Nuestra Omega

4 | Nuestra Chica

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La primera persona en comentar cinco veces el emoji del conejo (🐰) le dedicaré el próximo capitulo...
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La noche anterior

POV EIDER
15 años

El reloj dio las nueve cuando la mansión se encontraba en un completo silencio. Mis padres no estaban presentes, por lo que mi hermano y yo estaban a cargo de la señora Robinson. Nuestra Nana desde pequeños.

Luego de la cena, subimos a nuestras habitaciones con la excusa de que estábamos muy exhaustos. Ella lo creyó, pues, cómo en los últimos años, en la tarde, estuvimos entrenando muy duro. Era una de nuestras obligaciones como próximos líderes de nuestra nación.

Al fin y al cabo, esperamos que pasen algunos minutos para que, de esta manera, sea más creíble que nos habíamos dormido. Y empezamos con nuestro plan: escaparnos.

Y no, no íbamos a escaparnos para no volver jamás, simplemente por un rato. Teníamos un pequeño problema que resolver en otro sitio.

Edric fue el primero en salir por la ventana de su habitación, dándome una señal de aviso y al cabo de unos segundos, hice la misma acción. Nuestras habitaciones se encontraban en el segundo piso, pero eso no hizo que la tarea de escapar sea más difícil. Bajamos por dos cuerdas que teníamos preparadas desde antes.

Esperaron hasta que el guardia que custodiaba la zona caminara hacia el lado contrario, y, en sumo sigilo, subimos los barrotes del jardín para luego saltar hacia el otro lado. Una motocicleta nos esperaba, y con ella emprendimos nuestro camino hacia el orfanato de Crisbell...

Minutos más tarde habíamos llegado a nuestro destino. De la misma forma que salimos de la casa, logramos escabullirnos dentro del orfanato. Directamente hacia el área de los varones.

Teníamos un punto fijo que atacar: Isaac D. Un muchacho de nuestra misma edad, ¿Y la razón? Bueno, ayer se atrevió a tocar a nuestra pequeña coneja mientras estaba en el jardín. Y no íbamos a simplemente dejarlo pasar.

¿Cómo nos enteramos? Sencillo, teníamos nuestras fuentes dentro del orfanato; algunos chicos que recibían nuestros pagos a cambio de algunos detalles importantes.

En los pasillos principales no había nadie, buena noticia para nosotros. Nos dirigimos hacia el cuarto 103, abrí la puerta despacio y me asomé para ver qué no haya nadie despierto. Luego de haberme asegurado, le hice una seña a mi hermano, y este se metió a la habitación, y con sigilo, fue hasta la cama que buscábamos.

Nuestra víctima estaba plácidamente durmiendo sobre su espalda. Con una mano tapó su boca e inmediatamente el muchacho abrió los ojos; asustado, no tenía ni la mínima idea de lo que estaba pasando.

—Si haces ruido, te mataré, ¿de acuerdo? — Isaac abrió los ojos como platos, y solo asintió. Muerto del miedo por la situación, ¿Quién diría que ayer estaba haciéndose el fuerte por intimidar a Arya? Canalla.

Y así fue como Edric sacó al muchacho de su dormitorio sin que nadie se diera cuenta. Yo le esperaba afuera, vigilando que nadie estuviese viendo.

—Que sea la última vez que le pones un dedo encima a Arya.

—Y-Yo... No conozco a ninguna Arya. — aseguró, esperando que lo dejáramos en paz. Eso jamás, no sin antes darle su merecido.