Nuestro Secreto | FreenBecky

Es ahora o nunca

Becky.

Era el día.

El día en el que le diría adiós a la relación con Dew.

Lo he pensado mucho, dios lo he pensado cada día desde que le di el sí.

No sé qué fue lo que me hizo tomar la decisión final de dejarlo. Quizás fueron los días que pasé con Freen o quizás simplemente fue el hecho de no haber hablado con él en un periodo de dos semanas y que eso ni siquiera me importara. No lo sé con exactitud, solo sé que mi vida no puede seguir de esta forma.

Dew viene de camino a mi casa y de cierta forma me siento nerviosa. No sé cómo terminar con él, jamás he terminado con nadie. No es como que llegue y le diga que cortemos porque la persona que amo es Freen, la chica con la que me he estado acostando por las últimas dos semanas, y con la cual he compartido cosas mucho más profundas que la simple intimidad.

No, claramente eso sería el triple de complejo.

Siento unos toques en mi puerta y se de quien se trata. Es ahora o nunca. La abro y logro ver a Dew. Se ve un poco bronceado, lo cual se me hace raro ya que creí que él no saldría de casa estas semanas.

–Hola amor –acerca su cara para de darme un beso, pero sutilmente aparto la mía.

–Hola ¿cómo estás? –trato de sonar lo más relajada posible.

–Bien, un poco agotado –suelta un suspiro mientras entra a la casa–. El vuelo me dejó muerto.

–¿El vuelo? –lo miro confundida–. Creí que no saldrías de la ciudad...

Noto como se pone tenso, pero se da la vuelta y oculta su reacción con una sonrisa.

–Si bueno... yo... yo tuve que atender unos asuntos de papá fuera de la ciudad –se vuelve a dar la vuelta, camina hasta el sofá y se sienta–. Pero no fue nada importante.

–Oh... entiendo.

–Por cierto, qué es eso tan urgente que debías hablar conmigo.

Me dirijo hasta el sofá y me siento frente a él.

–Bueno... Dew –mi pecho late a mil por hora y siento que en cualquier momento me desmayaré–. Yo... yo creo que tenemos que hablar de un par de cosas.

–¿Cosas? –su expresión se muestra confusa– ¿De qué cosas tenemos que hablar?

–Dew... –inhalo hondo y continúo–. Creo que las cosas entre nosotros hace un tiempo que ya dejaron de funcionar. Cada que queremos pasar tiempo juntos no podemos por x motivo. Dios, nos hemos alejado tanto, ya ni siquiera somos amigos, porque cada que quiero contarte algo estás demasiado ocupado como para prestarme atención y pasa lo mismo cuando el que me quiere contar algo eres tú. Es extraño como siento que mientras dejábamos de ser una pareja, también dejábamos de ser amigos.

–Becky, amor –él me sonríe–. Pero eso no es mi culpa, digo, tengo cosas de la que ocuparme, no puedo estar pendiente de ti como si fueras una niña.

Esas palabras me dan el impulso para acabar con esto.

–Dew... –suspiro–. Creo que es momento de terminar.

–¿Qué?... –se tensa sobre su asiento– ¿A qué te refieres con terminar?

–Me refiero a esto –lo apunto a él y luego a mi–. Me refiero a nuestra relación...

La expresión en su rostro cambia completamente. Pasó de estar tenso a estar en completo shock.

–Becky... ¿de qué estás hablando? Si es por lo que acabas de decir, vamos linda, no tiene mucho sentido que cortemos por eso.