Hechizo X

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"Los problemas del pasado, pueden detener tu futuro"

Paso lo que podría decir días en esa vieja y desgastada cabaña, durante ese tiempo hubo breves instantes en las que pensaba ir al reino de Heros con el rey Yagi, pero tras considerarlo cuidadosamente no tenía el valor de enfrentarlo, el temor de ser juzgado, de ser criticado, le estaba comiendo la cabeza. De solo imaginarlo hacía sentir culpa por el simple hecho de haber sobrevivido.

Desde ese día un sentimiento de autodesprecio surgió levemente, lo que hizo tomar la decisión de alejarse de todo y de todos, quizás no era la mejor idea, pero la creencia de que ya no había nada para él se fortaleció aún más cuando recordó como sus padres daban su último aliento, cómo su caballero y amigo era herido mortalmente solo con tal de que él escapara.

Su corazón se estrujó en un torbellino de tristeza e ira; ira, por no haber sabido controlar sus poderes y terminar empeorando todo.

Su tren de pensamiento se vio interrumpido cuando su estómago volvió a clamar por alimento, ya hace días que aquel hombre lo ayudó para luego irse sin más. Recordó el papel que le dejó, la palabra sobrevivir estaba tan fuertemente marcada en él, sin embargo, esto simbolizaba tanto lo bueno como lo malo que lo ha orillado a tener ideas negativas y carentes de cualquier esperanza.

Sobrevivirá sí, pero solo lo hará por sus padres, su amigo y aquel hombre que lo ayudó, suena egoísta de su parte, pues todavía recuerda su reino, no obstante, ¿qué quedaba de allí?

Cenizas.

Muerte.

Destrucción.

Salió de la cabaña con un manto cubriendo su cabeza y el resto de su cuerpo, era una noche helada y la brisa fría lo acariciaba lentamente. Cubrió su rostro con sus manos para después soltar un sonoro suspiro.

Alzó su vista al cielo nocturno, ahora las noches parecían aún más oscuras que ni siquiera las estrellas o la luna lograban iluminarlas.

Inició su camino, que por suerte no fue largo, pues no muy lejos de allí se hallaba un pueblo, su andar parecía la de un alma errante y muchos de los pobladores fueron curiosos al respecto. Algunos murmuraban quién sabe que cosas mientras otros le daban miradas de lo que podría decirse lástima, no quiso prestar atención, su único objetivo era buscar algo para calmar su hambre y de paso contemplar donde pasar la noche, también estaba la opción de regresar a esa cabaña si no encontraba nada para ese entonces.

Logró encontrar un puesto abierto y aunque era obvio que por su apariencia era un bar, quizá habría algo que comer en este lugar.

Cuando ingresó, muchos ni siquiera notaron presencia y otros solo le regalaron una ligera mirada por unos segundos. Llegó a la barra y con voz áspera, ya que no había hablado en voz alta durante días, preguntó si vendían algo de comer.

La dependienta lo observó con una ceja alzada, pues aunque la voz sonaba rasposa, era obvio que el dueño de esta, era de alguien joven.

—Niño, esto no es un lugar donde deberías estar —aclaró.

—Solo quiero algo de comer, luego me iré.

La señora suspiró —Está bien, pero luego regresa con tus padres, no deberías estar tan tarde afuera.

Shoto bajó la mirada —Lo haré, no se preocupe —contestó con voz apagada.

Al cabo de unos minutos ella regresó con un humeante plato de estofado, dejándoselo frente a él para después atender a los otros clientes que recién llegaban.

Corazón de Brujo [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora