Hechizo VI

562 81 18
                                    

"La culpa puede ser una carga muy pesada"

La penumbra ya cubría el cielo del reino de Ciegnis, ya los pobladores estaban en sus hogares y algunas luces ya estaban apagadas, familias dormían plácidamente en el interior. El bullicio del lugar no terminaba ni muy tarde, pero tampoco muy temprano, la mayoría se habían autoimpuesto un toque de queda a cierta hora, debido a los constantes ataques de las brujas. Eran pocos los que aún rondaban por aquellos caminos.

Además, los monarcas también dispusieron que muchos guardias realizaran rondas nocturnas para notificar de cualquier hecho o persona sospechosa, por lo que el ambiente en las noches era un poco sombrío.

Un par de guardias hacían su trayecto cuando escucharon un ruido proveniente de un callejón, se acercaron para inspeccionar que había sido la causa de aquel ruido. Justo cuando se acercaron a unas cajas saltó un gato al cual casi atacan por inercia

— Es solo un animal, déjalo y sigamos — pronunció el otro y así ambos se alejaron de aquel sitio.

Cuando ya no se escuchó ruido, detrás de las mismas cajas salió un pequeño niño, era el príncipe quien se había escapado del castillo, apenas había cumplido ocho años, hace unos días, por lo que su madre había hecho una pequeña celebración; a la fiesta asistieron personas dentro del castillo, ya que eran tiempos difíciles y aunque no era el momento para hacer ese tipo de eventos, Rei se negaba a no darle algo de pequeña felicidad a su hijo, por lo que convenció a Enji en hacerlo.

A pesar de que su madre tenía buenas intenciones estuvo un poco aburrido para el infante, porque a decir verdad, salía poco del castillo y a causa de esto Shoto no conocía a ningún otro niño de su edad, por lo que los únicos que convivían con él eran sus padres, el guardián de la biblioteca y la servidumbre. Realmente no se queja, porque todos son amables con él.

Sin embargo, ese día decidió que tenía que salir aunque sea un rato, quizás de noche no era la mejor opción, pero sin duda era más fácil escabullirse en la oscuridad, tenía la pequeña esperanza de que conocería algún otro niño, pero lamentablemente durante todo su trayecto solo había divisado a varios guardias y un par de personas mayores que parecía que ya se iban para sus hogares; pero ningún niño. Suspiro desilusionado, era mejor regresar al castillo antes de que lo castiguen.

No dio ni dos pasos cuando alguien toco su hombro, del susto soltó un pequeño grito que intento reprimir en vano, pensó que ya lo habían descubierto, no obstante, para su sorpresa era un niño rubio con un mechón negro, aun con la poca iluminación pudo apreciar su apariencia parecía un poco sucio y estaba algo delgado.

— ¿Te perdiste? — preguntó el niño inocentemente.

De los nervios Shoto contestó con un sí.

— Ve con un guardia, seguro te ayuda a buscar a tus padres — comentó.

Esta vez negó rápidamente.

— ¿Qué sucede? ¿No quieres volver a tu casa? — tal parece que no lo reconocía.

— No es eso, es que...

— ¡Denki! ¿Qué haces?, debemos regresar — Shoto se asomó para ver detrás del rubio y vio a otro niño de cabello rojizo, había sido el que llamaba a su compañero.

— ¡Voy Eijiro! — contestó — Vamos, regresa a tu hogar. De seguro te están buscando tus padres, deben estar preocupados.

— Igual los tuyos — dijo el pequeño príncipe.

El rubio puso una sonrisa algo triste — Ellos... murieron.

Eso impactó a Shoto, pero tampoco era algo inusual — Lo siento — dijo mientras reprimía su voz trémula.

Corazón de Brujo [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora