𝙄 𝙒𝘼𝙉𝙏 𝙏𝙊 𝘽𝙍𝙀𝘼𝙆 𝙁𝙍𝙀𝙀 || ❝Nunca voy a entender como pude quererte en tan poco tiempo.❞
── Todo el mundo lo fichaba como un rarito.
Y nadie podía negarlo, lo era. Gracias a eso,
Eddie Munson creció creyendo que...
𝐏𝐀𝐑𝐓𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍 ════════════════════ 「 thanks for being here 」
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MARZO 23 - 1986
➜ El chico la mira con ternura al escucharla reír. Podía jurar que siempre iba a esforzarse todo lo que fuera necesario para verla sonreír. Definitivamente, era eso lo que le animaba a seguir en estos momentos.
—¿Te arrepientes de hacerlo?— Cuestiona al dejar de reír, aún sorprendida por lo que el peli-negro le acababa de confesar.
—¿Bromeas? Es el mejor tatuaje que tengo hasta ahora.— Sonríe junto a ella al contarle. La historia de cómo se había hecho el tatuaje de murciélagos que tenía en su brazo era bastante privada, pero tuvo la suficiente confianza como para decirle a la castaña.
—Este me gusta más.— Señala con su dedo el tatuaje de calavera que tenía en su pecho cubierto, causando que Eddie mordiera su labio al verla.
Antes de poder acercarse a ella, el walkie-talkie suena, alertando a ambos. —¡Dahlia! ¿Estás ahí?
—¿Qué sucede?— Toma el aparato en sus manos, preocupada por el tono de voz que su hermano estaba usando.
—Te necesitamos. Es un código rojo.— Como lo sospechaba, algo malo sucedía. Dahlia frota sus ojos con cuidado debido a la frustración. Odiándose en ese momento por dejarlos solos.
—Mierda, Dustin. ¿En qué se metieron?
—Solo ven a la casa de los Wheeler. Te lo explicaremos luego.— Pone el aparato a un lado mientras suspiraba. Dejar a Steve y Robin a cargo no había sido la mejor idea.
—¿En serio vas a irte?— Cuestiona viendo como se levantaba de la silla y comenzaba a organizar sus cosas, preparándose.
—Tengo que.— Se acerca a él al notar su preocupación. No quería dejarlo solo, pero ahora otros la necesitaban. —Si algo le llega a suceder a uno de esos niños, jamás me lo perdonaría.— Eddie asiente levemente, entendiendo pero aún con miedo de quedarse solo en esas situaciones. —Lo siento.
Comúnmente, a Eddie no le importaba quedarse solo, en realidad estaba acostumbrado a ello, pero ahora se sentía demasiado vulnerable como para eso. A diferencia de la castaña, el peli-negro no solía actuar correctamente en situaciones de apuro.
