Noah me sujeta y atrae a él, para evitar que mi espalda choque con el asiento.La vergüenza se apodera de mí.
— Eliot. — Riñe Noah con tono de advertencia. Sus rodillas un poco enterradas en el asiento y una de sus manos en el hombro.
— Lo siento señor, es que... vi algo... que me hico frenar de repente. — Se excuso.
La mano de Noah se encontraba por mi cadera y la otra la bajo sin darse cuenta de que estaba en otro lugar, yo encima de su pecho, una mano en su pectoral y la otra sujetando al gatito.
Mi corazón latía fuerte con la otra mano cerca de mi muslo.
— Ten más cuidado. — Exclamo Noah respirando para tranquilizarse, me intento reincorporar alejándome un poco de él, sus ojos chocan con los míos, veo como baja un poco su mirada y vuelve a mí con gran trago. Me quito y él me ayuda alejándome hacia el otro extremo, gira su rostro hacía la ventana parloteando algo, Eliot nos mira por el retrovisor sin decir nada.
"Lo último que necesito es causar malas ideas. ¡Maldición Mon!".
Coloco al gato en la caja con su hermano, paso una mano por mi cabello desordenándolo más.
— ¿Esta es la funeraria señorita? — Menciona Eliot, volteo hacia la dirección de Noah y lo veo aun con su cabeza hacia la ventana y una mano es su regazo, cubriéndose de mí. Muevo mi vista antes que él la sienta fijándome en el local de afuera.
— Si, si es aquí. — Me bajo rápido, dejo la caja enfrente con Eliot y cierro la puerta, me paso al otro lado y observo una plática entre Eliot y Noah, Eliot parece que se reía y a Noah eso lo hacía enfurecer, hasta que dio vuelta con una mano apuntándole amenazadoramente, Eliot le grito algo cuando Noah paro alado mío, Eliot hablo algo, pero aun veía molestia en Noah, hizo una seña levantando su pulgar Eliot, Noah lo miro queriendo decir algo, pero me vio a mí y luego a él hasta que bufo, dando unos paso hacia el puesto, Eliot se reincorporó. Yo los mire confundía y fui tras Noah que estaba recargado en la pared con los brazos cruzados y su expresión molesta, me le acerco picándolo con mi dedo para llamar su atención, sus iris azules se insertan en mí, inmediatamente cambiando su gesto de enojo, a uno relajado, sus cejas arrugadas ahora lisas.
— ¿Problemas en el paraíso? — Digo burlonamente, él alzo una de sus gruesas cejas.
— Depende a lo que se refiera. — Menciona agachándose un poco. Exclamo algo en su idioma, lo único que entendí fue mi nombre, mientras me miraba de arriba abajo.
— Ora, ora, ora, la tuya por si acaso compadre. — Le dije empujándolo su risa ronca sonó al pasar a su lado mientras lo empujaba con el antebrazo, me senté en las sillas que tenían la mesa cerca, me siguió sentándose a mi lado.
— ¿Por qué esa reacción Serena? — Murmura con intriga, hecho un vistazo de reojo.
— Sepa la madre que dijiste güey. Si es algo malo, te lo regreso. — Su risa vuelve a sonar, yo lo vuelvo a mirar de reojo dándole un codazo.
— No dije nada malo Serena. — Hablo.
— ¿Así? Si es verdad, dime que dijiste. — Intento desafiarlo con la mirada.
— No.
— ¡Aja! — Me paro acusándolo. — Es algo malo. — La demás gente se nos queda mirando y yo me vuelvo a sentar, dejando que la vergüenza y un sonrojo se asome mi rostro. Noah se divertía de mí y mi situación. — Te odio. — Escupo intentando hacer que se me pase mi vergüenza. Noah recargo uno de sus brazos sobre la mesa, colocando su mano en su cara observándome.
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Las 3 Reglas
Romance¿Recuerdan las reglas que les decían de pequeños? Las simples, no hables con extraños, no aceptes cosas de extraños, no te vayas con extraños, uno va creciendo y las va olvidando, ¿De que nos sirven de adultos?. ¿De qué me sirven?, Qué tan equivocad...