Capítulo 2:The new word,The old life.

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Si tan solo hubiera sabido que iba a ser un buen aire esa noche solamente no hubiera salido, pero el hecho de que estuviera su tía y sus primos allí, la agobiaban en todos los sentidos, extrañaba estar sola en su cuarto siendo independiente y ayudando a su madre en lo que ella necesitaba solo para hundirse nuevamente en su burbuja de cristal, y aunque muchas otras personas le decían que eso era malo, para ella no lo era, su forma de ser, sus creencias, su gran paz era algo que disfrutaba tanto en cada momento que pasaba en su antigua vida que ahora estando así, no era para nada cómodo, todo ese pensamiento conceptuado por un hecho traumático en el que su padre tuvo el gran accidente y la marcó de por vida, creció junto a su madre sin haber pasado el suficiente tiempo con su papá, marcando el antes y después en su compleja personalidad.

Si tan solo hubiera sabido que iba a ser un buen aire esa noche solamente no hubiera salido, pero el hecho de que estuviera su tía y sus primos allí, la agobiaban en todos los sentidos, extrañaba estar sola en su cuarto siendo independiente y ayud...

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Todos esos pensamientos nostálgicos penetraban su mente como clavos a la madera hasta que un camión hizo sonar el claxon a sus espaldas una vez ella había cruzado la calle y asustandola en el proceso.

—¡Lindaaa!—gritó el camionero.

—Me cago en la resing* de tu madre.—gritó la chica devuelta.

Chirriando sus dientes agobiada vio un parque enfrente de ella, al parecer estar soñando despierta con su pasado la hizo perder la persección del tiempo en sus ojos, alzando sus hombros en una señal de desinterés sacó los auriculares de su abrigo y los colocó en sus oídos poniendo una linda canción totalmente relajable, "I feel coming" de the weekend, y con las mismas tomó asiento en la banqueta más alejada de las demás personas que había en el lugar.Inclinando su cabeza atrás iba a cerrar los ojos cuando en un pestañazo vio una luz estremecedora emergiendo de una pared. Tal pareciera que se había fumado una gran cantidad de productos de dudosa procedencia, pero no era así, el parque se le hizo chiquito y solo se enfocaba a su vista la luz en forma de puerta en la parte inferior de la estatua representativa que llamaba la atención en aquel lugar recreativo, más la atención le llamo que la puerta parecía un arco, de esos que hay en los coliseos romanos.

—Creo que estoy en tunda.—dedujo.

Quitándose los audífonos miró a su alrededor el como nadie la estaba observando y más confundida estuvo por ello, la luz era tan brillante que era casi imposible que más nadie aparte de ella la viera.Abducida por la curiosidad se acercó bastante tanto que llegó a tocar la claridad, no contenta con ello dio un par de saltos en el sitio y se lanzó hacia allí.
El golpe contra el suelo no falto, y todo a su vista cambio, parecía tal vez... Un laberinto, a lo lejos no muy escasas elevaciones tipo montañosas sin el color que característicamente emerge de ellas, todo estaba muerto a lo que el color se refería, un tono gris que a ella no le molesto pues el gris era uno de sus colores preferidos a decir verdad.Su piel sucumbio en el escalofrío eterno debido a una voz juvenil enfrente, dos individuos de su misma edad aparecieron cargando cañas de azúcar y la miraron irregularmente.

—Vaya, una nueva y tiene buen aspecto.—dijo uno con voz muy gruesa una vez la había desnudado con la mirada.

—¿Deberíamos enseñarle el lugar?—preguntó el otro a su compañero.

—No Frank, los nuevos deben descubrir donde se han metido solos.—respondió de forma cerca.

En silencio solo los siguió con la mirada y como se perdían en aquel laberinto de árboles,montañas y hierbas infinito.

—Debí haberle dicho a ese tal Frank que me diera su número.—reflexionó después del acontecimiento, común en las chicas de esa edad.

El hormigueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora