Delta

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Los Rougues volvieron a su bosque, lamentablemente tuvieron algunas bajas, Leander les ofreció un lugar en su manada pero se negaron diciendo que ellos no querían volver a formar parte de una manada.

Nosotros regresamos a la manada, ya empezaba a amanecer, la herida en mi costado no estaba sanando del todo, pero era mas que obvio era una herida provocada por una cuchilla de plata.

— No está sanando— me dice Leander.

— Estaré bien, solo tardará un poco mas de lo normal, por suerte la cuchilla no estaba bañada en acónito o estaría en verdaderos problemas— justo cuando cruzamos a salvo el límite de la manada sentí un leve mareo.

— Roxie no te ves muy bien— Leander se detuvo realmente parecía preocupado trate de sonreír pero solo me salió una mueca por un dolor que atravesó la herida.

— Creó que realmente no estoy bien— Leander se transformo y soltó un aullido de auxilio, su peludo cuerpo me sostuvo cuando mis piernas ya no pudieron hacerlo.

No escuche ni vi nada mas, solo una obscuridad que quería absorberme por completo.

Narra Warren:
Algo no estaba bien lo supe incluso antes de escuchar el aullido de auxilio de mi hermano, tanto yo como Lee nos dirigimos hacia donde se escuchó el aullido, nos acompañaba la bruja superior y unos cuantos guerreros.

Cuando llegamos vi a mi hermano recostando a Roxie sobre el pasto, su blusa estaba manchada de sangre y podía percibir el olor de su sangre, corrí a su lado.

— ¿Que diablos le paso?— mi mate estaba inconsciente.

— La hirieron, no se en que momento exactamente pero fue con plata— la bruja se puso al otro lado, subió su blusa, mire a los guerreros y estos inmediatamente se giraron a otro lado.

— No es grave pero se desmayó debido al cansancio y la infección que está provocando la plata— la bruja pronuncio unas palabras en un idioma desconocido la herida se fue cerrando —Su loba está agotada por la pelea e intentar sanarla pero ambas estarán bien si descansan al menos este día— asentí, Lee abrazaba fuertemente a mi hermano, pero por que mi hermano y Roxie estaban juntos.

— ¿Fuiste con ella?— mi hermano me miro.

— También tenía cuentas pendientes con los cazadores pero yo no le dije a nadie que iría, Lee sospechaba algo— ella asintió —Pero no estaba del todo segura y supongo que por eso no te contó nada—

— ¿Que cuentas pendientes?— tome a Roxie en brazos, necesitaba darle un baño olía mucho a sangre y eso me empezaba a alterar, al entrar en la casa la deje en el sillón un momento.

— Los niños que te dije que habían desaparecido en realidad fueron asesinados por los medios hermanos de Roxie, por eso la acompañe, ella no quería que fuera pero no le di opción, es una gran guerrera— acaricié su rostro.

— Sin duda lo es— una sonrisa de enamorado adorno mi rostro.

— Pues yo voy a dormir, ¿me acompañas mi dulce Luna?— Lee asintió, se subieron, tome a mi mate en brazos y la subí a mi habitación, le quite la ropa que estaba manchada de sangre, ella se despertó cuando estaba quitándole la ropa interior.

— Hacer el amor contigo después de una pelea en la que resulte herida me parece una muy buena idea— ronroneo y yo solo me reí.

— A mi me parece una mejor idea que tomemos un baño, te pongas tu pijama y nos quedemos acostados todo el día pero sin hacer ningún tipo de actividad física— ella gruño.

— Es mejor la idea que tuve yo— negué con una sonrisa, la ayude a levantarse y la lleve al baño, deje que se bañara ella sola pero me quede ahí viéndola por si algo le sucedía.

Mates opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora