Capitulo 35

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El celo de Minho había pasado cuatro días después, la marca del Omega se renovó varias veces en el proceso y por fin ambos volverían a sus labores en la empresa, además de que ese mismo día en la noche tendrías una cena nuevamente con los padres de ambos.

Eran las 6:20 AM ambos decidieron terminar lo más rápido su desayuno para tiempo después salir hasta el auto del Alfa y dirigirse hasta la empresa.

Ambos entraron con sus hermosos trajes, nuevos y sin una sola arruga, sus manos entrelazadas, el Omega mostraba su marca con todo orgullo y es que ahora podría decir que Lee Minho uno de los Alfas más deseados del país era suyo.

Pasadas unas horas cada quien se encontraba en su oficina con diferentes asuntos que atender de la empresa.

- Señor Lee... - habló Yeji entrando a la oficina del recién mencionado.

Minho desvió su mirada de los importantes papeles hasta la Omega parada frente a él.

- Te escucho. - habló apoyando su espalda contra su silla giratoria.

- Quería pedirle permiso para faltar por una semana desde mañana, saldré con mi pareja a unas pequeñas vacaciones. - Yeji puso su mejor cara de súplica para que su jefe aceptara.

Minho es un gran Alfa y una excelente persona era obvio que diría que sí, sin embargo, necesitaban de un remplazo para la chica durante dicho tiempo.

- Si dijera que está bien, ¿Quién te remplazará? - el Alfa puso sus brazos sobre la mesa y entrelazó sus manos dándole una postura autoritaria.

- Oh, sí, tengo un remplazo listo, claro, si me da el permiso. - habló sacándole una pequeña risa, al contrario.

- Bien, tú ganas, pero más vale que tu remplazo sea igual de eficiente que tú. - Minho le regaló una de sus características sonrisas en donde sus ojos se vuelven dos pequeñas líneas y su dentadura blanca se deja ver.

Yeji hizo una pequeña reverencia y salió de la oficina. Minho por su parte pensó en su lindo Omega y las inmensas ganas de ir a abrazarlo.


Jisung estaba completamente concentrado observando un documento, su ceño levemente fruncido y los pequeños susurros que daba al leer aquel papel en sus manos, su linda marca que deslumbraba en su blanco cuello y su hermoso cabello azabache.

Minho sonreía desde la entrada de su oficina, el Omega estaba tan concentrado que ni cuenta se dio que el Alfa había entrado y lo había estado observando desde hace un buen rato.

Jisung olfateó un poco el aire encontrando un aroma muy reconocible para él, levantó su mirada encontrándose con su Alfa sonriendo desde la entrada de su oficina, su rubio cabello bien peinado, su traje negro impecable sobre su lindo cuerpo y sus zapatos pulcramente lustrados.

- Eres hermoso, ¿Te lo han dicho? - Minho se adentró a la oficina de su esposo.

- Me lo dice muy seguido mi esposo. - Jisung se levantó de su asiento acercándose, al contrario.

Minho levantó una de sus cejas y sonrió en grande - Que afortunado es su esposo. - tomó la delgada cintura del Omega con ambas manos y lo atrajo hacia su cuerpo.

Jisung acarició la nuca del contrario y lo atrajo hasta juntar sus labios en un tierno beso, sus labios danzaban delicadamente y se acariciaban sin querer separarse, lastimosamente tuvieron que hacerlo ya que el aire comenzó a faltar.

Juntaron sus frentes y sonrieron mientras se observaban, definitivamente eran felices.

🖤

Ambos se encontraban listos para salir nuevamente, esta vez a la cena que tendrían con los padres de ambos.

Pasados unos veinte minutos llegaron a la casa de los Lee, esta vez la cena sería en casa de los padres de Minho, cabe aclarar que llegaron tarde gracias al tráfico y uno que otro beso antes de salir de su hogar.

Minho tocó la puerta y pocos minutos después le abrió su madre dedicándole una hermosa sonrisa y abrazándolo fuertemente, Jisung observaba la escena la cual no podía parecerle más tierna. Al entrar Jisung pudo observar a sus padres y el de su esposo quienes mantenían una charla animada.

- Señores Han, padre. - saludó el Alfa con una pequeña reverencia la cual no tardó en imitar su Omega.

Jisung pudo sentir un fuerte mareo, se sostuvo de la silla en la que se iba a sentar y claramente Minho se percató de dicha acción.

- ¿Estás bien? - Minho lo observó con una cara de preocupación mientras su mano rodeaba su cintura para darle soporte.

- Sí, solo fue un leve mareo todo está bien. - Jisung le dedicó una pequeña sonrisa y se sentó en la gran mesa junto a sus suegros y padres.

Minho dudó un poco por la respuesta de su Omega sin embargo decidió olvidar el tema por el momento.

La cena pasó entre pequeñas charlas sobre las empresas y también sobre la linda marca de Jisung la cual ambas parejas de padres no demoraron en percatarse. Al final de la cena las empleadas de la casa trajeron un postre y champagne para brindar por la nueva marca y unión de ambos.

El postre era según lo que dijeron de zanahoria, sirvieron a cada quien un pedazo de dicha torta y justo cuando Jisung iba a tomar un pedazo en su boca las inmensas ganas de vomitar se apoderaron de él, su estómago se revolvió y el horrible mareo de hace un rato volvió nuevamente. Jisung tiró su tenedor con el pequeño pedazo de postre y salió corriendo en busca del baño más cercano.

Minho se levantó y corrió tras él, entró al baño y se encontró con una de las escenas que jamás creyó presenciar en su vida: Jisung estaba tirado en el suelo mientras vomitaba a más no poder, el Alfa se arrodilló a su lado mientras daba pequeñas caricias en su espalda y le susurraba que todo estaría bien, lágrimas caían de los pequeños y hermosos ojos del Omega.

Pasados unos diez minutos Minho abrazaba al Omega mientras seguían tirados en el suelo, Jisung soltaba pequeños hipidos mientras Minho soltaba de su aroma para tranquilizarlo mientras repartía pequeñas caricias por su espalda.

- Vamos a casa - Minho se levantó y tomó en brazos a su Omega, al salir se encontró con sus padres los cuales le avisaron que los padres de Jisung se habían ido, era de esperarse, jamás les importó su hijo pero Minho estaba ahí para cuidarlo y más ahora que su lindo Omega estaba tan débil, se despidió de sus padres los cuales le pidieron que llevara al doctor a su Omega y les avisara de su estado.

Al llegar a casa Minho cargó a Jisung hasta su habitación, lo recostó con sumo cuidado y fue por agua y una toalla. Limpió el cuerpo del Omega con la toalla y dio pequeñas caricias en su estómago mientras soltaba su aroma para que se sintiera seguro y a salvo. 

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HEREDERO | MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora