capítulo 37.

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Capítulo 37.

Narrador omnisciente.

La oscuridad puede tomarte con solo una pequeña oportunidad, con que flaquees por un momento esta tomara esa oportunidad para tomarte y usarte a su antojo.

Ares aun vagando por su mente es testigo de ver a la mujer que una vez fue su esposa transformarse, desde una mujer completamente diferente a una criatura de la oscuridad.

Todo había sido una completa sorpresa, no sabía, pero el que ahora pudiera sentir a su luna le da un suspiro de alivio, pero el saber que durmió con el mal le deja un mal sabor de boca y no solamente por el error de caer en redes de esa mujer, sino que un tiempo pensó en rechazar a su destinada solamente por el buen sexo que esta le ofrecía.

No supo en qué momento Roxana le llego a gustar tanto como para aceptar unirse a ella en matrimonio a Ares no le importaba hacer una alianza con otra manada, pero no pudo negarse a aceptar esa preposición cunada Roxana se la hizo.

Talvez solo era manipulado como tiempo atrás sus ancestros también lo hicieron, pero ahora tanto el cómo su luna están escribiendo su destino y no solo dejándose llevar por el que la vida les dio.

>>¿Mi luna?<< le pregunto Ares aun vagando en su mente mientras ve como esta aun esta con el corazón de Roxana en la mano.

—Todo está bien. —le contesto Dylan aun en el cuerpo del lobo.

Esta destrozó el corazón de Roxana y luego sintió como el poder que una vez fue dado a esa loba era ingresado al cuerpo del lobo. Luego de eso en la cara de este apareció una sonrisa mientras tenía la vista clavada en un punto del bosque.

Pero entonces unos aplausos se comenzaron a escuchar por todo el bosque.

—Sigues sorprendiéndome. — dijo una voz en la oscuridad.

La sonría de Dylan creció a un más.

—Sigues escondiéndote como una rata. — le dijo ella ignorando lo que la voz había dicho anteriormente.

La voz en el bosque soltó una carcajada por el comentario de ella y entonces salió de entre las sombras.

—Es una lástima que no sea tu cuerpo el que veo. — le dijo mientras se saboreaba sus labios de manera repulsiva. —Como lo extraño. — dijo con una prepotente sonrisa.

Dylan sabía lo que él quería y lo estaba logrado, ya que con esa acción la mente de Ares que era expectante de todo quiso tomar el control y darle una paliza ese idiota.

Pero Dylan le supo controlar a tiempo aún no era el momento de que pelearan.

Dylan, sin embargo, se hizo la sorda y con su poder le tiro el cuerpo de la loba que ya se moría.

—Tu juguete resulto más fácil de romper. — le dijo ella.

El hombre dirigió su vista a la mujer que una vez fue su amante y que a pesar de que era buena no es lo que quería.

—Solo era una más cuando solo tú sabes la verdad y a quien quiero en realidad. —le dijo sin darle mucha importancia.

Dylan soltó una carcajada ante su comentario.

—Es muy graciosos que lo digas. Ya que ella era tu destino. —le dijo.

Y desde que está en ese lugar el hombre función el ceño ante lo que ella dijo. Al parecer quería mantenerlo en secreto.

—El destino es irrelevante para mí. —le dijo él sin querer mostrar sus verdaderos sentimientos.

—Tan irrelevantes que hasta tedio un hijo. —le dijo con una media sonrisa. —¿O debería de decir hija? — y ante la reacción del hombre ella sonrió mucho más.

El hombre no dijo nada únicamente desapareció entre un humo negro y consigo el cuerpo de Roxana.

Dylan al dejar de sentir el poder de ese hombre decidió dejar el cuerpo de Ares.

Mi luna. — le dijo él al verla no con un cuerpo físico pero si un espíritu.

Todo está bien. — le dijo ella mientras le pone una de sus manos en la magia derecha a su lobo tratando de darle un poco de consuelo.

¿Dónde estás amada mía? — le pregunto el lobo, pero solo consiguió que ella le sonriera con mucho amor.

Me esperaste por mucho tiempo. — le dijo ella sabiendo lo que a él le preocupaba y el miedo que sentía. —No me perderás el destino lo escribimos nosotros. Siempre volveré a ti. — le dijo.

Ella se acercó a él para darle un pequeño beso, pero al no estar en ese lugar Ares nada más sintió una pequeña caricia.

Y no supo en qué momento había cerrado los ojos, pero al abrirlos ella ya había desaparecido.

Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora