Capítulo 3

58 23 6
                                    

-Te extrañe demasiado- Le dije mientras me acercaba a darle un abrazo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Te extrañe demasiado- Le dije mientras me acercaba a darle un abrazo.

-¿De que hablas? Ayer nos vimos - Respondió sacada de onda y con una voz algo burlona.

-Lo sé, solo que de ayer para hoy pasaron varias horas, no?- Dije algo apenada.

-Eso creo- Dijo riéndose.

-Hay que ir al salón, ya aparte nuestros lugares- Contesté para cambiar de tema en ese momento tan incomodo.

-Si! Vamos- Me respondió toda emocionada -Espera...¿Cómo sabes cual es nuestro salón?, si es nueva la escuela para nosotras.- Dijo con un tono mas serio.

-Amm... le pregunté a un maestro- Respondí algo nerviosa.

Debía ser mas cautelosa con las cosas que hiciera, se me olvidaba que yo era la que había viajado al pasado, todo lo demás seguía en su tiempo y forma.

Llegando al salón ya había mas compañeros y estaban por iniciar las clases. Entre tantos pude ver a todos mis amigos con los que me lleve increíble en su momento.

Vi a Marina, una chica super estudiosa, penosa, la mas tranquila del salón, a la cual más adelante Chiara y yo nos encargaríamos de descontrolar. En una ocasión se escapo de su casa para poder irnos a una fiesta, jamás creímos que sería capaz ya que sus papás la tenían super vigilada, pero eso es historia para otro capitulo.

Luego estaba Edwin, el chico solitario, antisocial y fan del anime. Nos costo acercarnos a el ya que casi no hablaba, pero ya estando en confianza se volvió uno de mis mejores amigos. Y obviamente me pegó el gusto por esas caricaturitas japonesas.

De ahí estaba Axel, super aplicado en la escuela pero no tanto para llamarlo "matadito". Le encantaba la música Rock y en sus rato libres tocaba la guitarra eléctrica, era muy bueno en ello.

Así fue como la primera clase inicio, entrando el primer maestro que nos daría la materia de Historia. La había olvidado por completo, era la Mtra. Anaya, fue mi maestra los primeros 3 semestres de prepa. Todos la queríamos, explicaba muy bien, nunca nos aburríamos en sus clases. Tal vez la edad la hacía sentirnos en confianza con ella, ya que apenas tenía 26 años.

Para 4 semestre decidió irse ya que estaba por empezar una maestría y necesitaba tiempo para enfocarse en ello, así fue como nuestra maestra favorita nos dejo.

Éramos los nuevos de primer semestre, así que la clase se resumió en presentarnos ante todos y contar si teníamos algún hobbie.

El escuchar a mis compañeros y ver que muchos realmente no hacían algo de sus vidas aparte de ir a la escuela me hizo reflexionar bastante. Porqué realmente estas en una etapa donde tienes bastante tiempo para hacer todo lo que gustes y muchos prefieren quedarse en un sillón viendo una serie por horas.

Cuando me hice adulta no paraba de pensar todo el tiempo que perdí estando mas chica, lamentaba no tener tan solo unas horas para mi, ya que el trabajo me consumía demasiado. Por ello, un consejo super importante que le podía dar a mi yo adolescente era aprovechar y hacer algo productivo todos los días, porque cuando creciera las cosas serían completamente distintas. Debía enfocarme y ver hacía donde iba, lo que quería lograr y como lo podía lograr.

Y ya que me había llegado esta oportunidad de regresar en el tiempo, lo iba aprovechar para cumplir mis sueños.

Acabando esta clase y después de hundirme en mis pensamientos llego el maestro de biología, no recuerdo mucho de sus clases solo que era muy serio y procuraba no platicar tanto para evitar algún regaño.

En eso, la puerta del salón se abrió, todos volteamos para ver quien era.

Escuchamos una voz preguntar -¿Puedo pasar?-

-Adelante- Respondió el maestro.

-Buenos días, perdón por la tardanza- Dijo el chico.

-Toma un asiento, acaba de iniciar mi clase- Le contestó el maestro algo molesto. -¿Como te llamas?- Preguntó

-Eder- Respondió el chico mientras buscaba un lugar para sentarse.

En eso otra ola de recuerdos llego a mi mente. Pero claro!-pensé- Como era posible que me olvidara de el.

Eder, el chico del que estuve enamorada por un tiempo.

Eder, el chico del que estuve enamorada por un tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Recuerdos de mi adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora