Te Quiero A Mi Modo 》Vegeta y Bulma《

CAPITULO 7: MI CASA NUEVA

La sabandija se levantó y miró de forma extraña a la peliazul.

—Tu no eras así, Bulma. —se fue dejándola con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Me sorprendes —admití.

—Soy joven y hermosa pero también muy fuerte —su expresión se suavizó.

Vulgar, agresiva, joven, bella y fuerte.

Al terminar todo el alboroto se reunió con Kakarotto y su novia. Al parecer si nos encontraríamos seguido fuera de la empresa.

—Con esa niña otra vez —dijo el estúpido pelinegro al que le encantaba meter las narices en todo.

—Ese no es tu asunto —17 abrió los ojos tanto como pudo.

—¿Esa niña es la novia de Yamcha?

—No —sonreí de lado y de manera arrogante —Era su novia.

—Claro, te gusta —soltó una risa tonta.

—Ese no es tu asunto.

Una vez mas estábamos todos reunidos —también la peliazul—, en esta ocasión en casa de los gemelos.

—¿Y a dónde iras —17 estaba tumbado sobre el sofá como de costumbre.

—A donde sea menos ahí.

—Mi casa es tu casa —esta vez habló Raditz.

—Hi —Kakarotto comiendo como siempre.

—Goku no hables con la boca llena. —regaño su novia a lo que todos reímos.

—Hay lo siento Milk —dijo mientras pasaba su brazo por detrás de la cabeza.

—También esta es tu casa —17 levantó los brazos señalando a su alrededor.

—Puedes quedarte en mi casa —todos miramos a la peliazul, quien fruncio el ceño y me pareció un cosa adorable ¡Rayos! —¿Qué?

Finalmente me quede en casa de la mocosa. Su madre no dijo nada hasta pareció alegrarse y no dejaba de llamarme Apuesto joven Vegeta.

En la habitación había un baño.
El agua tibia recorría mi cuerpo sin olvidar ninguna parte. El cabello me caía en la frente pegándose a ella. Cerré los ojos y los recuerdos me invadieron.

—¿Mamá vas a salir?
—Si cariño
—¿Porque llevas una maleta?
—Me voy a ir de viaje
—¿Te vas a llevar al bebé?
—No, el bebé no puede viajar
—¿Vas a volver? —solo sonrió, me besó en la frente y se fue llevándose su maleta.
Ya hacia varias horas de que mamá se fue.

Tarble aun dormía.

Yo estaba en la sala terminando la tarea de la escuela cuando escuché la puerta abrirse.
—Padre —saludé y el dejó su maletín en la suelo, entró y salió de la cocina casi al instante.
—¿Dónde está tu madre?
—Se fue —sus cejas casi se juntaban debido al ceño fruncido.
—¿A dónde?
—No lo se. Dijo que saldría de viaje.
—¡Tarble! —corrió escaleras arriba hasta el cuarto de mi hermano pequeño quien curiosamente aun dormía. Mi padre salió lentamente sin hacer ruido hasta su propia habitación. Revisó todos y cada uno de los cajones y el closet, como si buscara algo. Al final se sentó en el borde de la cama, sus manos cubrían su rostro.
—Vegeta ve a dormir.