Hechizo VII

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"Algunos recuerdos te impulsan a avanzar otros a escapar"

Cuando volvió a abrir los ojos ya estaba oscuro otra vez. Seguía en el mismo sitio donde había caído. Todo parecía inusualmente normal a su alrededor, pues estaba seguro de que estaba siendo perseguido por unas brujas. Se levantó con cuidado, su cuerpo aún dolía por el sobreesfuerzo de antes, sumado a que había rodado colina abajo.

El silencio del bosque era un tanto tranquilizador, pero a la vez también se sentía un poco sombrío. Se sacudió como pudo la tierra de su ahora desgastada ropa, tenía un ligero dolor de cabeza, seguramente se había golpeado la cabeza al caer y chocar con aquel árbol, también debe ser ese el motivo del porqué perdió el conocimiento.

Era momento de seguir, por muy cansado y adolorido que este, tiene que seguir, subió su vista para ver el cielo nocturno, pero lejos de ver las estrellas o la luna, arriba, sobre su cabeza, estaban algo que lo dejo impactado, eran las brujas, inmóviles. Ramas rodeaban sus cuerpos casi cubriéndolas por completo, era claro que estaban...

Muertas.

Shoto abrió los ojos a más no poder de la impresión "¿Él había hecho eso?, ¿En qué momento?" se supone que su magia es exclusivamente de hielo, él no puede hacer este tipo de hechizos.

Su corazón se aceleró a un ritmo ridículamente rápido, volvió a ver hacia arriba como queriendo comprobar si lo que vio era verdad y para buena o mala suerte era cierto. Sin embargo, al ver los rostros sin vida, y esos ojos vacíos de aquellas mujeres, solo hizo que le causara arcadas. Fueron tantas sus náuseas que al final no pudo evitar expulsar lo poco que aún conservaba en su estómago.

El dolor de cabeza únicamente aumento, más porque ahora cayó en cuenta que era la primera vez que le quitaba la vida a alguien, aun si ese alguien era las mismísimas brujas. Era obvio que tarde o temprano sucedería, máximo porque están en tiempos de guerra, no obstante, el hecho de por sí ya es demasiado traumante y perturbador.

Sus manos ahora no paraban de temblar, cerró los ojos y trató de controlarse, de calmar su respiración, aunque le tomo varios minutos, al final logro conseguirlo. Ya no volvió a levantar la vista, esa imagen ya había quedado grabada de manera permanente en su memoria de todos modos, así que lentamente se alejó de aquel lugar.

Caminó por lo que podía considerar varias horas, lo peor era que ni siquiera sabía si iba en la dirección correcta y desafortunadamente no había encontrado ningún poblado como para poder orientarse, o siquiera pedir un poco de ayuda.

Estaba solo.

Su cabeza volvía a palpitar por momentos, sus pies ardían por cada paso que daba y el hambre lo estaba mareando. Fue entonces que terminó cayendo de rodillas al no poder seguir avanzando, sus fuerzas se le estaban agotando... ya no podía soportarlo más.

—Padre... Madre... Lo siento — susurró al viento, pues nadie estaría allí para escucharlo.

Cayó al suelo, permitiendo que la oscuridad lo envolviera una vez más.

—Su alteza... Shoto... Shoto — escuchó que lo llamaban y le movían levemente.

Él estaba apoyado sobre la pared, esperando a que terminaran de hablar Inasa y Bakugo -porque sí, ya le había dicho su nombre- con la persona de la posada y pagar todos los gastos de su estadía; todavía estaba cansado, además de que recién le habían cambiado las vendas, por lo que las heridas ardían un poco, así que creyó que cerrar los ojos un momento podría ayudarlo a relajarse, pero quien diría que sus recuerdos siguieran repitiéndose una y otra vez en su cabeza.

Corazón de Brujo [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora