Vamos nena sabes que somos perfectos

CAPITULO 14: ERES MÍA PARA SIEMRPE

CAPITULO 14: ERES MÍA PARA SIEMPRE

***NARRA AARON***

Han pasado cinco días desde que le dieron el alta a Mac, así que en cuanto salimos fuimos directos a casa, nuestras madres insistieron mucho en venir a cuidar de Mac, pero nos negamos los dos rotundamente, queríamos esta solos y sobre todos tranquilos, sin las pesadas de nuestras madres.

Por ejemplo ahora estamos en el sofá los dos tumbados, Mac tumbada sobre mi pecho mientras acaricio su vientre y ella habla con su madre. Antes sus padre no querían saber nada del bebe, y ahora no nos dejan en paz, llaman a todas horas, le dicen lo que tiene que comer, si se ha sentido bien durante el día, si le duele algo...etc., joder no paran de marear.

-que si mama, que no me duele nada, y no he tenido marear, además si me encuentro mal tengo a mi novio y al padre de mi hijo para ayudarme en lo que me haga falta- le dice, y después resopla joder son solo las siete, y por el día de hoy es la décima vez que llama.

-no mama, no quiero que venga, estoy bien- le dice, y por dios no puedo oírla mas, esto se hace demasiado pesada, así que le cojo el teléfono, y la dejo con la palabra en la boca.

-Mel, has llamado hoy diez veces, y os lo agradecemos infinitamente, pero el doctor dijo que nada de estrés, ni ahogos, y si llamáis tanto, y siempre le preguntáis lo mismo, al final va a tener una crisis de ansiedad, y ninguno de nosotros quiere eso, así que podéis llamarla, pero por favor una o dos veces al día, no diez- le dije, y no sé si me harían caso, pero rezaba para que así fuera.

-vale, llamaremos menos, pero si le pasa algo, o se encuentra mal, por favor llamarnos, y si necesitáis algo también- me dice la madre de Mel, y yo suelto un suspiro, por fin ha entrado en razón.

-claro, sin problema, ahora me voy a alimentar a mi novia y a mi hijo, adiós- le digo, y le doy el teléfono a Mac.

-si mama, adiós, y yo a vosotros, adiós- y oigo como la madre de Mac se despide, y después mi chica cuelga, y deja el teléfono encima de la mesa, y se gira dejando su pequeña barriga sobre la mía, y me da un beso en la mejilla.

-te quiero- me dice, y ahora me besa en los labios.

-yo también te quiero mucho- le digo y le devuelvo el beso, y nos quedamos un rato más tumbados, yo le toco la barriga, y ella dibuja con su dedo en mi pecho.

-¿Qué te parece si mañana pinto la habitación de Damon?, dentro de unos días nos traen los muebles, y hay que ventilarla- le digo, y era verdad, era verdad que nos habíamos adelantado mucho con las compras del bebe, pero queríamos estar tranquilos los siguientes meses, así que no lo vimos apresurado.

-me parece bien, al final la vamos a pintar azul cielo , pero clarito, y vamos aponer su nombre en blanco encima de su cuna- me dijo, y yo baje la cabeza para mirarla, y ella la alzo e hizo lo mismo.

-sí, ¿estas aun de acuerdo con esa idea?- le digo, si cambia de opinión, prefiero que lo diga antes de pintar, y luego tener que cambiarlo todo.

-sí, esa idea me encanta- me dice, y yo asiento, esa idea se nos ocurrió a los dos, ella decidió el color, y yo pensé que sería bonito poner su nombre sobre la cuna, y luego allí poner luego su cama.

Después de estar tumbados un rato, nos levantamos para comer algo, porque a mi chica le había dado hambre, así que prepare la cena, y la comimos mientras hablábamos de las vacaciones de inviernos, para esa fecha, el bebe tendría un par de meses, y ya podríamos viajar, no muy lejos, pero podríamos ir a la playa, eso quedaba cerca.