Hola. Espero no ilusionarlas, esto es solo la perspectiva de Alessandro cuando conoció a Bárbara.
ALESSANDRO
—La chica de allá te está mirando. —Santiago codea mi antebrazo, llevo a mi boca el vaso de whiskey y con disimulo miro alrededor, nuestros demás conocidos y amigos están en mesas casi juntas a la de nosotros, esperando al cumpleañero. Por fin doy con la chica de cabello castaño y corto. Porta un vestido negro y de lentejuelas cubre muy poco de su cuerpo. La mujer me mira sin vergüenza alguna y juega con una cereza en su boca.
—No me interesa. —Regreso mis ojos a la mesa y Santiago suelta una de sus ruidosas carcajadas.
—Necesito el amarre que te metió Renata—lo miro mal y alza las manos a modo de rendición—. Es que acepta que no hay otra explicación, la chica es muy caliente y te está pidiendo a gritos un polvo, el Alessandro de antes no lo habría dudado. —Me alzo de hombros, desde mi exnovia nadie me llama la atención de verdad, tomo a la que esté a mi alcance cuando quiero follar, pero es más por cosa primitiva que porque de verdad quiera, hace mucho que no deseo a ninguna mujer, que no me atraen unos labios, que no miro un culo con ganas de tomarlo en serio.
—Sí no dejas de hablar de ella, menos la voy a superar. —Me paro de malas y Santiago hace lo mismo con expresión de preocupación—. Solo voy a la barra a hacer otro pedido, ve tú con ellas, tienes cara que no has cogido en un año. —Palmea mi espalda y cubre su boca cuando suelta la risa, sin embargo hace lo que le recomiendo.
Me acomodo el cuello de la camisa mientras troto escaleras abajo, el antro está a reventar lo que es normal cada sábado por la noche, con el hombro voy empujando a las personas para que se abran y pueda pasar, pero al parecer algún imbécil no me vio porque chocaron conmigo. Por inercia sujeto a quien sea del antebrazo, estoy listo para reprender a la mujer, pero entonces alza la mirada y el azul cielo de sus ojos me deja impactado, ondas rubias le decoran el lateral del rostro y siento mi cuerpo incendiarse en menos de nada cuando me da una sonrisa, cierra los ojos por unos segundo y tengo el impulso de tomar su boca entreabierta. Mis ojos recorren su cuerpo y todo es tan perfecto como su rostro, la boca se me hace agua y cientos de escenarios lujuriosos invaden mi cabeza en nanosegundos.
Estamos metidos en la pista y sin movernos, por lo que alguien me golpea en la espalda, estoy listo para llevarla al primer callejón que encuentre porque me ha puesto duro sin necesidad de hacer ningún movimiento, pero cuando poso de nuevo mi vista en la rubia de ojos azules, ya no está.
Me quedo en el mismo lugar, soy alto y puedo ver por encima de casi todos, aún así no la encuentro.
—¿Qué mierda? —Camino a la barra, aún revisando si vuelvo a ver a la mujer, pero no logro ubicarla.
Le hago el pedido al barman y solicito que envíen un mesero exclusivo para nosotros en área V.I.P. Estamos aquí para festejar el cumpleaños de Malcolm, mi mejor amigo, un malagradecido que ni siquiera ha llegado, seguro su mujer, de la que se la pasa quejándose y diciendo que es una insípida le ha puesto trabas para venir.
Es mi mejor amigo y no conozco a su esposa, no pude llegar a su boda por... Sacudo la cabeza, no es hora de pensar en mi ex.
Vuelvo a abrirme espacio en la pista y el guardia abre la banda roja para mí cuando voy a subir al reservado.
Alzo la vista de los escalones y ahí está esa chica castaña, me sonríe y le desvío la vista con fastidio, entonces, noto ese vestido, ese rubio cabello, relamo mis labios y al parecer estoy de suerte.
Está hablando con Santiago, él sonríe como idiota, pero ambos platican como si se conocieran de siempre así que desecho la idea que acabe de conocerla.
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Deseo Inmoral [Disponible En Librerías]
RomanceHay un dicho popular que dice: "Mientras miras a otra mujer, alguien acecha a la tuya". Eso nunca lo pensó Malcolm. Un hombre cansado de estar cada noche con la misma mujer. Cuando recibió un ascenso en su empleo, también ascendió su popularidad ent...