¿Te gusta Opium?.

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Conforme pasaron los días deje de sentir esas ganas de ver a Ed, realmente creo que aquella tarde paso eso por qué hace mucho que no lo veía.

Por otro lado Gerardo y yo parecíamos ir sin rumbo, un día era súper lindo lo que teníamos y al otro era estar en una guerra constante, sin duda era algo que yo no lograba entender, pero también me gustaba estar ahí.

Me siento cansada, la clase de biología me aburre un poco, aunque el maestro es bueno, está explicando algo sobre el número de óvulos y todo eso, pero yo no puedo poner atención, estoy hundida en mis pensamientos, es evidente que no puedo dejar de pensar en Gerardo, me agobia pensarlo por qué el amor nos lleva ala guerra y me confunde de masiado, en verdad me estaba agobiando de masiado, estaba más hundida que hace unos minutos, pero de repente algo me saco de ese hoyo.

Señorita Gina, ¿Me puede decir en qué tema vamos?-Me pregunta el profesor García con un ligero tono de burla.

De inmediato siento como me ruborizó y suelto una pequeña risa nerviosa, para después bajar la mirada y aclararme la garganta.

Lo siento profesor García, no eh puesto atención estoy un poco distraída el día de hoy.- Digo con mucha vergüenza y bajo la mirada, mientras mi rostro se pinta de un como aún más rojo.

Mis compañeros me veían e incluso algunos murmuraba algo, que yo no lograba escuchar, en ese precioso instante quería huir de la escuela, así que apreté los dientes y me concentre en la clase, el profesor García lo hacía incómodo al no quitarme la mirada de encima, pero lo aceptaba por qué lo merezco por no poner atención.

La tarde seguia corriendo de prisa, el cielo se comenzaba a ver oscuro y el sol se ocultaba, mientras tanto yo moría de ganas por ya irme a mi casa, mientras el maestro de Álgebra daba su clase el movil me vibraba en el bolsillo del pantalón, la curiosidad me comenzaba a dar curiosidad por saber quién era, así que disimuladamente lo saqué y lo puse en la mesa justo alado de mi cuaderno, al prender la pantalla ví que tenía mensajes de texto de Gerardo .

¿Te veo en la salida?.

Mi corazón se aceleró y comencé a sentir nervios, por mi mente pasaban millones de cosas, quizá Gerardo y yo seríamos novios oficialmente, o quizá me diría algo lindo, en el fondo deseaba que así fuera, moría de ganas por eso.

El tiempo pasó súper lento, pero cuando llegó la hora de la salida Gerardo ya estaba esperándome afuera, camine con pasos cortos hacia el y cuando llegue lo saludé.

Hola.-Dije con un poco de pena.

El me observó y me tomo de la mano para llevársela lentamente a la boca y besar mi mano, en ese preciso momento mi corazón latio de masiado rápido, y me sonroje.

Tras unos cuantos minutos hablando, me despedí de él y di media vuelta para ir a mi casa, ya estaba oscuro y el aire era muy intenso, así que aunque disfrutaba el camino, tuve que caminar más rápido para llegar a mi casa, todo el camino analice lo que pasaba, no pude evitar pensar de nuevo sobre el amor y en la guerra contaste que mantenía con Gerardo.

Entre pensamientos e ideas tontas llegue a mi privada, y Vi a Ed con mi hermano y unas niñas, realmente no se me hizo inusual.

Ya caminando hacia mi casa corrí con mi hermano a contarle todo lo que había pasado con Gerardo, mientras Ed solo estaba alado de el, por un momento me olvidé de el y seguí diciéndole a mi hermano lo fabuloso que era Gerardo, todo volvió a cobrar sentido cuando de repente ví a Ed, me quedé paralizada al notar que ni siquiera lo había saludado y que por si fuera poco ya había escuchado todo sobre Gerardo.

Hey, hola.- Dije un poco apenada por la situación.

El me echo un vistazo y luego me saludo, sin más no te iba motivos para permanecer ahí, así que me di la vuelta y camine a mi casa aún con mi mochila cargando, al estar ya adentro deje caer la mochila en el sofá y corri a ala cocina por algo de beber, rápidamente me servi un poco de jugo y regrese al sofá.

Realmente hoy me sentía más feliz que otros días,  era como si todo fuera de una manera más amena con la gente correcta.

Tirada en la cama con la pijama puesta puse música, realmente era algo que amaba  hacer, entre tantas canciones puse una que hace muchísimo no escuchaba, en ese instante me trajo muchos deja vu, pero luego ese cantante en especial se comenzaba a volver mi favorito.

No había día en que yo no escuchará a Opium g, pero no solo por qué me gusta, si no por qué a Gerardo también, era como si escuchar eso me transportará con el, con el paso del tiempo me volví un poco más sociable, a tal punto en el que una noche salí en pijama a ver a mi hermano y para mi suerte mi hermano estaba con Ed, realmente no me importo salir con la pijama.

Al estar junto a mi hermano y con Ed recargados en el auto, me entró la curiosidad de saber si Ed escuchaba al mismo cantante que yo, así que lo observé detenidamente mientras el y mi hermano mantenían una charla fluida, tras unos segundos más toma una bocanada de aire y le pregunté.

¿Te gusta Opium g?.- Mientras lo veía a los ojos, por alguna razón quería que me dijera que sí.

Me observó unos segundos y luego una sonrisa torcida se me dibujo en el rostro, me puse algo nerviosa pero aún así me estaba esforzando por actuar neutra.

Obvio que sí, también Gera-Me dijo con un ligero tono de entusiasmo, para luego sonreír.

Yo no lo podía creer, una parte de mi lo veía como algo fabuloso, mientras por otro lado me era un poco irrelevante.

¿Cuál es tu favorita de opium?- Me pregunto mientras me veía a los ojos.

Por ti o ¿Que nos daño?.-Dije mientras me encogía de hombros.

Tras un rato decidí prender el estéreo del carro y poner algo de opium, mientras la música sonaba a nuestras espaldas, el y yo nos reíamos y cantabamos.

Paso el rato y el se fue, así mismo mi hermano y yo nos metimos a casa, el ambiente era bueno, entre platicas y risas me dió sueño y me subí a dormir.

Al abrir los ojos veo que son 3:45 am, no tengo la menor idea de por qué me desperté , pero lo primero que vino a mi mente fue el, increíblemente el, Ed.

No sé por qué lo pienso, pero me tallo los ojos y vuelvo a conciliar el sueño, pero Ed sigue en mi mente, los ojos se me cierran y la obscuridad me arrastra,no puedo más, no lo voy a lograr. Hasta mañana Ed.

El tiempo que duroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora