Ángel.

capítulo 32.

Capítulo 32.

Narrador omnisciente.

Muchos dicen que los sueños son obra del cerebro por aquello que más deseamos o aquellos que más nos aterra. Ares sabía que para un ser sobrenatural las posibilidades son infinitas.

Un día había pasado desde que todas las diferentes especies habían llegado a su manada desde ese momento ordeno que les dieran carpas de campaña para poder pasar la noche solo a los líderes de los diferentes clases se quedaron en la mansión y junto a ellos los alfas que al ver la seriedad del asunto mandaron a traer a sus guerreros para estar preparados.

Todos estaban a la expectativa de lo que iba a pasar en esas tierras, pero lo que más les interesaba era conocer a la luna de la manada, pero no a la que se casó con el alfa por un acuerdo sino que a la verdadera, una que hasta ahora no habían visto.

Y según los rumores que se corrían en la manada la luna estaba embaraza y eso nada más aumentaba la curiosidad de las personas.

Para ese día todos estaban a la expectativa de la llegada del futuro alfa real y de la decisión que este tomara al ver a las especies que se preparan para la guerra.

—Las hadas crearán un escudo alrededor de la manada.—les dijo el líder de este. Todos estos se encontraban en el despacho de Ares planeando la estrategia para reducir hasta el mínimo las bajas de los civiles.

Todos sabían que una guerra se aproximaba, pero no sabían contrata que estarían peleando y eso además de provocar incertidumbre también desconfianza de si valía la pena el luchar y que muy posiblemente todos morirían.

—¿Contra qué estamos luchando? —Pregunto uno porque esa era la mayor pregunta que todos se tenían.

Ya que al no saber contra qué están peleando los pone en una clara desventaja que podría ser usa por el enemigo.

Ares solo un suspiro ya se veía venir esa pregunta y hasta ahora no tenía una repuesta porque la única persona que tenía la respuesta no estaba y no sabía cuándo llegaría.

Pero antes de hablar el hada lo interrumpió.

—Sé que muchos no saben contra qué este que lucharemos, pero sí de que a lo largo de las manadas han ocurrido una serie de casos. — comenzó profundizando en el tema de los ataques, ya que tenía razón. —Unos ataques que no tienen explicación alguna porque los cuerpos son encontrados prácticamente secos. — le dijo lo cual era cierto, nadie sabía que cosa les hacía eso.

—Pero lo más extraño es que estos ataques no han sido únicamente en las tierras de lobos, sino que han ocurrido en diversas partes y con diversas criaturas. — dio y con un movimiento de manos hizo aparecer una serie de imágenes que todos veían claramente los cuerpos de diferentes especies que terminaron de la misma forma que los lobos.

Todos le prestaban absoluta atención, ya que aparte de decir algo cierto ser una hada le daba más crédito porque estas son encantadoras por naturaleza y son muy buenas encontrando personas.

—Tanto las hadas como los dragones han sido atacados por creaturas que como los trolls y los duendes se creían extintas estas creaturas han salido. — dio y en las imágenes mostró a las creaturas que solo en una ocasión pudieron reconocer.

Todos palidecieron de súbito al ver a la "creatura" que los atacaba.

—Eso no puede ser.— dijo un alfa conmocionado por la información que estaba recibiendo.

—Pues lo es. Por mucho tiempo se consideran hasta historias, pero trágicamente estas se han reproducido en los lugares más oscuros e insípidos de las tierras mágicas. Pero sabemos que no son criaturas inteligentes así que algo o alguien las está controlando para que ataquen de manera coordinada a las diferentes especias para tomar su energía vital y hacerse más fuertes. — les explicaba a los presentes mientras veían a las imágenes que el hada les mostraba.

—¿Cómo es eso posible? — el silencio que se había formado en el despacho fue roto por la pregunta de un alfa que en ella se notaba el miedo que no solo él sentía. —Se supone que esas criaturas fueron eliminadas en las primeras guerras. — dijo él recordando las historias de sus ancestros que les narraban porque eran parte de ellos mismos.

—Al parecer unos pocos escaparon y se refugiaron en las tierras desoladas y se alimentaban de los pocos animales que ahí se adentraban. — les dijo el hada, ya que todos tenían la duda de como habían sobrevivido en esas tierras inhóspitas.

Entre las palabras que todos decían el despacho había dejado atrás el silencio que se dio tras la noticia de que un enemigo muy peligroso aún existía y no nada más eso, sino que amenazaba con volver a destruir la paz que tanto les costó a sus antepasados lograr.

Una hora había pasado cuando el beta salió del despacho y a los minutos regreso con la noticia que el futuro alfa real estaba llegando a la manada.

Todos salieron del despacho para recibirlo, ya que le debían respeto.

Pero al ya estar afuera lo que les sorprendió ver a la guardia real con el futuro alfa inconsciente todos se alarmaron, Ares mando a llamar al médico para que lo atendiera porque el futuro alfa se veía pálido y con una gran mancha de sangre en la pierna.

—¿Qué sucedió? — le pregunto Ares al que suponía que era el futuro beta de la manada real.

Este veía preocupado el cómo se llevaba a su alfa a una habitación soltó un suspiro de preocupación antes de responderle.

—Nos atacaron. —le dijo, pero sus ojos reflejaron miedo ante el recuerdo. —Eran unas criaturas. — le dijo y al ver que Ares estaba por hablar este no le dejo diciendo algo que los dejaría más confundidos. —Pero no buscaban matarnos sino que quería llevarse a mi alfa. — dio él.