1 | Orfanato

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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...
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Eider abrió la puerta de la habitación sin tocar, recibiendo una mala mirada por parte de su hermano. Y lo entendía, era su habitación y él como siempre, invadiendo su privacidad.

—¿Ya nos vamos? — preguntó el mayor, Edric. Mientras seguía acomodando su cabello de manera elegante. Ambos estaban vestidos iguales, con la única diferencia de sus zapatos, unos más claros que otros para que la gente pudiera diferenciarlos.

—Sí, mamá y papá nos esperan abajo. — avisó el menor de los mellizos.

—Iré en breve, solo dame un momento. — contestó Edric, al contrario de Eider, no le parecía tan emocionante visitar ese sitio.

—Como quieras.

Salió de la habitación cerrando la puerta tras suyo, sabía bien que su hermano se enojaba si no lo hacía.
Eider bajó las escaleras a paso rápido, y Mel, su madre, observó asustada el acto de su hijo. Al contrario de Ethan, que solo se carcajeó.

—¿Dónde está tu hermano? — preguntó la mujer. —Se nos hará tarde.

—Aquí estoy mamá. — Edric apareció.

—Bien, vamos suban.

Ambos hicieron caso. Ethan empezó a conducir hacia su destino, teniendo a su esposa y madre de sus hijos al lado, le brindó una sonrisa de boca cerrada.

Ambos estaban vestidos de manera elegante, al igual que los mellizos. Mel era una mujer joven, portaba un largo cabello pelirrojo y ojos verdes. Ethan, por otro lado, tenía el cabello rubio medio largo y sus ojos eran de un color verde más oscuro, al igual que los dos pequeños que discutían por un juguete en sus asientos.

Se notaba a leguas que ambos mellizos habían sacado la mayoría de sus rasgos físicos por parte de su padre. Al igual que su comportamiento y carácter.

Su padre era el actual líder, Mel era su compañera de vida y ambos gobernaban la ciudad como una de las mejores dentro del continente.

Eider salió de sus pensamientos cuando la camioneta fue estacionada; todos bajaron del vehículo y se dirigieron a la entrada principal, donde fueron bien recibidos por ser una familia tan importante.

Algunos de los niños curioseaban penosos la llegada de los líderes al orfanato, por qué sí. Hoy se cumplía un trimestre de su última visita, y cómo era costumbre, realizaban una visita a los niños del lugar, con el fin de compartir un buen momento con ellos y darle el apoyo que algunos no tuvieron por parte de sus familiares.

Luego de presentarse debidamente, los líderes ocuparon las dos cabezas del gran comedor. Mientras que sus hijos tomaron sitio a cada lado de la mesa. El comedor estaba lleno de niños y niñas de todas las edades u especies, hacían tres años que el orfanato había abiertos sus puertas a todos los niños que lo necesitaran. Mel era la cabecilla de todo esto, era quien se encargaba de los suministros y cuidados de cada niño que ingresaba a este sitio.

A la vista de todos, esa mujer era un ángel caído del cielo. Demasiado buena para ser real, siempre ayudando a las personas a su alrededor a pesar de su pasado no tan lindo.

—Mis niños, denle la Bienvenida y agradecimientos a la familia Black por estar aquí presente.

—¡Bienvenida familia Black! — todos los niños dijeron al unísono, tal y como lo habían practicado semanas antes.

Mel se levantó de su asiento para hablar: —Muchas gracias a todos ustedes por recibirme a mí y a mi familia. Espero que disfruten de la cena y que tengan una excelente noche.

Se ganó unos fuertes aplausos por parte de los presentes. Todos los niños estaban realmente contentos de ver a los líderes, pero les resultaba curioso los dos nuevos rostros en la mesa; Ethan y Mel iban a todas sus visitas solos, nunca habían mencionado nada sobre esos dos pequeños.

Y Ethan, al darse cuenta de las miradas curiosas sobre sus hijos, decidió hablar para dejar unos puntos claros.

—Aprovecho el momento para presentarles a nuestros hijos, y futuros líderes de Black Moond, Edric y Eider.

Los niños estaban tan emocionados con la confesión, realmente no les pasaba por la mente que los líderes tuvieran hijos. Aunque veían el gran parecido de los niños y el imponente gobernante.

La cena transcurrió en risas y más risas, había sido una noche maravillosa. 23 de diciembre, un día antes de la cena navideña. Fecha que aprovecharon para llevar obsequios a todos y cada uno de los niños del orfanato.

Ahora todos estaban en el gran salón, de piernas cruzadas en el suelo, esperando ansiosos por su llamado para obtener sus obsequios. Incluyendo en esta lista Mel, que estaba igual de emocionada que todos los niños.

Ella estaba parada justo en el centro, mencionando por su nombre a cada uno de los niños, para luego de ser mencionados le fuera entregado sus obsequios por parte del líder.

—Arya Peterson.

Al mencionar aquel dulce nombre, una niña de bellos ojos se levantó, nerviosa y emocionada a la vez caminó hacia el líder. Demasiado tierno de ver.

Eider y Edric, se quedaron atónitos al ver la pequeña niña caminar en dirección a su padre.

—Es tan linda. — susurró casi para sí mismo, con los ojos iluminados.

—Sí que lo es. — le confirmó su hermano. Dándose cuenta de que a ambos les había parecido muy tierna la niña. Y aquel deseo por protegerla se había formado en la mente de ambos.

Ambos vieron como Ethan le brindó una sonrisa antes de pasarle a la pequeña una gran bolsa que ella tanto curioseaba por ver su contenido.

Sin saber que, a partir de ese momento, sería de ellos. Nuestra Omega.

Espero que les haya gustado este primer capítulo de "Nuestra Omega", recuerden que mientras avanza la historia pasarán años hasta que nuestros protagonistas sean mayores

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Espero que les haya gustado este primer capítulo de "Nuestra Omega", recuerden que mientras avanza la historia pasarán años hasta que nuestros protagonistas sean mayores.

Nos leemos pronto...

Wendy Q.

Wendy Q

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Nuestra OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora