Love story [LayHo]✓

En la historia: Capítulo 6

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Pov Yixing

—Hola.— Una enfermera nos saludó. —Hemos venido a dejar a la pequeña.— sonrió con bastante felicidad, luego hizo una señal rara para alguien que estaba detrás de ella. —Necesita algo de alimento, además de que es bueno para ella conocer a sus padres.

Eso me hizo sentir raro, y no era una mala sensación, en cambio, me gustaba.

Poco a poco fueron acercando al pequeño bulto, el cual estaba enrollado en una suave manta rosada dando a entender que sí, era una preciosa niña.

Yo quería ver la reacción de Junmyeon, así que volteé con tranquilidad, lo que si no me esperé fue ver su rostro somnoliento, era una bella imagen que quería guardar en mi memoria por el resto de mi vida.

—Es una niña muy bien portada, no ha llorado como los demás niños y solo se la ha pasado dormida.— la enfermera felicito a Junmyeon por cosas que no entendí. —Ahora, vamos a explicarle cómo darle pecho correctamente.— la otra enfermera me miró como si esperará algo de mi.

Así que la mire sin saber realmente lo que quería, era más que claro que no iba a dejarlo sólo, ya no confiaba en sus padres para nada y bueno, nadie me aseguraba que él estaría completamente protegido.

—No se preocupe, él se queda.— la voz adormilada de Junmyeon llamó nuestra atención. —Jamás nos haría daño, así que puede estar tranquila.— le sonrió como para reafirmar su decisión.

Y aunque él no la hubiera escuchado, yo sí lo hice. Por lo tanto me divertí cuando ella se asustó.

—Lo que tiene que hacer es acomodar a la bebé en esta posición…

Empezó a explicar la enfermera, yo quería ver más de cerca así que di unos pequeños pasos, solo veía lo necesario, no necesitaba estar encima de ellos.

Lo que si no me espere para nada, fue ver sus senos.

Me sorprendió demasiado, y aunque mi rostro no expresa muchas cosas, yo sabía que podía verse algo sonrojado.

Había visto en mis misiones a mujeres desnudas, pero jamás a un hombre con esos grandes dotes.

Se veían suaves, grandes y sobre todo muy lindos, no era quien para juzgar el cuerpo de alguien más, pero a él le quedaban muy bien.

—Si exacto, acerqué a la bebé…

Si no fuera por el escandaloso sonido de mi celular, yo jamás habría quitado mi mirada de esa bella escena.

—¿Sí?— contesté en voz baja.

—Xing ven rápido a casa.

La voz de Luhan no me gustaba para nada, sonaba muy agitado y nervioso, cosa que era extraña en él.

—¿Qué ocurre?— pregunté aún manteniendo mi tono de voz.

—¡Es tu madre!

Luego un corto silencio, mi corazón de la nada empezó a latir demasiado rápido, algo no estaba bien y lo presentía.

—¡Acaba de fallecer!

¿Qué?

—Cuando llegué a tu casa todo estaba normal, al momento de ir a avisarle que la comida ya estaba lista ella no me respondió.

Mi madre…

Ella tan solo se fue, sin dejar ningúna explicación.

¿Fui un mal hijo?

—La moví varias veces con cuidado y siguió con los ojos cerrados, me asusté por lo tanto revise todos sus signos, pero ya era demasiado tarde.

Ella murió.

Confiaba demasiado en Luhan por lo tanto le creía, sin embargo mi corazón estaba empezando a negarse, ella no podía solamente irse.

—Llame a Sehun para que arreglara algunas cosas… Xing, debes venir.

Lo sabía.

Solo que no me sentía preparado para verla, ella aún tenía mucho que ver conmigo, yo había prometido llevarla de viaje.

Todo quedó en promesas.

Me sentía un inútil en esos momentos.

Nadie está preparado mentalmente para la muerte de un ser querido y era muy difícil. El shock era instantáneo más no te aseguraba una reacción medianamente correcta.

¿A dónde tenía que ir?, ¿qué debía de hacer?, ¿cómo se reacciona correctamente?

—¿Qué te pasa?

Su suave voz me atrajo de vuelta a la cruel realidad, ¿qué debía decirle?

Mis ojos estaban picando, solo que no deje salir ninguna lágrima, mi pecho dolía y mi garganta tenía una bola enorme que me impedía siquiera carraspear.

Así que negué, no me valía de nada sonreír si al final todo era falso, lo único que sabía en esos momentos era que debía salir corriendo a casa.

Ahora que podía darme cuenta, estábamos solos, las enfermeras ya se habían marchado, la bebé estaba plácidamente durmiendo en sus brazos.

Una nueva vida, atrae la muerte.

Palabras ridículas que las personas inventan solo para atraer las malas cosas, yo no lo creía y quería asegurarme de que mi madre se había ido a descansar.

—Te veo mal.— murmuró. —A mí no me tienes que esconder las cosas.— palmeó con suavidad la espalda de la bebé. —Estamos aquí para ti.— sonrió un poco.

Aguantarme no serviría de nada, las lágrimas no estaban saliendo y mi corazón se había roto en miles de pedazos.

Mi madre murió y yo no estuve ahí.

Cerré los ojos. Esas situaciones me superan demasiado, mi cabeza estaba hecha un lío.

Estaba cansado, eso era más que evidente. Sin embargo, yo quería ser fuerte y darle a mi madre una digna despedida.

—Dilo.— volvió a murmurar. — Estamos aquí.— repitió de nuevo.

Así que lo mire con atención, ¿qué ganaba yo al decirlo?, sus ojos me estaban brindando esa tranquilidad que claramente necesitaba, pero que no me atrevía a decir.

—Mi madre…— trague saliva. —Acaba de morir.— sonreí.

Me sentía roto y perdido.

El niño de mamá.

Todo eso se había ido.

—No…— sus ojos se llenaron de lágrimas. —¿por qué?— negó.

—Ella ya estaba muy enferma.— mire hacia otro lado. —Le quedaba poco tiempo, solo que estaba aguantando demasiado.— parpadee. —Tengo que irme.— limpié sin cuidado mi mejilla derecha, la lágrima me había ganado y ahora estaba demostrando lo débil que era.

—No tienes que esconderte más.— su suave voz fue un calmante. —Deja salir todo aquello si es necesario, nadie tiene el derecho de juzgarte.

Eso me dejó pensando.

Me acerqué a él, era bueno saber que alguien más estaba para mí.

Mire a la bebé, estaba aran pacíficamente dormida, ella era hermosa toda hinchada y de color rosita, eso me hizo sonreír.

—Te esperaré.— beso mi mejilla.

No me había dado cuenta de lo cerca que estaba de ambos. Mire de cerca y pude notar aquel brillo y ese sentimiento que estaba latente.

Yo también estaba enamorado.

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