HEREDERO | MINSUNG

Capitulo 55

Naranjas y fresas: un aroma demasiado fuerte para algunos y uno demasiado delicioso para Jisung, su nariz se hundía cada vez más en la glándula de aroma de su esposo, amaba aquel fuerte aroma.

Todo se fue a la mierda al instante, una de las empleadas entró a su habitación sin siquiera preguntar.

— Señores Lee... — la chica quedó inmóvil en su lugar al ver el cuerpo descubierto del Alfa.

Jisung tomó rápidamente una de las suaves sábanas para cubrir el apetecible cuerpo de Minho. Estaba tan enojado, esa chica en verdad había desfallecido al ver el cuerpo de su Alfa. Y claro, ¿Quien no lo haría? Sin embargo pudo jurar que aquella chica había mojado sus bragas al verlo, el aroma de la Omega flotaba por el aire con sus feromonas de excitación.

— Largo... — Oh, Jisung estaba enojado.

— L-lo siento señor Lee, e-el desayuno... — la chica se vio interrumpida al escuchar el fuerte gruñido.

— ¡Lárgate! — aquel gruñido había salido desde lo más profundo de su garganta, Minho aún dormía plácidamente y Jisung se encontraba muy territorial aquel día.

— S-si señor Lee... — la chica habló con su cabeza gacha, no mentiría, el cuerpo de su jefe había logrado mover algo en ella, sin embargo fue más por instinto aquella reacción.

Jisung suspiró, ya no tenía ni un poco de sueño, solo las insistentes ganas de morder a Minho, todo su cuerpo y cada rincón.

Minho dormía muy plácidamente después de un tiempo y Jisung amaba ver aquel hermoso rostro relajado mientras hacía pequeños gestos entre sueños. Amaba observar cada facción de su esposo, amaba aquella piel perlada y bien cuidada, sus cabellos rubios dándole un toque sexy, y por la mierda que lo era, Minho era demasiado sexy.

Un pequeño gruñido se dejó escuchar nuevamente, quería naranjas con fresas, su hijo exigía naranjas con fresas, deseaba comer aquellas frutas y Jisung deseaba comer a Minho que, curiosamente tiene aquel aroma.

Minho se removía ante las punzadas en su cuello y Jisung estaba cada vez más cerca de su glándula de aroma.

Los ojos de Lee se abrieron lenta y perezosamente encontrando a su pareja mordiendo su cuello.

— Sung... — la voz de Minho, una cosa más que Jisung amaba, aquella voz tan aterciopelada y linda, suave, calmada. Minho era perfecto ante aquellos ojos gatunos, su voz sonaba tan ronca gracias a que acababa de despertar, erizaba cada vello de su cuerpo cuando le hablaba de aquella forma.

— Mío, mío... — Jisung se acercó una vez más a la glándula de aroma del contrario, su aroma estaba por toda la habitación, Jisung estaba marcando a su Alfa.

Esta vez sus dientes se clavaron en la glándula de aroma del contrario.

— ¡Ah! Jisung N-no hagas eso, mierda, me duele. — Minho trataba de alejar a su pareja de su cuello, en verdad había dolido como la mierda.

— Te estoy marcando Alfa, eres mío... — la voz de Jisung salió tan tranquila como si no estuviera lamiendo los restos de sangre de aquella marca.

— Sung, me duele el cuello ¿Qué tanto hacías? — Minho acarició los cabellos azabaches del contrario, el cabello de Jisung siempre olía bien.

— Eres mío Minhonie, estaba marcando tú cuello porque se ve muy hermoso con mi marca. — un lindo y tierno puchero se dejó ver.

— ¡Oh, cariño! ¿Por qué los ojos de cachorro? — el Alfa se sentía atacado con tanta ternura.