Capítulo III. "¿Es una puta broma?".

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Siento la vibración de mi teléfono en mi panza, no quiero levantarme, es la pereza de todos los días, pero hoy es la que me supera. "Tengo 15 min. De más todavía, ahora vivo más cerca". Con mis manos me acerco a Beethoven que esta más duro de lo normal, pero lo ignoro, mi teléfono sigue y sigue, me separo de Beethoven, me giro en busca de mi celular, hasta ubicándolo con mis manos y lo apago, intento volverme a concentrar en mi sueño, muevo mi cabeza y veo un estante.
— ¿Dónde estoy?. — Reacciono dando un pequeño salto. "Te acabas de mudar, burra". Me calmo, pero un dolor agudo se inserta en mi cabeza, me levanto de la cama teniendo dificulta con mi equilibrio. — ¿Qué paso anoche?. — Me paso una mano sobre mi frente intentando bajar el dolor de cabeza. — Me pace de refresco. — Me rio, vuelvo mi cabeza para buscar mi peluche, pero lo que encuentro es con un hombre durmiendo sin camisa a mi lado, asustándome haciéndome caer al suelo, intento no hacer ruido por el dolor sobandome el trasero, veo mis piernas descubiertas y una camisa manchada que me cubría parte de mi cuerpo, mi mente se empieza a despejar y los recuerdos de ayer regresan. "¡Esos dos, desgraciados!, pero antes...". Jalo la camisa revisando bajo de ella, descubriéndo lo que temía, siendo lo único que me cubria. "Huye".  Me paro al instante que el dolor se me olvida, busco mi ropa, ubico el pantalón del atuendo, mi sostén, mis lentes colocandomelos, sujeto la otra parte del conjunto, mi chamarra, mi teléfono, mis llaves de mi casa, solo mis zapatos no aparecen, oigo que se mueve y me quedo quieta, cuando veo que sigue dormido camine lentamente sin hacer ruido, me tropiezo con algo y veo que son mis botines, pero una está rota. "¿Que chingados paso?". Las ignoro y abro con delicadeza la chapa saliendo y cerrándola igual, camino con desesperación intentando ubicarme donde carajo estoy, recorro el largo pasillo hasta chocar con alguien.
— Señorita serena – Me encuentro con Eliot. — ¿Está bien?. — Me mira de arriba abajo con extrañeza, supongo que como vestía, lo más lógico. — ¿Desea desayunar algo?. 
— No, no, me tengo que ir, tengo que ir al trabajo, la clase es a las 9 en punto y son las. — Saco mi teléfono para leer la hora. — Las 8:50. — Leo. — ¡Las 8:50!. — Digo alterada despidiéndome de Eliot y me voy, salgo de la casa captando que estoy descalza. "¿Dónde estoy?". Saco mi celular y veo varias notas de voz de Mon en WhatsApp, entro a Google Maps ubicando donde estoy. — ¿Jardines? Se ve diferente. — Busco el rio, pero veo que la iglesia me aparece más cercana, entre mis contactos encuentro un numero de taxis. — Bueno, quiero un taxi frente a la corpus christi, si, gracias. — Con la vergüenza que tengo, doy marcha guiándome por el teléfono y voy escuchando las notas de voz de Mon: Nota 1 "Heyts, ¿Dónde edas?". Nota 2 "Sedena, pensde que idias cond mad traqudildiad con el guado". Nota 3 "Eda sed buenads mados, ya nos vamos" – Y sigue y sigue con notas de que se van y sobre el hombre — Nota 10 "¡Serena! Tu gata me quiere matar". — Chilla y oigo siseos de fondo – Nota 11 "AYUDAME CHIHUAHUA". Nota 12 "¡Serena me tiene acorralada!". — Llora. — Nota 13 "Güey por favor". Nota 14 "Ya se fue, le di atún para desarme de ella, la encerré en tu cuarto". — Termino con las de la madrugada – Nota 15 "Hey ¿Donde estas? Es tarde y no hay rastro de ti". Nota 16 "¿Ya te fuiste a la escuela? Entraría a tu cuarto a revisar, pero no quiero morir con tu gata". Nota 17 "Güey me preocupas". — Es la última nota y no tiene mucho que la envió, la llamo mientras estoy a unos pasos de llegar a la iglesia. — Hola Mon necesito tu ayuda.

¿¡DÓNDE PUTAS MADRES ESTAS GÜEY!? ME AGUANTE EL PINCHE MIEDO A TU MUGRE GATA Y NO ESTABAS EN TU HABITACIÓN ¿QUÉ PASO CONTIGO BABOSA?, LE LLAME A TUS PADRES SI NO TE HABIAS IDO PARA ALLA, LES DIJE QUE YA DEBERIAS DE ESTAR EN LA UNID PARA NO PREOCUPARLOS, LLAME A LA UNID Y DIJERON QUE TODAVIA NO LLEGABAS, ¿GÜEY QUE PEDO?.  Me grita en el oído, me alejo el teléfono, escuchando su regaño, hasta que para por fin.
— Pues donde tú me dejaste pendeja, me olvidaste en el maldito lugar con un desconocido me dejaste, tú y Tom se fueron y me olvidaron par de cabrones, se llevaron mi carro y espero que este bien o si no los voy a ahorcar imbéciles. — Ahora soy yo la que empieza a enojarse. — Porque si le paso algo a mi carro me va a matar mi papa y después los vendré a acechar hasta el fin de sus horribles días. — Unas monjas pasan por mi lado y se me quedan viendo raro. "No es lo que creen". Bajo el teléfono. — Buenos días. — Me medio saludaron y siguieron su paso, por suerte llego el taxi, me subo y le doy indicaciones. — Mira, después seguimos hablando sobre eso, agarra mi mochila de la escuela, esta por la puerta y búscame unos zapatos, rápido, te veo en la universidad, ni digas que no, me lo debes canija. — Le recriminó, escucho un si y cuelgo el teléfono, me concentro en el camino, empiezo a intentar pensar todo lo que paso o imaginarme todos los posibles escenarios de que yo estuviera así.
— ¿Se encuentra bien señorita?. — Escucho mencionar al chófer sobresaltándome. 
— S-s-si, perfectamente.
— ¿Segura? Esta algo roja. — Inmediatamente me veo en el retrovisor y efectivamente mi rostro le gana a un tomate. — Si quiere la llevó a su casa, le cobro lo mismo que a la universidad, puede llamar a su trabajo y descansar para mejorase señorita.
— No, no, No se preocupe, estoy muy bien, aveces me pongo colorada, además, es tiempo de mis alumnos que les pedí y poder terminar sus trabajos y ayudarles si se les dificulta
— ¡Vaya! Usted es muy buena maestra, ojalá todos  fueran así, pensar en mejorar a sus alumnos
— Cada quien su estilo, yo lo aprendí de uno maestros que me dieron ahí.
— ¡Ah! Usted fue alumna de ahí, que bien, que bien. — Llegamos a la escuela, por suerte traía algo de dinero en uno de los bolsillos de la chamarra y pague, me metí al edificio y me quede en el primer piso, esperando a Mon, me reviso en el reflejo del teléfono.  "Por suerte el maquillaje no se arruino, bendito seas delineador que uso". Observando que mi delineado está intacto, solo la sombra está se borro, este empieza a sonar.
— "¿Dónde estas?".
— Sube las escaleras en el primer piso. — Escucho que alguien empieza a subir las escaleras, pero me giro por sí no es Mon. "Nadie debe de verme en este momento". — ¿Ya vienes?.
— Estoy detrás de ti. — La oigo y cuelgo el teléfono. — ¿Qué rayos llevas puesto Serena?. 
— No tengo tiempo de explicarte voy tarde. — Le arrebato la bolsa, pero ella jala las correas
— No la soltare, hasta que me digas.
— Sueltala Mon, mira, quédate aquí, me voy a arreglar y cuando regrese me acompañas al taller y ahí te explico todo, pero déjame libre. — Accede y corro hacia arriba.
— Los zapatos están en la mochila.
— Si. — Le grito, veo que el guardia está distraído y corro hacia la otra escalera e igual paso para el tercero y que no me vean en los vitrales de abajo, llego y entro, siento lo fresco del clima y lo frío en mis pies, pero oh sorpresa, en la sala magna hay clases. "¡Se supone que no hay clases hoy! ¿Quien esta ahí?". Paso rápido con una mano sobre mi rostro, giro para ver quien es el que da clases y me encuentro con Stephan, él se me queda viendo, giro mi rostro y me tapo más con la mano mientras apresuró el paso al baño, me encierro, lo primero que hago es quitarme la chamarra y tenderla en una puerta, agarro papel, corto unos pedazos y los tiro al suelo y los otros a mi lado, agarro algo de jabón y me empiezo a lavar los pies, cuando termino con uno, lo pongo en el pedazo de papel del suelo y así con el otro, de la bolsa saco un líquido y mi delineador, me quito el sostén que llevaba arriba de la camisa, poniéndolo por la chamarra, me lavo la cara con el desmaquillante, me seco con otro pedazo de papel, me hago mis rayas de siempre, coloco los zapatos y camino por mi bra, saco la camisa y coloco el bra sobre mi piel, de los bolsillos saco el conjunto de arriba y me lo pongo, me cepillo el cabello con un peine que tenia en mi bolsa, ya que estaba la mayoría lista, recojo mis cosas, salgo del baño encontrándome frente a frente a Stephan. 
— Ay, hola Stephan, no te había visto.
— Cuando cruzaste miradas conmigo saliste corriendo. — Me regaña.
— Pff, por favor, no suena a mi cariño. — Intento sonar segura, pero no me sale. — Ya me tengo que ir, voy tarde para las clases. — Choco con la pared. 
— Serena ¿Estas bien?. 
— Claro que estoy bien, sabes que estoy media pendeja, me tengo que ir, bye — Giro para escapar.
— Serena, esta camisa ¿Es tuya?. — Me enseña la prenda que traía antes. "Casi, casi Serena".
— Ah si, es para el taller. — Menciono mientras se la arrebato y camino o mejor dicho huyó de ahí, bajo al siguiente piso, donde esta don Luis y firmo mi hora de llegada, ya llevo más de 10 min. Bajo al siguiente donde arrastro a Mon conmigo, voy por las llaves del taller y veo que ahí esta don Guille.
— ¡Maestra Serena! Ya me estaba espantando, vi que pasaron unos 10 minutos y no la veía llegar por las llaves. — Menciona.
— Oh lo siento don guille, tuve un pequeño inconveniente. "Yo diría gran con ese sujeto". Me permite las llaves del taller y el control de los climas por favor. — Don guille me los da, y la lista para firmar que yo tengo las cosas, me intenta hacer platica como siempre, pero lo detengo porque ya era tardé, le hablo a Mon y me sigue al taller, veo a mis alumnos preocupados porque no llegaba, cuando me vieron se alegraron, empecé a quitar la cortina de lámina, de ahí, abrí la puerta, después de mi todos entraron con sus materiales, prendí los climas, coloque el temporizador en 5 minutos dejando la puerta abierta, cada quien se coloco en un lugar para realizar su trabajo. — Recuerden que tienen hasta las 12:00, si no, les doy hasta las 3, pero una hora es de comida, si se atoran en algo o requieren ayuda hablenme. — Todos me responden un si y le siguen a su trabajo, yo me siento en uno de los escritorios y ahí esta Mon esperando.
— Oye, les diste hasta las 3 y a esa hora me dijo tu mamá que vamos a ir a comer.
— ¿Que? ¿Porque te dijo a ti nada más?.
— Será porque alguien no aparecía y no contestaba el teléfono.
— Será porque alguien me olvido anoche.
— Ya superalo.
— Supera tu cola. — Agarro mi teléfono, veo que el temporizador esta por acabar me paro a cerrar la puerta y apago antes que suene, le marco a mi mamá.
— Oye, cuéntame antes lo de anoche. — La ignoro mientras mi madre me contesta, ella me intenta arrebatar el teléfono, yo le hago caso omiso y le alejo las manos.
— "Hola Serena ¿Qué paso? ¿Dónde estabas?". — "Todo mundo me hará esa pregunta hoy, yo también quisiera saber". 
— En la escuela, llegué temprano porque quería desayunar por acá y olvide cargar mi teléfono, apenas lo voy a conectar — Escucho un "mmm" de su parte
— "Bueno, le dije a Monica que a las 3 iríamos a comer, pero ¿A qué lugar quieres ir?"
— Mamá, talvez salga a las 3, y del lugar, aun no se una pechuga parmesano. — Hago una pequeña sonrisa. — Pero no todos pedirán lo mismo, así que ya no se bien, por eso te digo que en un rato te respondo. 
— "Esta bien, pero tu hermano va a". — Es interrumpida por uno de mis alumnos
— Maestra, me puede venir a ayudar.
— Voy, dame un minuto, sigue mamá. — Me paro para ir con el que me hablo.
— "Tú hermano viene, no le toca guardia y se regresa el domingo, de hecho ya llego, pero ya sabes dónde está". — Escucho un poco de molestia en su voz.
— Con Tabitha, pues déjalo, es normal, es su novia, ya llevan años juntos.
— "No digo que este mal y tampoco me molesta". — Miente.
— Mamá. Así no hagas el trazo, más delgado. — Le explico a un estudiante. — Lo tienes que diluir un poco en agua, les dije que trajeron un papel para practicar antes de hacerlo en el lienzo, ves por una hoja de tu libreta, correle. — Este hace caso. — Lo que te decía mamá. — Me vuelvo al teléfono. — Henry ya esta grande, el sabe lo que hace, si, esta mal que llegue y rápido se vaya con ella, pero en lugar de quejarte conmigo, dice lo, ya tiene 28 años, las cosas se entienden hablando, e igual, luego esta ahí con Tabitha.
— Aqui esta maestra. — Pongo la hoja en la mesa y hago el degradado con el pincel
— Ahí, practica, si no, me vas a comprar un aguilucho y te presto hojas.
— Esta bien maestra.
— "Bueno, ya te dejo trabajar, antes de que salgas me llamas".
— Si mamá, adiós. ¿Qué?. — Observo a Mon que me estaba mirando con atención. — ¿Porque me miras así? ¿Acaso vas a declararme tu amor?. — Nos empezamos a reír. 
— Ya cuéntamelo. — Bufo.
— Ays, chamaca necia. — Le cuento todo lo que paso a anoche, hasta terminar con lo de hoy, mientras que dejo mi celular cargando. 
— A la madre güey ¿Enserio no recuerdas qué paso anoche?.
— Cuando te digo algo, ¿No lo escuchas?.
— Bueno ya, ¿Cuando saliste te vio él? ¿La camisa que traías era de él o mejor dicho es de él?.
— Cuándo salí despavorida, él estaba dormido, pero su amigo no, con él choque, me vio raro, pero me dejó ir sin darme alguna excusa. 
— Y te trajiste la camisa.
— Si, ¿No me viste? Me puse mi bra por encima y me medio cubrí con la chamarra, lo que me interesaba era salir de ahí lo más antes posible.
— ¿Tus zapatos?. 
— Estaba uno roto, así que los dejé para huir más rápido. 
— Mmm, y y y y. — Se lo que viene. — Viste algo de tú. — alarga el tú. — interés
— Sí, otra idea para matar a mi mejor amiga. — Le digo amargamente. 
— Ay vamos.
— Ya te dije que no sé qué paso, y lo que paso en la mañana.
— Y si paso, lo que normalmente pasa.
— ¿A que te refieres?. — Arrugó las cejas. "Temo que sea lo que luego se le sale".
— Bueno, un hombre muy atractivo y una mujer muy hermosa, medio ebrios, en una habitación, solos, con algo de calor.
— Ya, ya cállate. — Le tapo la boca. — Ya te había ubicado, pero no pensé que lo dirías así. — Quito mi mano de su boca. — Hay jóvenes aquí, Controlate Mon.
— Pero no tienes una idea, como dolor.
— El único dolor que sentía era de mi cabeza y se fue al asustarme de ver a un sujeto. semidesnudo en la cama donde yo estaba dormida. Oh dios, no era Beethoven al que abrace. — Me tiro en vergüenza hacia el escritorio, escucho la risita de Mon, que me hace enfurecer.
— Maestra ¿Así esta bien?. — La salva una alumna y yo solo hago una seña para ahorcarla, me levanto y voy al auxilio de mi alumna, me enseña su trabajo.
— Esta bien Melisa, fírmalo y ya te puedes ir, a ver son las. — Recuerdo que no traigo celular
— Las 12:30. — Me enseña la hora Melisa cuando la dijo.
— Bien, tiene media hora, si no, nos vamos a comer y regresamos, también guarden unas cosas — Les dejo dicho, camino hacia donde estaba antes. 
— Pues te ves bien, tal vez si fue dulce. — No pude evitar darle un sape. 
— Monica controlate. — Riño, ella solo se rio haciéndome enojar más. — De verdad que eres. ¿Quien ya acabó?. — Todos me miraron asombrados por mi voz molesta, unos me respondieron con "ya" pero con miedo, otros aun le faltaba poco. — Los que ya terminaron ya váyanse, los que no, vayan a comer, tiene media hora o lo que yo tarde en comer. — Aceptaron — Antes de que se vayan, limpien su lugar.
— No te tienes que desquitar con ellos.
— Ay tu callate, que tú eres peor abandona amigas. Apúrense. — Unos terminaron rápido de limpiar, otros le faltaba poco. — Ya se acabó el tiempo, los que no terminaron, tendrán que volver para seguir limpiando y los de su trabajo igual, los veo en un rato. — Unos sujetan sus mochilas y trabajos, otros solo sacan su cartera, yo me cargo mi mochila, desconecto mi celular, guardo el cargador en mi bolso, meto el teléfono a uno de mis bolsillos, veo que la mayoría de los alumnos ya se salieron, agarro las llaves y el control del clima, Mon me sigue. — ¿Quieres ir a comer? O me vas a abandonar. — Recrimino, ella solo rueda los ojos.
— Voy contigo amargada.
— Desde que nací.
— Ahora sé porque tu gata es así. — Me limito a mirarla de reojo.
— ¿Qué quieres comer güey?.
— Que tal algo que te haga recordar lo de anoche, algo mágico.
— No paso nada. — Cierro la puerta una vez que sale. — Ya te dije que no pasó nada. — Cierro la de Lámina. — Espero.
— A ver corre. — La veo extraño por su sugerencia. 
— ¿Qué? ¿Para qué quieres que corra?.
— Probar una teoría.
—¿Qué teoría?. — Pongo una de mis manos en la cadera. 
— Probar si ya no eres o sigues siendo.
— Monica, esto no es Wattpad. — Empiezo caminar negando su absurdo comentario
— Pero que tal si funciona, si te duele abajo es que si hubo, si no, es que no.
— ¿A quien carajo le importa si perdí o no la virginidad?. — La gente se me queda viendo extraño, las mujeres mayores con asco, las que aparentaban mi edad con una expresión de que estaban de acuerdo y los hombres, bueno, unos ve veían exageradamente. — Aparentemente esta muy sobrevalorada la virginidad. — Sigo caminando hasta el primer edificio. — Además, no voy a correr, yo no corro. — Le dejo dicho entrando al edificio. — Buenas tardes don guille, le dejo las llaves y el control, en media hora o un poco más regreso, algunos no han terminado. — Don guille acepta y regreso con Mon.
— Si que no sabes cooperar.
— Te pagaré la comida, considera una cooperación. — Pasamos a la esquina, mi teléfono vibra "Número desconocido" Veo que dice al sacarlo del bolsillo. "Que raro, ni siquiera es de aqui". Lo ignoró y regresa a mi bolsillo, seguimos nuestro paso, pero me paro de repente.
— ¿Qué pasa? Serena. — Pregunta Mon desconcertada, él quita su mirada de su celular y gira hacia nuestra dirección hasta ubicarnos,  sus ojos concentrados en mí. "¿Es una puta broma?".

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