No volveré a molestarte

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Freen.

Voy camino a una cena familiar, mi padre llegó de Europa hoy en la mañana y mi madre creyó que sería buena idea salir a cenar todos juntos. Cuando digo todos juntos me refiero solo a nosotros tres.

Llego al restaurante, doy mi nombre en la entrada y me dirijo a mi mesa, mi madre y padre están esperándome.

–Hola cariño –dice mi madre con una sonrisa.

–Hola mamá –me giró hasta donde mi padre–. Hola, papá.

La cena transcurre bastante tranquila, mi padre nos cuenta sobre su estadía en Europa y en cómo piensa en que sería una buena idea que yo me fuera a estudiar allá.

–No creo que sea buena idea –lo miro seria–. Estoy muy bien acá en Tailandia, gracias por preguntar.

–Freen, cariño, quizás debas pensarlo –mi madre trata de persuadirme.

–Soy feliz acá, mamá.

–Pero casi nunca te vemos –mi padre interrumpe–. Además, cada vez que nos juntamos no haces otra cosa que llevarnos la contra.

–Tengo derecho a tener mis propias opiniones, ¿o no?

–Claro que, si cariño, pero de vez en cuando deberías de complacernos

Miro a mi madre molesta.

–¿Complacerlos? ¿Qué mierda significa eso?

–¡Freen! –mi padre alza la voz.

Los miro y me levanto de golpe, pero antes de ir a algún lado, mi padre me dice en un tono amenazante:

–Ni se te ocurra irte de aquí, ¿te queda claro?

Me callo lo que tengo en la punta de la lengua y me dirijo molesta al baño. En cuanto entro veo a Becky en el lavado, está de espaldas.

Lleva un vestido negro que se pega a su cuerpo y su cabello está recogido en un perfecto moño dejando al descubierto su perfecto cuello de cisne.

Aún no me nota y estaba a punto de acercarme cuando recuerdo que la razón por la que está aquí es por su aniversario con Dew. Cuatro años juntos... si, llevaba la cuenta.

Estoy a punto de darme la vuelta cuando nuestras miradas chocan en el reflejo del espejo.

–¿Freen? –dice en apenas un susurro.

–Hola, Bec –levanto mi mano en señal de saludo.

–¿Estás siguiéndome? –suelta en un tono divertido, mientras seca sus manos y se da la vuelta.

–Ja! Ya quisieras –le regalo una sonrisa de lado–. Mi padre vino desde Europa, así que decidimos tener una cena familiar –digo lo último en un tono molesto.

–¿No te agrada la idea?

–No se trata de eso. Es solo que... –no estoy segura si contarle que lo único que quiere lograr mi padre con su visita es llevarme con él a Europa– Es complicado.

Aún seguimos a la misma distancia, yo en la puerta y ella en el lavado, así que decido acercarme.

–¿Y tú? ¿Qué haces acá? –no sé porque pregunto, si ya sé la respuesta.

–Yo... –noto que internamente se está debatiendo si responder con la verdad o solo mentir– Estoy acá para una cita con Dew.

–Entiendo...

–Si, así que tuve que peinarme y vestirme bonita, aunque hoy solo quería quedarme en casa –sonríe levemente tratando de aligerar el ambiente.

–Te vez muy bonita, Bec –lo digo de verdad.

Nuestro Secreto | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora