ISABELLA
—Hola, Juana, ¿Cierto? —Pregunto y ella confirma con un movimiento.
—Tiempo sin verte, ¡Estas muy hermosa! —Dice mientras me abraza.
—Tú no has cambiado nada, estás tal y como te recuerdo, —Le devuelvo el abrazo —Siempre has sido muy hermosa. —Le digo y la invitó a la sala.
Me hace un sinfín de preguntas las cuales respondo de la mejor manera y muy educadamente. ¿Vino a saber mi vida entera? Me hago esa pregunta porque ya se está pasando con tantas preguntas, está llegando al límite de la molestia.
—¿Quieres salir a comer algo? —La interrumpo con una pregunta.
—Claro, conozco un lugar estupendo, no debes conocer muchos lugares de aquí. ¿Cierto? —Que irritante esta Juana de arco.
—No. —Respondo con una sonrisa.
Salimos de la casa y Axel decide llevarnos ya que tal como lo dijo Juana, no conozco muy bien la ciudad y podría perderme entre las calles y se lo agradezco, la verdad no me gusta manejar, aunque lo hago muy bien.
Llegamos a un centro comercial y decidimos entrar a un café, se ve muy lindo por fuera y ni decir como se ve por dentro, tiene imágenes por todos lados y su aroma, ese aroma a café invade mis fosas nasales apenas entramos y me encanta, este lugar se convertirá en mi favorito.
—¿Sabías que tu padre tiene inversiones en este centro comercial? —Dice Juana, esta chica sabe más de mi familia que yo.
—Sí. —Digo aun desconociendo lo que acaba de decirme.
El chico que nos está atendiendo llega y nos entrega nuestro pedido, luego se marcha no sin antes entregarme un papel el cual contenía su número y la típica frase "Estas muy hermosa".
Terminamos con lo que habíamos pedido y le pregunté a Juana que, si podía acompañarme a alguna tienda, necesito comprar unas cosas que me hacen falta entonces voy a aprovechar que salí de casa.
Recorrimos casi todo el centro comercial, «les digo que no fue por mi si no por Juana», ese nombre le queda muy bien. Esa chica ha sobrepasado el límite de irritante, estoy comenzando a creer que jamás volveré a salir con ella.
Salimos con mis cosas y ella evidentemente con las manos vacías, ya estaba muy cansada para seguirle su jueguito, la dejamos en su casa y apenas salió del auto agradecí a Dios de que ya me había librado de tal intensidad.
—¿Es muy intensa su prima? —Dice Axel riendo.
— Ni me lo recuerdes, me tenía al borde de la locura. —Esa chica vuelve loco a cualquiera, me estreso toda la tarde.
—Usted es muy diferente a su familia ¿Lo sabía? —Pregunta y yo niego con la cabeza.
—No lo creo, creo que soy muy igual a ellos. —Le responde.
—Créame, señorita Isabella, —lo miró con reprobación y de inmediato corrige —Isa todos lo hemos notado, si me disculpa usted es más como nosotros, muy diferente a todos los de su clase, —Me dice y yo hago silencio —no es que sea malo, al contrario, eso es algo muy bueno. —Dice.
—No soy buena. —Le respondo en tono divertido.
Así nos la pasamos hablando hasta llegar a casa, voy directo a mi habitación cuando escuchó que alguien carraspeó para llamar mi atención, giró y ahí está parado Ida, con aires de grandeza mirándome de arriba abajo, su mirada me intimida.
—Ha vuelto la exiliada. —Dice en tono burlón.
—Gracias por la bienvenida. —Es lo único que le respondo mientras continúo mi camino.
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GRACIAS AL ACUERDO. ©
RomancePrimer libro de la serie amores de la mafia. Mi vida es la que todos quisieran tener, o eso es lo que muchos dicen, yo pienso todo lo contrario, quisiera haber crecido rodeada del amor de mi familia, pero ellos decidieron todo lo contrario. Cuando...