Por siempre

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Becky.

Han pasado un par de días y no he visto a Freen desde lo que paso en el restaurante. Siendo honesta, la extraño. Además, me siento mal porque no fui a despedirme de ella al aeropuerto, leí su mensaje demasiado tarde. Siento que fui muy dura con ella, de entre todas las personas presentes aquel día, Freen debió ser quien se fuera conmigo a casa, pero estaba tan molesta que no pude ver nada más allá de mi ira y en su lugar terminé apartándola.

Mi teléfono suena, pero no contesto, ni siquiera me digno a ver el nombre del contacto que llama, porque no tengo ni ganas de moverme. Me encuentro en la playa, me vine luego de enterarme de la verdad, tenía que pensar así que me pareció que el mejor sitio para hacerlo era aquí. Pero cuando llegué, se sintió muy diferente a como era en el pasado, no me sentí en casa, ni mucho menos sentí la calma que solía regalarme, al contrario, se sintió como si faltara algo o más bien alguien. Freen. He notado que últimamente, las cosas que antes disfrutaba en soledad ya nos las disfruto más, y es a causa de ella. Ha llegado a regalarme su compañía, su comprensión y su amor, y se ha incrustado en lo más profundo de mi corazón.

En el pasado, siempre tenía los mismos sentimientos cuando se trataba de Freen; dolor, tristeza, amor no correspondido. En cambio, ahora, todo es muy diferente. Ahora, cuando ella viene a mi mente, se siente cálido. Cuando pienso en Freen, me siento llena, completa.

De vez en cuando, suelo echar miradas al pasado, a aquellos días en los que nadie me daba los buenos días o en los que nadie me preguntaba si había comido o si había tenido una buena noche o un buen día. Cosas pequeñas, sin importancia, que a la vez si eran importantes. Entonces comparo esos días con los que tengo ahora y es increíble lo mucho que han cambiado las cosas. Actualmente, me despierto y tengo un mensaje de Freen, al medio día tengo otro y así sucesivamente, siempre está pendiente de mí y nunca pasa por alto ningún detalle. Es extraño que una persona dé tanto de sí misma para poder entregarte ciertos detalles, que, aunque parecen insignificantes, para personas como yo, significan el mundo entero.

Me levanto del sillón en el que me encuentro y camino hasta la ventana que da la vista directa al mar. A lo lejos se logra divisar una figura esbelta parada sobre la arena. Por inercia mi corazón comienza a latir de forma acelerada.

Freen.

Freen.

A veces me imagino como hubiera sido mi vida sin Becky en ella.

Cuando era pequeña, antes de conocer a Ja y Oaey, no solía tener amigos. Los niños decían que era muy brusca para jugar con ellos y las niñas opinaban lo mismo, por lo que me excluían de todos los juegos y actividades que hacían. Los primeros años fueron los más difíciles. Tenía seis años y me apenaba tanto ser como era, porque ser yo misma significaba que entonces no tendría amigos, pero entonces llegó Becky. No importaba lo brusca, dura o indiferente que fuera con ella, aun así, me perseguía y me rogaba que fuéramos amigas. Becky me permitía ser yo misma. Ella me salvó. Sin ella no sería quien soy ahora. Pero eso trajo consecuencias, porque mientras que ella me hacía feliz, inconscientemente, yo la hacía infeliz a ella.

Siempre fui muy mala con Bec, ni siquiera sé por qué lo hacía. Tal vez al principio era porque creía que era la forma de atraerla hacia mí, pero luego el tratarla mal simplemente se hizo una costumbre para mí. Cuando teníamos diecisiete años tenía la intención de pedirle que fuera mi novia, o ese era el plan, pero entonces Dew se me adelantó. Él era el tipo de chico que hacía lo que Becky hacía conmigo, la perseguía a todas partes y sin importar lo mucho que ella lo rechazara, este seguía siendo su sombra. Solía molestarme mucho su presencia, y me molesté mucho más cuando supe que eran novios. Desde ahí en adelante fui un desastre con Bec, quizás eran los celos o el hecho de que ella dejó de buscarme y hablarme como antes. Ya no me saludaba por las mañanas al llegar a la escuela, ni me sonreía al toparnos por los pasillos. En su lugar, ella comenzó a evitar cualquier tipo de contacto conmigo, dejó de verme directamente y, en cambio, lo hacía en secreto. Eso me enojaba aún más, pero era exactamente por eso que ella dejó de buscarme. Seguro pensó que era así como yo quería que fueran las cosas. En el pasado cometí muchos errores, pero mi mayor error fue con Becky. Si bien, lo mala e inmadura que fui con ella me formó el camino hasta ahora, de haber sido de otra forma, tal vez hoy nos estaríamos evitando muchos problemas. O quizás no.

Nuestro Secreto | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora