CAPITULO 5: DOLOR

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†Contenido no apto para menores†


—Ve... Vegeta —se acercó y salí de la cocina tirando de mi cabello hacia los lados.

—¡¿QUÉ HACES AQUÍ?! —pregunté. No, mas bien grité mirándola a los ojos.

—Yo... yo se que estas molesto pero, pero tenemos que hablar. —intentó acercarse pero aventé sus manos y la mire con desprecio.

—¡¿HABLAR?! ¡DESPUÉS DE TANTOS AÑOS NO QUIERO NI VERTE! ¡NO ESTOY MOLESTO, ESTOY HECHO UNA FURIA!

—Por favor... hijo.

—¡¿HIJO?! ¡YO NO SOY TU HIJO Y TU NO ERES NADIE! —sentí un brazo sobre el mio.

—¡NO ME TOQUES!
—moví mi brazo tan rápido que ante el movimiento brusco, cayó al suelo.

—¡VEGETA! —No, yo no podía ni quería hablar con esa mujer. Subí corriendo por las escaleras hasta mi habitación, ella iba tras de mi y gritaba mi nombre entre el llanto. Tarble estaba ahí.

—¿Qué haces? —lo mire con su pijama y adormilado.

—Escuche sus gritos. —decía frotándose los ojos.

—No saldrás de aquí Tarble hasta que llegue papá. —me miró con los ojos muy abiertos.

—Yo creo que debes hablar con ella, es nuestra madre.

¿Por qué tenia el presentimiento de que mi hermano menor estaba nervioso?

—Para mi no es nadie. —dije frunciendo el ceño.

—Quiza no sea tan mala —frunci el ceño aún mas y apreté los dientes.

—¿A que te refieres? —él bajó la mirada.

—Hace una semana fue al colegio —un escalofrío me recorrió completamente, sabía a que se refería. Tarble ya había caído.

—No es tan mala ¿sabes? Solo que no sabíamos como decirte —se quedó callado de depende.

¿Acaso dijo nosotros?

—¿Papá sabe eso? —cerré los ojos y deseé con todas mis fuerzas que no fuera así.

—Sí —no dije nada y sali de la habitación, fui directo a la de mi padre, saqué las llaves del cajón y bajé las escaleras.

Ella estaba en la sala hablando por el celular y aun seguía llorando.

—Vegeta dejame hablar por favor hijo soy tu madre. —se levantó tratando de ir hacia mi.

—No —me detuve frente a la puerta principal —No soy tu hijo. Para mi, estas muerta. —Salí y fui a la cochera, me subí al auto azul y aceleré todo lo que pude para escapar de ahí.

Sentía algo roto y sangrando dentro de mi.

Llegué al lugar que conocía muy bien y como siempre el hombre de sudadera negra se acerco al auto.

—Dame veinte —dije sin verlo si quiera. Me dio algo y le arrogue el dinero, salí de ese lugar hasta un callejón, ahí saqué el paquete e hice la pequeña línea, inhale profundo y me recargue sobre el asiento.

Si Tarble no cumplía promesas tampoco yo.

Las mujeres bailaban y otras se acercaban a los hombres y una que otra mujer.

El ambiente era pesado aunque daba la sensación de querer estar ahí, tal vez se debía a la musica o las luces de neón que estaban por todos lados.

Te Quiero A Mi Modo 》Vegeta y Bulma《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora