"Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearlo, pero Jesús les respondió: «Yo les he mostrado de mi Padre muchas buenas obras; ¿por cuál de ellas me apedrean?»"
Juan 10:31-32
Hammón apareció en el patio de la casa y se dejó caer sobre un sillón acolchado que Gabriela puso bajo el árbol en que le había encontrado varias veces. El búho Raziel le envió una señal de que Job estaba en una "crisis", pero no se esperaba que se le hubiese contagiado algo de su exageración adolescente.
—¿Qué te pasa? —preguntó Hammón, cansade. No lo veía desde hace una semana porque estuvo en Lujuria con Asmodeo llevándole de un lado al otro para que viese nuevos lugares.
Creyó que un grupo de tres arcángeles podría ocuparse de un chico de trece años, pero por lo visto, no debía tenerles tanta confianza.
De pronto, Job se detuvo y se giró hacia elle con una expresión solemne.
—¿Te puedo preguntar algo?
Hammón asintió.
—Es que...es que...—Job agitó las manos—. No debería decirte esto. Sólo se lo dije a Raziel —Apuntó al búho—, pero es que- es que no sé si debería decirle algo o qué decirle o-
—¿Qué sucedió? —indagó Hammón, aburriéndose del balbuceo.
Job bajó la voz para responderle.
—Alguien me dijo que era una chica trans.
Hammón alzó las cejas con esa expresión que ponía cuando quería dejar en claro que sólo era condescendiente, no que estaba interesade en el tema.
Job lo tomó como una señal de que podía desplegar su crisis adolescente por completo y empezó a caminar ida y vuelta en línea recta frente a Hammón.
—¡Es que no sé qué hacer o qué decir! Eres un ángel- bueno, arcángel, bueno- no eres una persona- y seguro tú sabes qué tengo que hacer- ¿tengo que hacer algo? Es que se lo contará a otros amigos y después a sus padres- y yo sólo estoy pensando que si es una chica, es mi amiga, no mi amigo, y siempre la he tratado como un él- ¿la habré hecho sentir mal por eso? ¿Tú crees que la haya hecho sentir mal por eso? Digo- no sabía- bueno, claro, es que asumí- ¡es que lo asumí! ¿Por qué lo asumí? Tampoco es que lo hayamos hablado alguna vez- ¡y no lo pregunté! Aunque tampoco me lo han preguntado a mí- y-
De pronto, Job se detuvo y se quedó mirando un punto por encima de la cabeza de Hammón con la boca abierta.
—¿Cosa?
Job estalló.
—¡Nunca me pregunté si era un chico!
Comenzaba a extrañar al pequeño mesías que balbuceaba y se quedaba dormido cuando le ponían música. Le parecía menos histérico que la versión adolescente.
ESTÁS LEYENDO
Ira (Pecados #4)
ParanormalDios está muriendo. O donde hay un humano "bendecido" que no sabe si se puede cumplir una misión divina al mismo tiempo que sales con un demonio.