cariñoso como siempre. Puso un mayor esfuerzo y recordó que antes de detenerse a poner gasolina y buscar la cena, todavía parecía feliz. Después de que volvió con los cafés y las donas lo notó más callado de lo usual, pero lo adjudicó a que se encontraba cansado.

Antes de que pudiera seguir pensando en eso, llegó a su casa y vio el auto de Soojung estacionado a un costado. Exhausto, se frotó las cejas y resopló profundamente. Cuando lo vio llegar, Soojung bajó de su auto y recorrió el corto tramo que los dividía para encontrarse con él.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó con el tono más calmado posible—. Es muy tarde, tus padres deben de estar preocupados.

El aspecto de la chica era tan prolijo como siempre, iba bien vestida y su peinado no tenía ni un solo defecto, pero su rostro era lamentable. Sus bonitos rasgos estaban distorsionados en una mezcla de enfado y aflicción.

—¿Dónde estuviste? —su tono era lastimero, aunque no dejaba de ser una acusación—. Te he estado esperando desde la tarde.

Aunque Jongin sintió un poco de lástima, no quiso atribuirse toda la culpa y se cruzó de brazos con firmeza.

—En primer lugar, no es tu asunto dónde haya estado. Y en segundo, lamento que hayas esperado, pero no tenías por qué hacerlo.

Son obstante, Soojung solo gimoteó, exasperada, pero no estuvo dispuesta a dejarse disuadir.

—¿Estuviste con Yuqi?

Jongin lo negó.

—No estuve con ella —afirmó—. Pero debes dejar de cuestionarme. Soojung, la relación entre tú y yo se ha acabado. Nunca he querido lastimarte, pero tienes que entender que lo nuestro terminó.

Bajo la farola que alumbraba el exterior de la vivienda, Jongin advirtió que los ojos de la chica brillaban con lágrimas. Su corazón se sintió pesado de repente.

—¿No es solo una rabieta tuya? —Las palabras eran temblorosas, con un toque de burla—. Tenía la esperanza de que te arrepintieras y fuera solo una decisión que tomaste a la ligera.

Al anochecer / KaiSoo Fest: Retro LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora