Encuentros inesperados

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Altamira estaba silenciosa, Antonio y Cecilia ya no sabían que hacer para que Santos volviera hacer el de antes, todo el tiempo andaba molestó, se encerraba en el despacho, casi no comía, no dormía, y era más que evidente ya que las ojeras y lo delgado que estaba lo delataba.

A pesar que dijo que sería mejor el vacío de no tener a Barbara lo estaba matando pero no dejaba que la hacienda se viniera a bajo, su estado físico y mental podría estar por el suelo pero la hacienda tenía que seguir prosperando.

En el Miedo Marisela estaba comiendo, Melquiades le dice todo lo que tendrán que hacer ese día y ella lo escucha atentamente para que todo se le quedé, tendrán que vacunar a todas las reces no de la la primera vez pero estaba nerviosa será así cada vez que haga algo pues sabe lo perfeccionista que puede ser su madre.

-Espera Melquiades mi cabeza no procesa tanta información así de rápido

- Esta bien, se lo repetiré todo con calma

-Muchas gracias, se lo perfeccionista que puede llegar a ser mi mamá y quiero que todo este bien para cuando regrese.

- Así será si hace todo lo que yo le diga

-¿Hace cuanto trabajas para mi mamá?

- Hace mucho tiempo, la conozco muy bien más de lo que muchos pueden llegar hacerlo

-Quisiera poder conocerla así de bien - dice con nostalgia

-Ella le muestra lo que debe interesarle señorita, ella como usted está empezando a conocerse como dicen por ahí "el que mucho abarca poco aprita" vallase despacio no coma ansias

-Tienes razón un paso a la vez - le sonríe - Bueno siguen diciendo lo que haremos

Siguen platicando de las cosas del miedo mientras Marisela manda a los peones a marcar las reces nuevas. En el gran hotel estaban Federica y Josefa platicando cuando entra un hombre.

-Buenas tardes - le dice a Josefa

-Buenas tardes- dice coqueta - a que debemos el honor - le sonríe

-¿Sabe donde queda Altamira? Soy nuevo aquí y no conozco

- Si claro pero señor... - dice para averiguar su nombre

-Gonzalo zuluaga - extiende su mano - mucho gusto - le dice a ambas

-Pues nosotras con gusto le decimos donde queda Altamira - dice federica

-Muchas gracias - les sonrie

Barbara y Asdrubal estaban en la habitacion, ninguno de los dos ha querido salir, Barbara por que no se sentía segura si salía sola y Asdrubal por que ella no le permitía pararse a menos que fuera necesario. El Doctor ya le había dicho que estaba mejor que antes pero Barbara lo prefería Así.

-¿Por cuanto tiempo más tendré que quedarme en cama?

- Hasta que la Doctora Guaimaran lo ordene - rie

-¿La Doctora Guaimaran? Entonces hay que hacerle caso no la queremos ver enojada.

-Muy buena decisión! - ambos ríen y Asdrubal le besa la frente Y ella lo mira - me gusta verte sonreír

-¿Así? Pues la sonrisa es mía pero el causante eres tú

-Miren hasta poeta me salió - se ríe

-Siguele y atente a las consecuencias - ambos ríen y Barbara lo mira - tengo miedo, esa pesadilla la detesto siempre me saca de mi felicidad pensar en que alguno puede estar cerca

-Lo encontraremos y pagará las consecuencias

-Yo quiero hacer que pague pero con mi mano, no dejaré que ninguno valla a la cárcel sólo para salir libre a los años

Doña barbara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora