Ropa interior

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Becky.

Anoche no dormí casi nada, no paraba de pensar en Freen y lo que sucedió entre nosotras ¿Lo peor de todo? No me sentía mal por Dew, pero si me sentía mal por haberlo hecho con Freen.

Cada vez que creía que ella comenzaba a verme de una forma diferente a la habitual, terminaba decepcionada. Anoche fue otra de esas veces.

Me dolía el pecho de una forma extraña, pero como siempre traté de ignorar aquel dolor y concentrarme en otra cosa.

Marque el número de mi madre, necesitaba distraerme y pensar en cualquier cosa, menos en Freen.

–¿Hola? –suena la voz a través del teléfono

–Hola mamá.

–¿Qué sucede Bec? ¿Necesitas dinero?

–No, es solo que hoy no me siento muy bien y solo quería hablar contigo...

–Rebecca por dios, sabes que papá y yo estamos en un viaje de negocios, no puedo atender en este momento a ti y tus absurdos malestares.

–Per...

–Okay cariño, porque no tomas la tarjeta de papá y te vas de compras, ¿sí? –una lágrima cae por mi rostro–. No es momento de tratar de llamar la atención, sabes que estamos ocupados, toma la tarjeta de papá y cómprate algo bonito.

–Mamá –mi vista se vuelve borrosa por las lágrimas.

–Adiós hija, debo colgar.

Escucho el fin de la llamada y comienzo a llorar.

Hoy realmente no me siento bien, quizás por lo que ocurrió anoche con Freen, o no lo sé, quizás realmente es algo que se debe atender ya que en ocasiones el dolor está más presente, pero el tema es que hoy necesitaba de mi mamá, que me dijera algo lindo, o que siquiera me preguntara como estaba. Pero como ya es costumbre terminé esperando mucho de otra persona en mi vida que no hace nada más que decepcionarme.

....

Llegué a la universidad hace unos minutos y veo a Looknam y a Dew hablando en la entrada, honestamente no quiero acercarme, así que decido dar media vuelta y largarme de ahí.

De camino a casa encuentro una cafetería y me detengo para pasar el rato. Aunque no quiero estar en la universidad tampoco quiero estar en casa, en ocasiones se siente muy grande...

A veces pienso en lo solitario que es todo para mí, si me preguntan jamás me ha faltado nada, siempre he tenido comida sobre la mesa y dinero a montones, entonces... ¿por qué siento que me falta todo?

Llego a casa luego de unas horas, estaciono el auto y noto que Freen está en la entrada, me bajó y sigo caminando hasta llegar a la puerta.

–Hola, Bec.

–Mi nombre es Rebecca –la ignoro mientras meto la llave en la cerradura– ¿Qué necesitas Freen?

–¿Estás molesta?

¡¿Qué si estoy molesta?!

¡¡Obvio que sí maldita insensible!! ¡¡Hoy tuve un día de mierda y encima me preguntas semejante estupidez!!

–No –trato de sonar lo más tranquila posible.

–¿Entonces? ¿por qué no me miras a la cara?

–Dime qué es lo que necesitas Freen, dudo que hayas venido hasta acá solo para preguntarme si estoy molesta.

Abro la puerta y entro, no me detengo a esperar a que ella entre, sé que lo hará, aunque se lo impida.

–Pasa que hoy no te vi en la universidad –entra y se sienta en uno de los sillones del cuarto de estar–. Pero si vi al idiota de tu novio, lo cual se me hizo extraño ya que siempre están juntos, además tus clases terminan por la tarde.

Nuestro Secreto | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora