CAPITULO 7:Concepción defectuosa.

38 15 15
                                    

Silvia había quedado algo adolorida por pensar que su nueva compañera de cuarto haya decidido marcharse de la habitación antes de escuchar lo informado.

—¿Y que te dijo en la entrevista ella?—preguntó Melani en el mismo lugar cambiándose.

Ante la frase Silvia se asustó mucho, pensó que ya se había marchado como la mayoría de personas con las que había entablado una conversación,pero no, Melani estaba allí aún dispuesta a escucharla.Para ella la puerta sonó debido al trauma heredado de su niñez una vez que su hermana se marchó y más nunca volvío sin siquiera despedirse.

—Pues .... Pues...

—¿Estas bien?—se preocupó la mestiza acabando de cambiarse.

—Si, si lo estoy, ella me dijo que había obtenido ese gusto por el Perfume de su fallecida abuela.—habló menos que antes.

—Vaya, es algo muy lindo.—Sonrió.—¿Tienes algo más que decirme?

—N- no..

—Esta bien, ¿Te molestaría esperarme? No tardaré, debo ajustar cuentas con May como dije antes.

—Puedes ir donde quieras, aquí eres libre, yo no soy un adulto para ordenarte a donde ir o donde no, no estas en deuda conmigo ni mucho menos condenada.—refutó sosteniendo la laptop en sus brazos y adoptando una posición más cómoda sobre la cama.

—Jejeje, eso lo se, pero mi mamá me enseño que siempre debo escuchar a los demás y más cuando se trata de alguien tan intelectual.

Dicho eso abandonó la habitación dejando Silvia allí, esta última sonrió como nunca al verla irse, no por estar sola, sino porque al fin encontró a alguien que la escuchara.

Arreglando su cabello caminó a través del fogoso camino de plantas apeladoras directamente de sus pantorrillas, provocándole fuertes picazones y algo de comezón a pesar de que tuviera pantalón no se libraba de esas picaduras, alegre estaba por una parte ya que no había mosquitos chupasangre o egenes.A su cabeza ataco nuevamente un recuerdo plasmado de su niñez, cuando su padre otorgó un beso en su frente y acto seguido Acercaría la suya a la de su querida hija, diciendole:

—Si proteges lo que amas, no importa lo que te pasa a ti, dado a que tu objetivo ya lo has completado dejando un legado hacia delante.

Dicho eso le dio la espalda para nunca más volver a ver a su familia y por ende ese día fue el último día que Melani vio a su padre, la principal causa de su actitud.

Despertando del recuerdo sin importarle el dolor llegó luego de atravesar un bosque nada extenso a donde podría estar quien buscaba.

La neblina disuelta en el aire no cegaba sus ojos, pues al fondo del paisaje logró ver varias elevaciones y no de tierras, más bien viviendas construidas de forma profesional, gracias a todo ya no le quedaba tan lejos y el camino que debía seguir ya no era custodiado por plantas, más bien por pasto totalmente inofensivo.

—Espero que allí estés, debo volver en cuanto antes a mi casa.—dijo para si misma sin bajar la cabeza.

Siguiendo, al fin llegó a un punto exacto donde podía ubicarse, era un pequeño pueblito sin farolas a los costados que alumbraran cuando fuera de noche, a sabiendas que no hacían falta mantuvo un paso certero y miró las casas sin dejarsele escapar algún detalle en particular, se preguntaba como la introspección del universo, como en un mundo totalmente paralelo al que estaba acostumbrada podría tener un pueblo, de la nada salieron personas de las viviendas empezando a caminar y poblar las pequeñas calles rezagadas en sus suelos con pequeños ladrillos color claro, muchos usaban prendas actuales como antiguas, sacando la conclusión conzisa de no existir las clases sociales o formas de vidas circunstanciales, por ejemplo, pobres o ricos, cada quien vivía a despensas donde quería, sin embargo esto solo hizo que se le formara la siguiente pregunta.

<<<¿Entonces para quienes son las habitaciones?>>>

Remarcando la interrogante en su cabeza siguió imprendiendo su caminar hasta que leyó en grande "La perfumería de Atenea" justo al lado de una enfermería, eso sin duda sería útil en algún momento ,sonrió inconscientemente y entró dentro.

Aplicando un poco de oliente perfume sobre su cuello, May lo alejó de su punto de visión para observar y leer de una forma mejorada el nombre del producto, sonriendo absorbió con su nariz el aroma a jazmín que este desprendió por todo el lugar con tan solo una roceada en su piel.

—Este perfume será el mejor del mundo sin dudar, buen trabajo, Atenea.—felicitó a su contraria.

Una bella chica de ropas cuidadosas y una prenda en su cabeza que la hacia ver más tierna que el resto de mujeres que abundaban en la zona, pero lo más significante en su aspecto era un lunar bajo su labio.

—Me alegra mucho que le guste May.Es mi nueva fórmula jeje.—Su voz solo eran hilos poco audibles.

—Te esfuerzas demasiado, aquí eres la sensación en todas las mujeres y hombres gracias a los ricos aromas que tienen tus perfumes.

—Me halaga demasiado señorita, todo es gracias a usted.—hizo una reverencia.

—Por favor, eres toda una dama, yo soy quien debería agradecerte.—dejó el perfume encima del mostrador.—También me encanta el estilo del lugar.

Lo más resaltable, colores y brillos, fotos de modelos por doquier dándole el ambiente de vigor absoluto, aparte de las estanterías de vidrio protectora de las decenas de recipientes con perfume, y a un costado de la pared balanceada gracias a un clavo reposaba una máscara muy rara, tenía un aspecto denigrante y para nada llamativo a excepción de cualquier otra vista en internet o tiendas, después tenía que preguntar sobre su origen a la dueña del local.

La campanita de la puerta se hizo sonar y entraría Melani encantada al ver donde se había metido.

—Dios mío, sin duda alguna necesito un perfume de este lugar.—sonreía mientras decía eso.

Una tensión se presento en la sala, May miró a la chica con una sonrisa, esperaba cualquier acto estúpido por parte de la antes mencionada por tanto quiso proponer algo para evitar violencia, ya había habido demasiada.

—Te encontré.—Melani afirmó mirándola.

—Esto no es un juego de las escondidas—bromeó—Cualquier cosa que quieras hablar deberíamos ir a mi habitación.

—¿Qué me afirma que no me matarás?—preguntó desconfiando de ella.

—¿Me permites Atenea?—miró a la otra allí presente.

Por otro lado Atenea algo nerviosa por la escena y haciendo un breve moviento con su cabeza le dio luz verde a May.En un instante aquella agarró un frasco de perfume y lo rompió contra el mostrador, agarrando un pedazo de vidrio sobrante del destrozo, lo desplazo tenazmente por la palma de su mano rasgandola.

—Lo prometo—alzo su mano para saludar a Melani.—¿Y tu?Prometes que no me matarás a mi.

Tragó saliva al presenciar aquello y se acercó para corresponder.

—Lo... Lo prometo.
separándose de May limpio su sangre en el abrigo que tenía.

—¿Quien la ayudará a limpiar?—se preocupo Melani.

—No le hace falta.—May respondió segura.

Cerrando los ojos, Atenea hizo volar los pedazos de vidrio hasta el cesto de basura.

—A este punto ya no me sorprende nada.—comentó Melani ante lo visto.

El hormigueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora