capítulo 35.

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Capítulo 35.

Narrador omnisciente.

Después del "sueño" que Ares tubo no pudo seguir durmiendo las palabras de su luna resonaban en su cabeza.

En tres días.

Pensó él con la vista clavada en el techo de su cuarto era apanas las 4 de la madrugada así que todos estaban dormidos él aprovechando eso salió de la mansión para caminar por el bosque y tratar de despejar su mente de tantos pensamientos que no le ayudaban en nada.

Reflexionando en todo y a la vez en nada no se fijaba por donde iba y solo hasta que escucho el sonido de la cascada se detuvo viendo muy confundido el área donde se encontraba.

La cascada no era muy grande, pero si con la suficiente fuerza de que si alguna vez un incauto caía de ella sufriera de unas numerosas fracturas, el bosque consumido por la poca luz del amanecer le da aún aire tenebroso por las sombras de los árboles a su alrededor.

Mientras más se acercaba el agua se volvía mucho más cristalinas tanto que parecería un espejo. Al acercarse lo suficiente se pudo dar cuenta que en medio de la cascada hay una gran roca que es salpicada por el agua.

Él se acercaba más para tener una mejor vista ya al estar cerca se percata de la presencia de alguien más. Una mujer de cabellos rojos está en la roca dejando que el agua de la cascada la bañara.

Ares no sabía qué pasaba, pero su cuerpo le exigía seguir avanzando hacia la mujer aunque solo le podía ver la espalda él estaba desesperado por llegar a ella.

La mujer de cabellos rojos piel blanca como la nieve que era opacada con la lluvia de la cascada era en ese momento su deseo más grande tanto que no le importo la ropa que lleva puesta y simplemente ingresa al agua para llegar a ella.

Mientras Ares avanzaba entre el agua para llegar a la mujer el símbolo en su hombro brilla como si el fuego lo forjara. El mientras avanza siente un leve dolor en este, pero este deja de sentirlo al escuchar la risa de la mujer frente a él.

>>Al fin me has encontrado.

Escucho la voz de la mujer como una melodía para sus oídos y con esto el dolor que el símbolo le provoca dejo de ser efecto para que retome de nuevo la marcha para llegar a ella.

>>Espere tanto por ti.

Decía la mujer con unas suaves risillas que solo hacen que Ares se embobe más y la desesperación por llegar a ella sea mucho más fuerte.

>>¿Por qué tardaste tanto?

Le pregunto, pero Ares aunque pudiera hablar no dijo nada porque solamente quería llegar a ella.

>>Pero hoy estaremos juntos para siempre. Mi amado lobito.

Termino por decir, pero al momento de soltar las últimas palabras el símbolo en el hombro de Ares brillo con tanta intensidad como si el sol mismo alumbrase ese claro.

Después de ese destello ares despertó de su ensoñación para ver a todos lados, confundido. No sabía que había en ese lugar y él porque está en el lago.

Al dirigir la vista al frente se percata de la mujer que yace frente a él desnuda y con una pequeña sonrisa en los labios. A simple vista ella es hermosa una mujer que cualquier hombre podría desear, pero para el lobo es una más del monto que no le provocaba absolutamente nada.

>>Ven a mí.

Escucho a la mujer hablar y extender los brazos para recibirlo los ojos de esta brillaron como dos luciérnagas, pero Ares solo frunció el ceño al ver en la cara de la mujer que lo veía con superioridad.

Él retrocedió unos paso viendo como la mujer cambiaba la expresión de su rostro por su acción.

>>Ven a mí.

Volvió a repetir la mujer.

—¡No! — dijo Ares y la mujer perdió la sonrisa al ver que este no era nada más el hombre, sino que su lobo está presente.

Y en ese día faltando dos para la luna llena el nuevo destino se comenzó a escribir y únicamente basto con una decisión que cambiaría el rumbo de las cosas.

Lo que en generaciones pasadas no se pudo evitar con esa acción sé

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La mañana recibe a todos en la mansión con buenas noticias porque el futuro alfa real despertó y está mejor de salud.

El beta de Ares salió en su búsqueda porque el alfa es el más interesado en saber que le había pasado exactamente al alfa real, pero al llegar a la habitación no le encontró por ningún lado, lo que le pareció muy extraño.

Rápidamente, fue a la sala de entrenamientos que tenían en la mansión para ver si está ahí para liberar tención aunque tampoco le encontró ahí.

Le parecía muy extraño que no estuviera por ningún lado y al preguntarles a los guardias por él le dieron la misma negativa de no saber dónde está.

El beta solo esperaba que nada malo le haya pasado y que pronto esté en la mansión para seguir con la reunión con los demás alfas.

Por otro lado, en la habitación del alfa real su beta está sentado en una cómoda del balcón viendo hacia el bosque, ya que desde la madrugada sentía una fuerte presencia así que asustado se dirigió a la habitación de su alfa para saber si este se estaba manifiesto, pero no lo era porque seguía dormido, pero al acercarse a la ventana la presencia seguía manifestándose.

No sabía que era, pero sí de su inmenso poder uno más grande que de los lobos milenarios con ese poder podría hacerles la guerra y hasta poder derrocarlos.

Lo que ellos no sabían es que eso solo era el comienzo para la guerra con unos enemigos que ellos conocían demasiado bien y que si no actuaban desde ya se podrían perder muchas vidas.

Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora