Ed y Gina no eran los más cercanos, ni siquiera recuerdan si alguna vez ellos estuvieron envueltos en algo más, pero un giro de 360° llegó a su vida, viviendo un romance que a la larga los ahogaría, o mínimo a Gina
Sentada bajo la luz de sol me doy cuenta de que algo en mi ah cambiado, me siento mucho mejor, esta nueva versión de mí me comienza a encantar, es como si con la llegada de Ed yo hubiera cambiado para bien.
La tarde seguia cayendo, el aire era frío y mis labios lucian un hermoso labial rojo, mientras tanto mis ojos lucian un delineado negro que hacía resaltar su color café claro, realmente comenzaba a lucir divina.
Después de un rato llego Ed y mi hermano y yo salimos con el, a decir verdad el y yo comenzamos a ser buena dupla, se estaba viendo normal que estuviéramos juntos, cómo me lo temia a Daniel no le pareció para nada lo que estaba pasando, así que no dudo mucho en expresarme sus quejas, una parte de mi sabía que no tenía por qué darle explicaciones pero por otro lado termine diciendo.
"Es mi mejor amigo, ya deja de ponerte así".
Aunque sabía que las cosas no cambiarían me desvíe del tema y trate de alejarme un poco, fue algo muy raro por qué Daniel venía tras mi así me moviera muchísimo, al final me resigne y me quedé sentada con el en la banca de afuera de mi casa, sabía que estar con el eran las consecuencias de no poner límites, pero se me olvidaba cuando reía con él. La tarde seguia su rumbo así que solo estaba esperando el momento para que Daniel se fuera y así yo pudiera contarle a Ed todo los ur había pasado, en realidad comenzaba a sentirme agradecía por tenerlo en mi vida ya que sabía que el estaría para mí, así le hablara mil veces del mismo niño.
Las horas transcurrieron y Daniel se metió, así que en ese preciso momento corrí con Ed y lo puse al día de todo lo que había pasado, lo mire fijamente a los ojos y me dijo.
"Daniel te es más fiel a ti, que a sus novias"- Para luego soltar una risa ahogada.
Analicé un poco lo que había dicho, tran un rato de charla descubrí que sus palabras aún resonaban por mi mente , cuando de pronto me llevo un recuerdo fugaz, que quizá en ese momento no me hubiera gustado recordar.
Hace unos meses atrás me había dado un pequeño beso con Ed y por algún extraña razón le llegó a Daniel, esto provocando que se enojara y me enviara un mensaje de texto diciendo.
No lo puedo creer, quédate con el, adiós.
Yo no lo tome importancia y me reí, pues sabía que Daniel volvería.
Ed quizá noto que me ausente de la realidad por qué de inmediato me dijo.
Hey- Con un tono de voz serio.
Lo mire fijamente a los ojos y luego sonreír por aquel recuerdo que hacía que me hizo ruborizar, el también me devolvió la sonrisa, solo que no le comenté de lo que me había acordado, quizá por pena o por siempre egoísmo.
Entre risas y chismes, me deje caer en su hombro y el no se opuso, todo iba bien cuando de pronto note que Daniel nos veía fijamente desde su ventana, en ese precioso instante el corazón me latio rápidamente, me mordí el labio y me calme puesto que en realidad no debía de importarme nada de lo que Daniel pensara o dijera.
Cómo era de costumbre a nuestra espalda sonaba opium g, no habia día que no donará "Labios de vainilla" el álbum que me gustaba, yo lo disfrutaba bastante, me preguntaba si el lo disfrutaba como yo, entre tanto olvidé que quería más fotos con el y de pronto levanté el rostro y le dije
¿Nos tomamos fotos?.-Para luego sonreír esperando a que me dijera que sí.
El me devolvió la sonrisa y me dijo que sí, no perdí más tiempo y saque el movil y abrí la cámara, de inmediato el sonrió y yo puse mi mejor perfil, al vernos a el y a mí en la cámara supe que esa amistad era lo que más había estado buscando y ahora que comenzaba a tenerla no quería perderla no tan pronto.
Después de las fotos seguimos platicando y divirtiéndonos de una manera en la que nunca lo había hecho, no con un niño.
La noche cayó y el se marchó a su casa mientras tanto yo me quedé ahí afuera fumando un cigarrillo, pensando en lo divertido que sería si la amistad duraba y en lo genial que sería que el fuera mi confidente y yo la suya, un escalofrío recorrió mu cuerpo al recordad aquella escena del beso, y aunque en eso entonces ambos éramos muy chicos, el beso me había gustado, había sido un momento quizá único.
Esa memoria mía sería la que atesoraria bastante, por qué sin darme cuenta ya nos habías unido antes, y el destino ahora nos volvía a juntar, sin duda mi emoción me consumió tanto que tuve que prender otro cigarro, entre el humo y el recuerdo gire levemente la cabeza y vi el lugar donde estaba sentado hacia apenas un rato y me lleve una sorpresa enorme, puesto que una parte de mí sentía como si el aún estuviera aquí, alado mío, viendo el humo y las estrellas, de pronto pensé.
¡Sería un buen plan, tenerlo aquí viendo el cielo!.
El cigarrillo se consumía a gran velocidad, así que cuando se acabó subí corriendo a mi habitación y me deje caer en la cama para luego levantarme y ponerme la pijama, al sacarme la camisa note que se me había pegado el olor a su loción, asi provocando una sonrisa con los ojos cerrados, quizá pensando en el.
Sabía que había algo mal, era muy insulto que lo sintiera y que lo pensará de todas las formas lindas posibles, así que sentí un vuelco en el estómago y me comencé a cuestionar si yo la muy boba se había enamorado, tras romperme la cabeza asumí que solo lo pensaba por ser mi mjero amigo y por compartir ciertos gusto.
Sin más nada el sueño me venció y me quedé dormida.
"Es tan fácil engañar, y más si es a ti mismo"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
