«Victoria Echeverría»
Siempre estuvo en mi la opción de suicidarme o ir con un asistente social para que me ayude de alguna forma u otra. Pero la primera siempre me dejaba un gusto a culpa cada vez que pensaba que al hacerlo dejaría a mi mamá sola, la quiero aunque ella esté cegada y no busque ayuda. La segunda la hice y eso termino en fracaso, ya que la ley no hizo nada para ayudarnos y mi papá al enterarse de que buscaba ayuda me cago a palo.
«así me pagas, pendeja de mierda, después de todo lo que hice por vos» era lo que mi papá repetía esa noche mientras repetitivas veces dejaba marcada mi espalda con un cable.
Después de lavar los platos y acomodar la cocina me fui a mi pieza a descansar, mañana era sábado y no me sorprendía recordar que mañana lo de hoy se volvería a repetir, porque así es mi rutina.
Sin darme cuenta mis pensamientos se esfumaron y caí en brazos de Morfeo.
Al despertarme ví la luz de mi ventana dar en toda la pieza, me senté en mi cama y después me digne a levantarme para desayunar antes que mi papá. Me cambié el pijama por otra ropa y después abrí la cortina, vi que afuera pasaba una pareja de abuelitos tomados de las manos mientras iban riendo de algo.
Sonreí al verlos tan felices, me hubiera gustado conocer a mis abuelos.
Salí de mi pieza y caminé hasta la cocina, me sorprendió ver a mi mamá despierta tan temprano y preparando unas tostadas.
—Me dió hambre, ahí tenes el agua caliente hacete un té —dijo mi mamá mientras llevaba tostadas a la mesa.
Ambas llevamos algunas cosas a la mesa, notamos que don macho se levantó y sin lavarse la cara se sentó en la silla de mi mamá robándole su café. Lo ignore y ví a mi mamá prepararse otro café, solté un suspiro cansado y lleve mis manos a las tostadas, al poner una mano en ellas sentí el brazo de mi papá sobre el mío, el estaba mirandome con furia.
—Esas tostadas son mías, vos búscate un paquete de galletitas —me dijo y yo rápidamente alejé mi mano de el, lo miré mal sin importarme y seguí tomando mi té.
Al terminar ayude a mi mamá a limpiar la mesa, lave mi taza y mire a la mujer que me dió a luz.
—Voy a la plaza un rato, ¿Puedo? —le pregunte a mi mamá y ella asíntio.
—No, vos no vas a ningún lado —dijo mi papá y yo lo miré
—No me podés prohibir salir, ayer lo hiciste y te hice caso, pero hoy no —le dije y mi mamá me agarró del hombro.
—Ella tiene razón, Carlos, ya hizo todas sus tareas, déjala —ayudo mi mamá y le sonreí.
—Bueno, pero que después no aparezca con un pendejo en la panza —dijo mi papá y yo gire mis ojos.
Los únicos hombres que conocía era a él y a Dylan, nadie más.
"<3"
Salí de mi casa y caminé hasta la plaza que quedaba a unas cuadras, sonreí al ver la bicicleta de Dylan y a él encima mientras trataba de hacer algún truco.
—Che, ¿cuánto cobras la hora?—le pregunté y el volteo a verme con una sonrisa.
—Para vos es gratis, reina —me dijo mientras se bajaba de la bici y se acercaba a abrazarme — No esperaba verte por acá, ¿Un milagro?
—Si, por suerte —le dije y el sonrió.
—Tengo algo que proponerte —me dijo Dylan y yo asenti mientras lo escuchaba —Hoy Tomás hace una joda en su casa, ¿Vamos?
—Uh, anda vos nomás, te la voy a complicar —le dije y el negó.
—Yo te ayudo a salir de tu casa y después volver sana y salva —me dijo y yo miré el piso mientras pensaba en las posibilidades.
—Bueno, decime que pensas… —le dije y me deje llevar por mi impulso adolescente, no tenía ganas de otro fin de semana metida en mi pieza sin hacer nada más que estudiar.
"<3"
La noche cayó y todos en casa de victoria dormían, menos ella. Tori se encontraba esperando a Dylan sentada en su cama, de vez en cuando miraba en la ventana por si el chico aparecía.
Escuchó un ruido fuera de su ventana, con lentitud se acerco y abrió la cortina. Sonrió al encontrarse con el rubio tratando de no llamar la atención de los vecinos.
Vicki abrió la ventana y con ayuda del rubio cruzo la ventana en silencio.
—Estoy afuera, ya puedo respirar —dijo la chica mientras cerraba la ventana despacio y le sonreía al chico.
—Estás re linda, Tori —dijo Dylan viendo el vestido negro que la chica llevaba puesto.
—Vos también, tarado —respondio Tori mientras le sonreía y se acercaba a darle un abrazo. —vamos antes que alguien se de cuenta.
Los chicos comenzaron a caminar hasta la casa de Tomás. Al llegar notaron varías personas en el patio tanto como dentro de la casa.
Dylan sonrió y tomo la mano de Tori para comenzar a cruzar entre un grupo de pibes. Llegaron hasta unos sillones y Dylan se saco la mochila que traia en la espalda, de ahí dentro saco varias botellas de alcohol.
Victoria al verlas sonrió, hace tiempo que no salía y tomaba hasta que el sol salga.
──────────────
💞💞💞
ESTÁS LEYENDO
Ella; Dillom
Fanfiction💌 ── Dónde Victoria sufre violencia intrafamiliar y encuentra refugio en brazos de la persona que menos esperaba... Dylan. © Completamente mío, heaveness