𝙄 𝙒𝘼𝙉𝙏 𝙏𝙊 𝘽𝙍𝙀𝘼𝙆 𝙁𝙍𝙀𝙀 || ❝Nunca voy a entender como pude quererte en tan poco tiempo.❞
── Todo el mundo lo fichaba como un rarito.
Y nadie podía negarlo, lo era. Gracias a eso,
Eddie Munson creció creyendo que...
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MARZO 23 - 1986
➜ Ya era de mañana cuando Eddie escuchó unos ruidos afuera del cobertizo. Con rapidez tomó la botella rota en su mano y se acercó a la ventana para tener una mejor visión de quien se acercaba.
No logra ver a nadie y los sonidos se detienen, inquietándolo. En pocos segundos, la puerta del lugar se abre, haciendo que grite y se ponga alerta. —¡Mierda!
—Servicio a domicilio.— Dahlia sonríe con las bolsas en sus manos, aliviando al chico. Se sentía tan bien volver a verla. A ella y al resto, quienes le sonreían con más bolsas a mano.
Le prometieron que volverían con comida esa mañana y eso hicieron. Luego de saludarlo, le dieron la comida y le comentaron que habían descubierto algo de lo que tenían que hablar.
—Tenemos buenas y malas noticias. ¿Cuál quieres primero?— La peli-corta cuestiona viéndolo comer, se notaba que llevaba horas pasando hambre.
—Las malas primero, siempre.— Con obviedad, aclara.
—Bueno, las malas: nos infiltramos en la radio de policía con Cerebro y están buscándote. Están convencidos de que mataste a Chrissy.— Intenta soltarlo con rapidez para que no suene tan grave, pero el rostro de Eddie muestra al instante la importancia de la situación.
—¿Y las buenas?— Buscando algo de confort, pregunta.
—Tu nombre no se ha vuelto público.— Robin toma posición, explicándole las cosas para darle un poco de ánimos. —Pero, si nosotros sabemos, los demás se enterarán pronto. Y una vez que se sepa, todo el mundo saldrá a cazarte.
—La cacería del rarito, ¿uh?— Dahlia no pudo evitar sentirse mal por ese comentario. Odiaba cuando alguien se refería a él de esa manera, mucho más cuando era el mismo quien se llamaba así.
—Exacto.
—Antes de eso, debemos hallar a Vecna, matarlo, y probar tu inocencia.— Como si en realidad estuvieran en el mundo de C&D, dice Dustin.
—¿Eso es todo, Dustin?— Exclama sarcásticamente, sabiendo que lo que acababa de decir no iba a ser así de sencillo.
—Sí, eso es todo.
—Escucha, Eddie, sé que lo que dice Dustin suena totalmente delirante, pero nosotros ya pasamos por esto.— El peli-negro vuelve a mirarla a los ojos, volviendo a tomar de la bebida que le habían llevado. —Creo que podemos hacerlo.
