Capítulo 3

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Scart estaba irritado, bueno no, la verdad no lo estaba y esa era la fuente de su descontento mientras vigilaba atentamente a la cría que no cambiaba.

Después de varias horas con ella y lamer la herida que está tenía en la frente para que dejara de sangrar nadie había venido por ella y esta tampoco mostraba señales de cambiar o llamar a sus padres, la mayoría de las crías tenían una señal que hacía a sus padres correr hacia ella cuando estaban en peligro, así que o la cría se sentía segura o no había padres.

También había posibilidades de que sea lo que sea que le dejó la cicatriz en la frente la dejó estupida.

De cualquier forma no era problema de Scart

Excepto que simplemente su instinto no lo dejaba abandonar a la cría, su magia tampoco quería la separación así que aquí estaba, le consiguió algunas comidas de vegetarianos y el niño se estaba atiborrando de moras, quizás era un come hojas, pero nuevamente el niño no olía a ninguna criatura de la pradera.

Quizás debería llevarlo a la roca del rey para que su hermano se encargara pero cada que aparecía la idea era desechada con un gruñido.

- Grrr -miro a la curiosa cría que parecía imitar todo lo que veía, lo cual le parecía algo tierno, curioso ya que las crías le parecían molestas e irritantes.

- No intimidas ni a una mosca -el niño rio moviéndose en sus cuatro extremidades, manteniendo en movimiento a Scart que no se alejaba mucho de él, aún en su forma humana.

Llevaba tiempo sin estar en ella, desde que terminó sus estudios, al parecer al fin había terminado de madurar esta parte.

La mayoría de los animales en las praderas eran como el, los forasteros los apodaron cambia formas, con exactitud nadie sabía quién había sido el primero ni como fueron creados, pero una parte de los animales de las praderas y sus lejanias podían tomar forma humana, aunque en su mayoría permanecían en la forma animal y nose complicaban la vida con ese asunto, también era común que los que cambiaban de forma tuvieran una expectativa de vida mucho mayor que los que no, así como fuerza, inteligencia, así su crecimiento también era más lento que aquellos animales de pensamientos más simples que no cambiaban, atascado por el crecimiento de su lado humano.

Por ejemplo, las crías de León qué no cambiaban nacían al rededor de los tres meses, una cría de León cambiante tenía un periodo de gestación de siete, una cría no cambiante podía considerarse un adulto echo y derecho a los dos o tres años, ya que había terminado por completo su crecimiento, las crías cambiante tenían dos procesos de crecimiento, a los diez ya podrían ser considerados Leones adultos pero la parte humana al menos a los veinte terminaba de crecer, era un crecimiento extremadamente lento y engorroso que hacía complicada la supervivencia, la única ventaja luego de eso era que podían vivir alrededor de setenta a noventa años más si no se contraria alguna enfermedad o herida, los no cambiantes vivían de quince a dieciséis si tenían suerte y buena salud.

Scart suponía que la cría era un humano no cambiante, pero no sabía cómo había llegado aquí, las praderas y varias tierras lejanas a las praderas eran protegidas por algún antigua ritual que impedía a los forasteros, como un mundo a parte, los humanos podían ser muy destructivos así que era muy extraño que algún habitante de las praderas trajera a alguien de afuera, mucho menos un bebé y abandonarle

- Oh jojo ¡Scart! No sabía que tenías un hijo -saltó y al instante cambió gruñéndole al mono loco salido de la nada, odiaba eso y el lunatico era el que mejor que lo dominada.

- No digas tonterías esa cría no es mía.

- Esta mal negar paternidad -se rio el simio y de un momento a otro tenía al niño en sus brazos, Scart gruñó -mira que criatura tan bonito deja que el tío Rafiki te de un vistazo -el niño rio cuando las ásperas manos del simio comenzaron la revisión, Scart perdió la paciencia cuando el niño estuvo de cabeza y se lo arrebató.

- No es un juguete para que lo manoseen.

- Oh perdón perdón debió no quise lastimar a tu hijo -el mono saltando a la seguridad de un árbol.

- Esta cría no es mi hijo.

- Tiene el cabello negro, ojos verdes ¡Y hasta una cicatriz! Si no ser tu cría ser un mango -el leon gruño.

- No es mío ya te lo dije.

- La magia dice que si, ahora es tuyo, cuida bien del pequeño Harry.

- Espera que fue lo que... -el mono había desaparecido, como odiaba al simio.

- Da da da da ¡ihhh! -suspiro viendo al niño en sus brazos balbucear, decía algunas palabras entre ellos pero no mucho, por ahora debía buscar un refugio donde quedarse, no tenía ganas de ir a la roca del rey.

Por ahora lo cuidaría, solo sería temporal.

*Continuara*

Todos sabemos que no será temporal jajajajaj

Leon oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora