VI

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Advertencias: Ninguna.

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Cita, esas palabras junto a “el segundo de Boten” eran extremadamente horribles por sí solas.

Akiko dudaba si llamarlo, no quería a un raro en su vida, pero de todas formas ya invadía su espacio. Ella sabía que era menos que un capricho y si le sacaba provecho ambos estarían a mano.

Suspiró y alcanzó su teléfono, ya le daba igual pasar su único día libre con Sanzu—. Hola…

—¿Eres la chica de la barra, o le robaste el teléfono?, tardaste tres días en llamar— su tono era perezoso.

—Estaba ocupada— respondió la azabache—. Solo quería saber cómo estaba y…

—Y yo voy a pedir dulces este Halloween— exhaló seguramente el humo de un cigarrillo—. Pasaré por tí en dos horas, recuerdo que era un barrio feo pero así son todos, mándame tu ubicación, muñeca.

—Lo pensaré— Akiko colgó casi de inmediato, ahora tenía que estar lista para salir—. Un baño y después veo que hacer con mi cabello.

Corrió a su regadera para darse una ducha limpiando minuciosamente algunas zonas. Salió notando que ya habían pasado veinte minutos desde la llamada por lo que mandó la ubicación junto a un “Veamos que tan divertido eres”, pues no quería lucir más accesible de lo que ya era.

—Mierda, mierda, mierda— repetía en voz baja mientras terminaba de secar su cabello y se ayudaba a darle forma con un cepillo—. Tonta, debiste decirle que otro día…

Perdió la noción del tiempo mientras los minutos pasaban hasta convertirse en una hora. Buscó sus tacones y un conjunto de ropa interior “sexy” que era negra y delgada, sabía lo que haría y definitivamente no era rezar.

Acomodó su vestido de tonalidades azules marino y revisó que todo estuviera cerrado antes de salir a causa de un mensaje “Estoy afuera, muñeca”. Eran casi las diez de la noche así que salió con sumo cuidado para no molestar a los vecinos.

Sanzu esperaba junto a la puerta del copiloto, la cual abrió—Luces preciosa— usualmente le habría dicho algo más vulgar pero parecía de buen humor—. Sube, te llevaré a un buen lugar.

—Buenas noches, ¿exactamente a dónde es?— preguntó nerviosa, le gustaba el hormigueo en su vientre y entrepierna.

—Un restaurante bonito— murmuró sin darle más detalles.

Algo era seguro, estaba mal mentalmente como para subir con Sanzu a un auto sin apenas saber el destino. Se quejó consigo misma por no ser cautelosa. Llegaron a un restaurante no muy lejano de la ciudad donde cenaron acompañados de un ambiente relajado y comieron con la novedad de que el más alto se comportó como un caballero.

—Dime quien eres— pidió Sanzu y en compañía de las luces bajas no podía ser más hermoso—. No suelo preguntar pero no eres una prostituta, o eso espero.

Dealer [Sanzu x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora