Andrew POV
-¿Me estoy perdiendo de algo?
Jill y yo nos alarmamos al ver a Diego parado justo enfrente de nuestra única salida.
―Jill, ¿podrías explicarme que está sucediendo?
Mi pequeña no sabía que decir. Sus manos se encontraban algo temblorosas y empezaban a sudar,¿Acaso Diego le infundía miedo, o
solo era el miedo de que nos hubieran descubierto?―Diego... am, yo....
-Jill y yo nos vamos a ir, Diego. ―Exclame sin reparos. ¿Para qué darle más rodeos? Jill y yo nos iríamos de esa iglesia, si o si, ella ya había aceptado y ni Diego ni nadie podría impedirlo.
Diego apretó fuertemente la mandíbula. Él quería golpearme, lo notaba; Todo su rostro había tomado un tono rojizo debido al coraje que esta
noticia le provocaba.Muy lentamente me adelante unos pasos de con Jill, para así, cuando Lydon decidiera atacarme, a ella no la tocaría.
-¿Eso es cierto Jillie?
-S-sí... -Susurró Jill sin darse cuenta de cómo las manos de Diego se formaban en puños, seguramente clavando sus uñas en la palma de sus
manos.Ella no lo vio venir, pero yo sí. Diego se había lanzado contra mí dándome un buen derechazo directo a mi mentón.
El golpe no me había dejado en un estado inconsciente, pero si había llegado a desequilibrarme momentáneamente.
-¡Eres un maldito! -Me gritó Diego lanzándose nuevamente hacia mí.
Lo que Lydon tenía es que propinaba fuertes golpes, pero yo era mucho más rápido y ágilmente esquivándolos. Para mí, me parecía que nos peleábamos de manera lenta. Podía apreciar el horror en el rostro de Jill , y de cómo quería que dejáramos de pelear y sus gritos, gritos que al parecer ni Diego no yo
escuchábamos.Arremetí con un rodillazo en su abdomen haciendo que soltara el aliento y se separara un poco de mí. Volvió Diego a arremeter contra mí. Dos golpes directo a mis costillas, un izquierdazo justo en su nariz haciendo
que sangrara; No sé bien cuantos golpes nos propinamos el uno al otro,
pero los gritos de Jill habían alertado a las personas y parte de la seguridad del evento habían entrado a la habitación terminando con la pelea.-¡Te voy a matar, Gray! -Gritaba Diego tratando de liberarse y continuar la pelea. Jill no hacía más que llorar a causa del susto por nuestro pleito.
-¡Te estaré esperando!
Jill vino directo a mí. -Ya, Andrew, cálmate.
-¡Jill, aléjate de él! -Le gritó Diego.
Cada vez más rápido la gente se arremolinaba en el pequeño cuarto, hasta que el sacerdote entró en el
lugar.-¡¿Qué está pasando aquí?!
Se puso justo en medio de los dos. Diego me mataba con la mirada mientras Jill limpiaba mi rostro ensangrentado con su vestido.
-Arruinaré tu vestido. -Susurré viendo a mi pequeña.
Me sonrió un poco más tranquila y siguió limpiando mi rostro. -Eso no
importa.-¿Alguien me podría explicar que es lo que pasa aquí señores?
Diego se zafó de los agentes de seguridad que lo retenían y se alisaba el
traje con toda la furia que tenía dentro.-No mucho, padre. Sólo que este individuo no es invitado de la boda.
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Disponible Para Mí
Romance¿Tú dejarías a tu esposa por alguien que volvió del pasado? ¿Y si las amas a las dos? Dime, ¿qué harías? No sé que duele más, si perderla a ella... o tú y yo dejarnos de mirar. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA PARCIAL O TOTAL DE LA HISTORIA. Registrada en S...