Hechizo VIII

399 56 6
                                    

"No siempre podrás huir de tu pasado"

Caminaba por los pasillos del palacio mientras leía un libro, realmente estaba interesado en su contenido, trataba sobre los hechizos que un brujo podrían hacer, al menos los más básicos que eran principalmente en control sobre la naturaleza. El guardián de la biblioteca se lo dio hace un par de días, diciéndole que sería ideal si los pusiera en práctica para poder aprender sobre sus poderes, algo que tomo como una tarea, por lo que desde que lo tiene en las manos casi no lo ha soltado leyendo una y otra vez que hechizo podría utilizar.

Quien diría que ahora estuviera interesado a diferencia de algunos años cuando le tenía miedo a su propio poder, sin embargo, después de pensarlo un poco, si realmente lo dominaba en un futuro, podría ayudar a sus padres con la guerra contra las brujas.

Estaba tan concentrado que sin querer termino tropezando con algo y estuvo a punto de caer, pero fue sujetado a tiempo por su guardia.

—Gracias Inasa.

Había pasado ya una semana desde que lo asignaron como su guardia personal y aunque se sintió algo incómodo al principio de que lo estuvieran persiguiendo a todos lados, al final se acostumbró, después de todo, Inasa respetaba su espacio y era muy amable con él, además de que se sentía bien hablar con él sobre sus cosas, pues él siempre lo escuchaba y no pareciera que lo hiciera por compromiso, sino porque realmente estuviera interesado en lo que decía, como si fuese un hermano mayor y ese sentimiento empezó a gustarle.

Él siempre se preguntó como sería tener hermanos, en el pasado sus padres le contaron que si tuvo tres de hecho, pero lamentablemente todos murieron por el conflicto con las brujas, fue tan duro para los reyes, más porque nunca pudieron encontrar el cadáver de su primer hijo, Touya. Y eso lo seguían lamentando hoy en día.

Al recordar este tema, decidió cambiar de rumbo y terminó llegando al jardín Aeternitas, aquel donde descansaban sus hermanos, al menos dos de ellos, y aunque una estaba vacía, aún se mandó hacer la lápida para conservar la memoria de los tres.

Este jardín era totalmente diferente al de crisantemos blancos de su madre, aquí las rosas rojas predominaban por todos lados, los rosales rodeaban el espacio central donde había una banca justo frente a las lápidas, sabía que su madre venía todas las semanas al menos una hora para sentarse y hablar con sus hijos, la reina todavía lloraba su pérdida por eso nadie la detenía ni siquiera el rey, que a diferencia de ella, casi no venía a este jardín y las pocas veces que lo hacía era inevitable que él soltara unas cuantas lágrimas, nadie sabía de esto porque cuando entraba al jardín ordenaba a todos alejarse, sin embargo, Shoto una vez se escondió, pues tenía curiosidad sobre lo que hacía su padre, si era lo mismo que su madre, pero no esperó ver como el rey al que casi nunca lo ve flaquear ante nada, llorara y tuviera una apariencia tan vulnerable.

Como deseaba que sus hermanos aun vivieran.

Sabía que ellos si lo conocieron, pero fue cuando era un bebe, por lo que él no tenía recuerdos de ellos, su madre le contó que el primero en morir fue Natsuo y poco tiempo después siguió Fuyumi y de último la tragedia los azotó una vez más cuando las brujas volvieron a atacar para finalmente tomar la vida del primer príncipe, del cual solo vieron como las brujas le prendían fuego para luego caer por un risco. Buscaron por semanas, pero nunca hallaron su cuerpo.

Shoto soltó un sonoro suspiro mientras miraba las tres lápidas. Inasa se mantuvo en silencio, sabía que el tema de la muerte de los dos príncipes y de la princesa era delicado para la familia real, por lo que la mayoría evitaba hablar de ello para no abrir heridas del pasado, suficiente tenían con soportar todavía la guerra contra las brujas.

Corazón de Brujo [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora